Al
profesor Gregorio Klimovsky no le gusta “predecir”, pero a instancias
del cronista elige en esta entrevista algunas ramas de la ciencia y
aventura cuáles serán los próximos pasos de cada una.
Por
Leonardo Moledo
Gregorio Klimovsky es profesor emérito de la UBA,
investigador y docente. Sus campos son la lógica, la epistemología,
la historia de la ciencia, la ética médica, la historia
de la ciencia y la epistemología de las ciencias sociales. Es
autor de numerosos trabajos y del libro Las desventuras del conocimiento
científico.
Bueno, la idea es que usted diga qué va a pasar en los
próximos doce años en ciencia.
¿Predecir? Siempre es arriesgado. Piense que a veces un
descubrimiento fortuito puede hacer cambiar todo. Hacer predicciones
a mediano plazo es imposible... y además uno cae en las generalidades,
como progresará o se desarrollará.
Mire, a ver qué le parece. Usted va eligiendo disciplinas,
y dice qué piensa.
Bueno. Uno: matemáticas. El análisis funcional,
álgebra y geometría de las funciones matemáticas,
irá tomando paulatinamente más importancia. Uno puede
hacer el pronóstico de que se van a resolver problemas parciales
dentro de cada una de las disciplinas matemáticas. Algunos tópicos
van a tener un desarrollo interesante, como la teoría matemática
de la decisión, que como matemática aplicada será
muy útil para el cálculo de las acciones que debemos hacer
para solucionar un problema, ya sea científico, ya sea de cualquier
disciplina o bien un problema ético. Seguramente las matemáticas
continuarán la fiesta de las posibilidades que ya
las ha caracterizado en este siglo.
Lo que veo es que está ausente la matemática aplicada,
y la relación, siempre un poco conflictiva, entre matemática
pura y aplicada.
Las dos se desarrollarán, se ve eso claramente ahora, y
me parece bien. Las aplicaciones de las matemáticas son útiles,
pero la matemática pura es hermosa y además filosóficamente
importante. Como decía el matemático Jacobi, hay que dedicarse
a las matemáticas por el honor del espíritu humano.
Mmm..., observo un sesgo hacia la matemática pura.
Dos. Física. En cuanto a la física pienso que el
punto más importante que se va a desarrollar tiene que ver con
el análisis de las propiedades de las partículas elementales
y también con los estados de altas energías. Por otra
parte, la física de sólidos y de nuevos materiales tendrá
sin duda parecida importancia.
Tres.
Cosmología. Hay en este momento varias teorías,
con muchas dificultades para su prueba, acerca del origen y evolución
del universo: la propia teoría del Big Bang tiene algunos pero
no muchos elementos de confirmación. Creo que en los próximos
doce años habrá muy significativos cambios en este sentido
y sabremos con precisión cómo fue que este universo apareció,
cómo evoluciono y cómo evolucionará.
¿Sabremos por qué?
Eso nunca se sabe por completo. Es muy probable el desarrollo
de la exótica y sorprendente teoría de las supercuerdas
que ahondaría acerca de lo más pequeño. De haber
algo de seriedad en esta teoría, más allá de lo
meramente instrumental, resultaría que nosotros y toda la materia
no somos más, confesemos avergonzados, que pedazos de fibras
del espacio. Si esto no se entiende bien, consuélese el lector
pensando que los físicos tampoco lo entienden mucho.
Cuatro.
Química. El progreso de la química teórica
es en realidad un aspecto parcial de la microfísica.
Me imagino que esto les va encantar a los químicos.
La química aplicada, por el contrario, augura una época
de invención de nuevas sustancias con aplicaciones en la medicina
y en el hallazgo de nuevos materiales.
Cinco. Sospecho que ahora viene...
Biología.
Sí.
En primer lugar y con consecuencias sociológicas muy importantes
y difíciles de predecir, cabe señalar el desarrollo de
la genética. Contaremos sin duda con un mapa completo del genoma
humano, pero también está el peligro de técnicas
para modificarlo. Crecerá la sensación de peligro y temor
ante la manipulación genética, y las fantasías
sobre la mezcla del genoma humano con genomas vegetales y animales para
producir extraños híbridos entre seres humanos, cerdos
y zanahorias, para lo que, hay que confesar, ya hay en nuestra sociedad
numerosos ejemplos espontáneos. Por otra parte, se sabrá
mejor cómo producir grandes moléculas, la estructura espacial
de las proteínas, lo cual ayudará a entender la naturaleza
de la vida y de sus manifestaciones. Probablemente se pueda producir
vida artificialmente en el laboratorio.
Me sorprende que no haya aparecido la lógica.
Seis. Geología. Los modelos matemáticos y la simulación
permiten conocer la estructura y funcionamiento de nuestro planeta con
predicciones cada vez más exactas sobre vulcanismo y sismología.
Lo que sabemos de futuros terremotos en Los Angeles, California, es
mucho más completo y superior que lo conocido hace medio siglo.
Y sin duda habrá en los próximos años un conocimiento
más completo aún de lo que en esta materia puede ocurrir
en cada lugar del mundo. Por otra parte, se tiene un conocimiento cada
vez más exacto del comportamiento de los suelos, combinación
de biología, química aplicada y geología.
También, en una de ésas se resuelven los misterios
del campo magnético terrestre.
Ahora sí. Siete: lógica. Se seguirán inventando
nuevas lógicas que en el fondo son lo análogo de las infinitas
posibilidades que el matemático podía imaginar. Aquí
podríamos hablar de posibilidades lógicas. En lógica
aplicada esto permite discutir cuál o cuáles de estas
posibilidades corresponden al pensar humano y también cuáles
son las aplicaciones técnicas. Por ejemplo, la llamada lógica
difusa o borrosa terminó teniendo japoneses mediante
aplicaciones al diseño de los ascensores.
¿En serio?
Sí. Yo también me sorprendí al enterarme.
Seguirá habiendo aplicaciones lógicas a la matemática
y también viceversa. Hay cada vez más inventos, descubrimientos
y bibliografía y seguramente la situación se complicará
en los próximos años.
Bueno, ya estoy en el límite de la longitud que me dieron,
y no hablamos todavía de las ciencias sociales.
Sí. No hablamos de sociología, lingüística,
psicología, psicoanálisis, antropología. Ni de
la informática. También hemos dejado afuera algunas disciplinas
naturales.
Bueno, cualquier elección siempre es un poco arbitraria,
pero muchas veces no hay más remedio.
Y además, yo quería incluir a la filosofía...
¿Filosofía?
Sí. Puede parecer discutible, pero actualmente abundan
los métodos matemáticos, lógicos y lingüísticos
para el análisis del lenguaje filosófico y de ahí,
del pensamiento humano.
La verdad, nunca se me habría ocurrido, pero de todas maneras
ya no tengo más espacio.
Pero no había más remedio. Hay más de doce
disciplinas, y si uno tiene que elegir, bueno, forzosamente algunas
estarán ausentes. Y además yo le dije al principio que,
en fin, como se trata de, digamos, predicciones, iba a haber
una buena dosis de generalidad.