Por
Enrique de Urquiza *
Supongamos que
exista un medicamento que ayude a mantener y mejorar la memoria y que
con una sola lectura de un texto comprendamos y recordemos hasta los más
pequeños detalles. ¿Revolucionario, no? Aunque aún
lejos de haberlo logrado, varios estudios indican que existe una esperanza
para un sector de la población que puede padecer de trastornos
en la memoria activa: la mujer posmenopáusica. El más reciente
de estos estudios fue llevado a cabo en la Universidad de Yale en los
EE.UU. y publicado en el Journal of the American Medical Association.
Los investigadores, dirigidos por la Dra. Sally Shaywitz, detectaron mayor
actividad cerebral en las áreas asociadas con la memoria activa
en aquellas mujeres posmenopáusicas que tomaban estrógenos
y concluyeron que esta hormona puede ayudar a las mujeres a superar los
problemas de memoria asociados con la posmenopausia.
Las memorias
Básicamente existen dos tipos de memoria: la memoria activa y la
memoria a largo plazo. La memoria a largo plazo es aquella que permite
recordar un evento que sucedió hace 10 minutos, 10 meses o 10 años.
La memoria activa es aquella que permite mantener en la conciencia varios
datos al mismo tiempo por un período de varios segundos haciendo
posible así el diálogo y la elaboración del pensamiento
(algo similar a la memoria RAM de la computadora). Por ejemplo, cuando
leemos debemos relacionar conscientemente nuevas palabras y oraciones
a las oraciones anteriores para así poder comprender lo leído.
La capacidad de la memoria activa hace que podamos debatir un tema compuesto
por varias ideas, conceptos y datos que deben permanecer activos en la
conciencia para poder ser manipulados y articulados racionalmente. Los
psicólogos han demostrado hace ya tiempo que el promedio normal
de artículos (objetos, palabras, conceptos o números) que
se pueden mantener simultáneamente activos en la memoria es entre
5 y 9. Sin embargo, después de la menopausia, cuando los niveles
de estrógeno decaen abruptamente, algunas mujeres tienden a sufrir
de fallas en la memoria activa. Es así como pueden olvidarse del
nombre de la persona que acabaron de conocer o del lugar donde hace segundos
dejaron las llaves de la casa o tienen dificultades en expresar ciertos
conceptos con la rapidez y claridad con que lo hacían antes de
la menopausia.
Si bien otros estudios han demostrado que las mujeres posmenopáusicas
que toman estrógenos obtienen mejor resultado en tests de memoria
que aquellas que no están medicadas, el estudio conducido en la
Universidad de Yale por la Dra. Shaywitz es el primero en comparar visualmente,
por medio de imágenes de resonancia nuclear magnética dinámica,
el circuito neurológico de la memoria en presencia y ausencia de
estrógenos. En las imágenes del cerebro obtenidas por el
equipo de investigación de la Dra. Shaywitz es posible ver cómo
ciertas áreas de los lóbulos prefrontales se iluminan cuando
las mujeres medicadas con estrógenos en dosis terapéuticas
tradicionales se abocan a tareas asociadas con la memoria activa. Los
investigadores especulan que los estrógenos podrían tener
una influencia positiva en el lenguaje y en la memoria al accionar los
mecanismos fonológicos (el habla y el sonido). Esta investigación
tiende a validar la hipótesis de que los estrógenos actúan
como mediadores del almacenaje por breves segundos (a esto se le llama
memoria activa) de material fonológico. En otras palabras, los
estrógenos podrían actuar sobre los sitios neurales que
sirven para codificar información fonológica. Para la Dra.
Shaywitz este estudio sugiere que es posible afectar la organizaciónfuncional
del cerebro en mujeres mayores; estas alteraciones en la activación
de los patrones cerebrales en la presencia de estrógenos revela
una plasticidad funcional del sistema de la memoria incluso en edades
avanzadas.
Memorable granito
Si bien el estudio de la Dra. Shaywitz sólo detectó una
mayor activación de las áreas cerebrales asociadas con la
memoria activa, los investigadores informaron que dichos cambios en la
organización del cerebro tienen que producir mejoramientos en la
memoria. Los científicos acuerdan que más estudios de este
tipo son necesarios para poder responder los muchos interrogantes que
se plantea la mujer posmenopáusica, particularmente el de si debe
o no comenzar una terapia de reemplazo hormonal. La mujer, según
los investigadores, vive por lo menos la mitad de la vida con niveles
de estrógenos reducidos. La declinación de los niveles de
estrógenos, típico de la menopausia, afecta a varios sistemas
además del sistema reproductivo, tales como el cardiovascular y
el óseo.
Los resultados de este estudio son alentadores y sugieren que la tecnología
de imágenes funcionales podría transformarse en una nueva
herramienta para explorar los efectos de los estrógenos en las
funciones cognitivas de la mujer posmenopáusica. Como siempre en
la ciencia, los resultados de una investigación abren la puerta
a nuevas investigaciones, ya que todo estudio debe ser replicado por investigadores
independientes para descartar así, validar o modificar y ampliar
el conocimiento existente. La nueva información sobre el impacto
de los estrógenos en la memoria activa es sólo un granito
de arena en el largo camino hacia la comprensión del cerebro. Pero
no cabe duda de que éste es un memorable granito de arena.
* Enrique de Urquiza es doctor en Ciencias de la Conducta, psicoterapeuta
e instructor clínico del Hospital Gouverneur de Nueva York.