|
Un
site sobre los científicos argentinos en el exterior
Fuga
de cerebros en Internet
Por
Silvina Edelstein
Los
argentinos en el exterior son un montón. Miles. ¿Millones?
Realmente, nadie sabe con certeza cuántos se fueron desde la década
del 60, o antes, perseguidos por razones políticas, en busca de
mejores oportunidades de trabajo, o vaya uno a saber por qué oscuros
vericuetos del alma o del pensamiento. El hecho es que seguramente hay
muchos allá afuera. Y lo tremendo es que una gran parte es gente
valiosísima, que se fue con estudios universitarios y ahora ocupa
puestos envidiables en universidades, empresas o instituciones de renombre.
Es el famoso brain drain, la fuga de cerebros, el triste éxodo
argentino del siglo XX.
Lo ideal sería que volvieran, claro está. Pero eso es utópico,
como lo han demostrado en reiteradas oportunidades los llamados programas
de repatriación, que no lograron devolverle al país
ni la centésima parte de la materia gris emigrada. ¿Qué
hacer, entonces?
Ciencia, tecnología y cultura
Existe una asociación en los Estados Unidos, llamada ANACITEC (Asociación
Argentino-Norteamericana para el Avance de la Ciencia, la Tecnología
y la Cultura), creada en 1985, que tuvo la buena idea de generar un website
especialmente diseñado para que los profesionales argentinos de
todo el mundo se encuentren. El site, de diseño sobrio y fácil
acceso, tiene varias secciones que resumen el pasado y el presente del
éxodo argentino. Una de ellas es Cronología de una
diáspora, donde se reúnen artículos sobre el
tema, aparecidos en diarios y revistas o escritos especialmente, como
el de Enrique Oteiza, especialista en el tema de la emigración
de científicos argentinos.
Pero seguramente la parte más jugosa del website es PROAR, el Primer
Directorio en Internet de Profesionales Argentinos en el Exterior. Uno
hace click en PROAR y aparece un índice para hacer búsquedas
por tema, por apellido o por palabras clave. Simple y fácil.
Uno pone medicina y aparece un listado de médicos,
todos argentinos que viven en el exterior. Hacemos click en Penchaszadeh,
Víctor, y aparece el perfil de un médico que se fue en el
76 y hoy en día es director del Departamento de Genética
Médica del Hospital Beth Israel de Nueva York. No es poco. Hacemos
click en Sabatini, David, y vemos que el hombre es miembro de la Academia
de Ciencias de los Estados Unidos. Interesante.
Seguimos leyendo y vemos, por ejemplo, que el Dr. Penchaszadeh está
dispuesto a recibir en su laboratorio a estudiantes graduados y posdoctorados
por un tiempo a definir. Sabatini, por su parte, anuncia que su laboratorio
dispone de fondos para recibir a graduados.
En otra lista, el físico Gabriel Cwilich avisa que tiene hardware
y software que le sobra y que puede donarlo a la institución argentina
que se lo pida. Otros ofrecen donar libros y revistas científicas
a bibliotecas. Y así sucesivamente. Ofrecimientos para participar
como jurados de tesis, como evaluadores de proyectos de investigación,
como profesionales para desarrollar productos y una larga fila de etcéteras.
La única desventaja es que la base de datos todavía es pequeña,
pero los autores confían en que crecerá en los próximos
meses, a medida que la gente se entere de su existencia. Un punto a favor:
el servicio es gratuito, a diferencia de otras bases de datos, que cargan
un arancel. La dirección de ANACITEC es: www.anacitec.org. Una
vez en el site, basta hacer click en PROAR para ingresar a la base.
|