Diálogo con Reinhard Genzel, director del Instituto
Max Planck de Astrofísica en Alemania
Un agujero negro
que tiene la
masa de tres millones de soles
Por
Alicia Rivera
El País de Madrid
Sí,
ahora estamos seguros de que hay un agujero negro en el centro de nuestra
galaxia, la Vía Láctea, afirma Reinhard Genzel, director
del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre, en Garching
(Alemania). Este prestigioso astrofísico alemán presentó
recientemente, en la XXVII Reunión Bienal de la Sociedad Española
de Física, celebrada en Valencia, nuevos datos que demuestran que
en el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, hay un agujero
negro masivo, con masa equivalente a tres millones de soles, asociado
a una radio fuente compacta (SgrA*). Durante seis años, Genzel
y su equipo han obtenido información muy valiosa sobre este objeto.
¿Cómo se descubre la presencia de un agujero negro?
Básicamente observamos las características de una
masa muy concentrada. El experimento ideal sería enviar un observador
al centro de la galaxia que fuera midiendo el campo gravitatorio en distancias
cada vez más cercanas al objeto, pero evidentemente no podemos
hacerlo. Así que aprovechamos las estrellas, muchas estrellas,
alrededor del agujero negro y medimos sus velocidades. Hacemos algo parecido
a lo que hizo Keppler, quien estableció que dado un centro de masas,
el Sol, los planetas que están a su alrededor se mueven más
rápido cuanto menor es su distancia al centro de masas. Son leyes
físicas plenamente establecidas y si un observador no pudiera ver
el Sol podría inferir perfectamente su presencia midiendo la velocidad
de los planetas. Esto es lo que hacemos con el objeto SgrA* del centro
de la galaxia: medimos el movimiento de las estrellas a su alrededor y
podemos inferir que hay una masa central que es el agujero negro.
¿Son pruebas suficientes?
No conocemos otra configuración que cuadre con las observaciones
que hemos hecho. Así que tiene que ser un agujero negro.
¿Y es masivo?
Sí. El tamaño del objeto que estamos observando tiene
un radio característico, denominado de Schwarzchild, del cual no
puede escapar ni la luz, de entre cinco y diez veces el radio del Sol,
pero dentro hay una masa equivalente a tres millones de masas solares.
¿Y está en el mismo centro de la Vía Láctea?
Sí. Por lo que sabemos, hasta ahora está en el mismo
centro, en un margen de unos pocos días-luz, y toda la galaxia
gira a su alrededor.
¿Produciría ese objeto algún efecto en nuestro
entorno?
No. Es una enorme concentración de masa, pero es muy pequeña
en comparación con el resto de la Vía Láctea, que
tiene 100.000 millones de masas solares.
¿La existencia de agujeros negros ha pasado de ser una
hipótesis a estar demostrada?
Sí. Creo que para los astrofísicos la cosa está
ahora clara. En todo caso quedan algunos científicos, minoritarios,
que mantienen algunos puntos críticos a nivel teórico, de
la relatividad general.
¿Son corrientes los agujeros negros en centros de galaxias?
Sí. Los hay en la mayoría. De hecho parece que la
formación de las galaxias y la formación de agujeros negros
en su núcleo va emparejada.
¿Cómo se formaría el de la Vía Láctea?
Un agujero negro se puede formar de varias maneras. Sabemos desde
hace años que se puede crear uno pequeño, de unas 10 a 20
masas solares, cuando una estrella masiva explota como supernova al final
de su vida y el residuo colapsa. Los agujeros negros de los centros galácticos
son mucho más masivos y se pueden formar en un prolongado período
de tiempo durante el cual cae más y más materia en el agujero,
que en principio no sería muy masivo. Es un proceso lento.
¿Cuánto tiempo tiene el de la Vía Láctea?
Creemos que hay acreción, materia que cae en él, y
calculamos que en formarse un agujero de tres millones de masas solares
se tarda unos 10.000 millones de años, que es casi la edad del
universo. Probablemente el agujero negro de nuestra galaxia se formó
al principio, pudo ser inicialmente pequeño y ha ido creciendo.
¿Cómo han logrado obtener pruebas de la existencia
del agujero negro de SgrA*? ¿Qué telescopios han utilizado?
Observamos la atracción gravitatoria que ejerce sobre estrellas
a su alrededor y lo tenemos que hacer en infrarrojo porque hay mucha materia,
polvo, que impide ver con cámaras de luz visible los astros del
centro galáctico y medir su movimiento. También observamos
con radiotelescopios. Hemos usado, por ejemplo, el telescopio NTT, de
3,5 metros de diámetro, del Observatorio Europeo Austral (ESO),
en La Silla (Chile).
¿Sirven los nuevos telescopios gigantes VLT del ESO?
Sí, claro. Estamos construyendo instrumentos para hacer este
tipo de mediciones, primero utilizando los telescopios de ocho metros
individualmente, y más adelante de forma combinada, en interferometría,
lo que nos permitirá incrementar la resolución en un factor
de diez. Así nos podremos acercar mucho más que ahora al
objeto central. Y midiendo estrellas más cercanas al agujero negro
podremos determinar si sólo es uno o hay dos agujeros negros en
el centro de la Vía Láctea, algo que no podemos excluir.
¿Y en otras galaxias?
Será muy útil el XMM, el próximo telescopio
de rayos X, de la Agencia Europea del Espacio. Con él podremos
hacer mediciones de gas muy caliente, a decenas de millones de grados,
muy cerca de agujeros negros. Esto permitirá estudiar radiaciones
características de las que se podrá deducir información
sobre los agujeros negros. No lo podremos hacer con el de nuestra Vía
Láctea, porque no es suficientemente activa, pero sí en
galaxias activas. Paradójicamente, con los agujeros negros, que
son los objetos más oscuros que cabe imaginar, podemos explicar
los objetos más brillantes: los cuásares. Esto se debe a
que el agujero es negro sólo dentro de su radio característico,
pero su atracción gravitatoria es tan fuerte que si se convierte
ésta en radiación, al caer en él grandes cantidades
de masa, se genera una enorme cantidad de radiación brillante justo
antes de desaparecer esa materia para siempre.