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En
el centenario de la publicación del clásico de Freud
La interpretación de los sueños
y la neurociencia
Por Enrique
de Urquiza *
Freud jamás
pensó que la primera edición de su libro La interpretación
de los sueños realizada en noviembre de 1899 tardara 8 años
en vender las sólo 600 copias que fueron impresas. Casi dos años
después de su publicación, Freud lamentaba que ningún
periódico científico hubiera mencionado su libro y que los
pocos comentarios que su obra había generado en la prensa fueran
en su mayoría negativos. Sin embargo, ni Freud ni sus más
cercanos admiradores de entonces imaginaron que este libro, traducido
al castellano en 1924, provocara un impacto tan profundo en la cultura
de los países occidentales a tal punto que hoy se pueda afirmar
que muchos de sus conceptos se han incorporado al arte, la literatura,
el cine y el lenguaje de la mayoría. La teoría sobre el
origen y el significado de los sueños, luego de los primeros años
durante los que fue ignorada, ganó adeptos rápidamente entre
médicos, psicólogos, psiquiatras y luego entre artistas
y escritores para así incorporarse a mediados del siglo a la cultura
popular. Un descubrimiento importante
En 1953 un grupo de investigadores, no asociados con la teoría
freudiana y dirigidos por Nathaniel Kleitman, hicieron un descubrimiento
importante: el movimiento rápido de ojos o REM (Rapid Eye
Movement en inglés). Si bien era ya sabido que los ojos de
los seres humanos y de los animales se mueven rápidamente en diferentes
períodos durante el sueño, nadie había tratado hasta
entonces de monitorizar ese movimiento por medio del electroencefalograma.
El análisis de las ondas cerebrales indica que existen 5 etapas
de sueño: 4 niveles de profundidad de sueño y una quinta
etapa de sueño REM que es cuando se puede observar el movimiento
rápido de ojos. Los investigadores descubrieron que la producción
onírica se da con mayor frecuencia durante la fase REM y que ésta
se activa aproximadamente cada 90 minutos por un total de 2 horas por
noche. Durante el ciclo REM se incrementa la actividad cardíaca,
la respiración, la presión sanguínea, hay un mayor
flujo de sangre hacia la zona genital y se paralizan los músculos
voluntarios. La asociación del ciclo REM con la producción
onírica permitió a los investigadores almacenar gran cantidad
de información sobre el contenido de los sueños ya que los
sujetos de los experimentos eran despertados inmediatamente después
de completado el ciclo REM cuando es más fácil recordar
lo soñado.
El desafío
A pesar que de que los neurocientíficos comenzaron a investigar
los sueños por sus propios medios independientemente de la especulación
psicoanalítica en los años 50, el gran desafío no
llegó hasta el comienzo de los 70. La teoría freudiana sobre
los procesos oníricos comenzó a ser cuestionada en los años
70 por neurólogos y psicólogos de la Universidad de Harvard
quienes se dedicaron a investigar el tema por medio de experimentos de
laboratorio. Allan Hobson y Robert McCarley, directores de las investigaciones,
concluyeron que los sueños no están relacionados con deseos
inconscientes sino con una descarga química por parte de lasneuronas
de las partes más primitivas del cerebro (tallo cerebral) durante
el ciclo REM del descanso nocturno. Para Hobson y McCarley los sueños
son producciones caóticas y al azar que se dan como resultado del
intento por parte de la mente de explicar los procesos fisiológicos
cerebrales que ocurren durante el estado de reposo. Estas conclusiones,
que abiertamente contradicen la teoría freudiana, se apoyaban en
experimentos que indicaban que durante la producción onírica
los centros más avanzados del cerebro donde residen los pensamientos,
las emociones y las memorias se encuentran desactivados o responden pasivamente.
Es decir, si los sueños son simplemente el producto de descargas
bioquímicas en el tallo cerebral precipitadas por necesidades puramente
fisiológicas y si los centros más avanzados del mismo asociados
con las memorias y las emociones se encuentran desactivados o a merced
de tales procesos, no es difícil concluir que las producciones
oníricas nada tienen que ver con los deseos inconscientes, las
dificultades de la niñez o los conflictos psicológicos de
los que hablaba Freud en su famosa teoría.
Mis sueños son colinérgicos
Esta teoría de los sueños, llamada activación-síntesis,
que hiciera famoso a Hobson de Harvard University, dominó la explicación
científica del tema durante los últimos 20 años.
Según Hobson, cuando estamos despiertos el cerebro está
dominado por químicos adrenérgicos liberados por células
nerviosas del tallo cerebral que mantienen al cerebro en estado de alerta
limitando toda tendencia a divagar o disgregar. Cuando comenzamos a dormirnos,
el tallo cerebral deja de liberar los químicos adrenérgicos
y comienza a descargar químicos colinérgicos los cuales
dominarán al cerebro durante el período del sueño
produciendo la pérdida de la memoria y la conciencia. Los químicos
colinérgicos desactivan las redes neurológicas asociadas
con la cognición y el movimiento muscular voluntario y el cerebro
se convierte en altamente sensible a imágenes erráticas
sin atender a las contradicciones o al aspecto delirante de tales producciones.
Este es el estado cerebral en el que se dan los sueños. La descarga
colinérgica bombardea también los circuitos emocionales
del cerebro produciendo ansiedad, miedo, enojo, culpa o eroticidad.
También las regiones más avanzadas del cerebro encargadas
de procesar información son bombardeadas colinérgicamente
y es así como el cerebro, al intentar darle sentido o sintetizar
a las imágenes y sentimientos producidos por las descargas colinérgicas,
produce la historia a la que llamamos sueño. Hobson dice que la
activación del tallo cerebral que enciende la producción
onírica durante el período REM es de origen espontáneo
y de motivación neutral, negando la noción psicoanalítica
de que los sueños puedan reflejar las preocupaciones emocionales
del individuo.
Pero éste no es el fin de la historia
Lo bueno de la ciencia es que no es un dogma religioso y que está
abierta a nuevas investigaciones, nuevos descubrimientos y a los debates
que éstos suscitan. Es así como estudios recientes, logrados
por medio de imágenes funcionales del cerebro o tomografías
PET que permiten observar el cerebro en funcionamiento, sugieren que ciertos
aspectos de la teoría psicoanalítica de los sueños
podrían contar con validez biológica.
Un ejemplo de estos nuevos descubrimientos es una serie de estudios llevados
a cabo por el investigador Allen Braun del Instituto Nacional de Salud
de Estados Unidos. Braun dice que su grupo de investigadores encontró
que, como describían previos estudios de laboratorio, el tallo
cerebral se encuentra altamente activado durante la faceta REM del sueño.Pero,
y aquí está lo nuevo, estos investigadores también
detectaron una explosión de actividad en áreas del cerebro
responsables de funciones mentales altamente complejas. Estas áreas
incluyen estructuras del sistema límbico involucradas en las emociones,
la motivación y la formación de memoria y también
áreas del tallo cerebral involucradas en el procesamiento de información
sensorial. Al mismo tiempo estos investigadores descubrieron que, durante
el ciclo REM del sueño, las áreas de la corteza cerebral
asociadas con los procesos mentales más sofisticados tales como
el planeamiento, la abstracción, el pensamiento lógico y
la fluidez contextual de memorias experimentan una disminución
en su actividad. Para Braun este mapa de la actividad onírica no
sólo se ajusta a la experiencia subjetiva del individuo que sueña,
sino que también es consistente con algunos aspectos de la teoría
psicoanalítica. Pero también descubrieron incongruencias
ya que, por ejemplo en los estudios con tomografías PET, las partes
del cerebro que se encargan de la producción de símbolos
se encuentran desactivadas, cosa que contradice a la teoría freudiana
la cual dota a los sueños de simbolismos inconscientes que encerrarían
la clave de los deseos.
Hacia un terreno común
Hasta hace muy poco los bioneurólogos y psicólogos experimentales
estaban firmemente convencidos de que los sueños eran generados
por y durante el ciclo REM, ya que en estudios de laboratorio en que los
sujetos eran despertados durante el REM describían actividad onírica
cosa que sucedía rara vez cuando se los despertaba en otra faceta
del sueño. El ciclo REM se inicia en el tallo cerebral, un área
muy primitiva de cerebro que no involucra la memoria o las emociones.
Por esta razón era lógico para Hobson concluir que los mecanismos
de REM iniciaban la actividad onírica en ausencia total de las
preocupaciones o deseos psicológicos del sujeto. Pero los resultados
de nuevas investigaciones cuestionan este último concepto al demostrar
que es posible la producción onírica en ausencia de la fase
REM de sueño. Mark Sloms, profesor de neurocirugía del hospital
St. Bartholomew de Londres, ha estudiado casos de pacientes con lesiones
en el tallo del cerebro donde se origina el ciclo REM. Estos pacientes
nunca entraban en REM, sin embargo Sloms se sorprendió al descubrir
que a pesar de ello seguían soñando. Lo cual es una contradicción
si es que el REM es el generador de la producción onírica.
Sloms también estudió el caso de 45 pacientes sin daños
en el tallo cerebral, pero con lesiones en las áreas del cerebro
asociadas con las memorias y las emociones, y descubrió que estos
pacientes carecían de sueños. Antes de estos hallazgos Sloms
estaba convencido de que no había lugar para la teoría freudiana
sobre los sueños. Ahora es de la opinión de que los sueños
no son sólo activados por el mecanismo REM en la parte primitiva
del tallo cerebral, sino que también pueden ser generados en otras
partes del cerebro encargadas de la formación de la memoria y de
las emociones.
A la luz de estos y otros resultados, Sloms concluye que es acertado pensar
que los sueños sean un reflejo de deseos, conflictos y todo tipo
de actividad psicológica tanto consciente como inconsciente. Pero
Sloms agrega que no existe evidencia para la parte de la teoría
freudiana que asegura que los motivos inconscientes de los sueños
sean camuflados en forma simbólica para no disturbar al sujeto.
Allen Braun, del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, que
actuó recientemente como moderador de un debate entre Hobson y
Sloms, opinó que, aunque existen todavía desacuerdos entre
los que proponen la teoría de activación-síntesis
y los que propician un rol de importancia ala motivación psicológica
en los sueños, ambas posiciones se aproximan a un terreno común.
Los sueños
a través de la historia
El trato que se le ha dado
a los sueños a través de la historia de la humanidad refleja,
de alguna manera, la evolución del pensamiento humano desde la
superstición y la magia hasta el pensamiento lógico, racional
y científico. Una de las primeras menciones del posible significado
de los sueños se encuentra en el Antiguo Testamento. José
fue llamado por el Faraón de Egipto para que le descifrara el significado
de un sueño tortuoso. José interpreta el sueño del
Faraón como un mensaje divino y le advierte que Egipto pasaría
por 7 años de prosperidad seguido de 7 años de sequías
y miserias (los 7 años de vacas gordas y los 7 años de vacas
flacas). El sueño es tratado como un mensaje divino (no de origen
psicológico) cuya interpretación correcta podría
prevenir una catástrofe.
Las interpretaciones de los sueños como mensajes divinos o como
ocurrencias reales fueron paulatinamente mezclándose con interpretaciones
psicológicas donde se lo entiende como una expresión de
la mente del individuo. Hasta aproximadamente la Edad Media, se puede
encontrar evidencia en la literatura de interpretaciones que combinan
estos dos puntos de vista y otras que diferencian aquellos sueños
que deben ser interpretados como fenómenos religiosos de aquellos
que deben ser entendidos como expresiones psicológicas. Por otro
lado escritores y filósofos griegos consideraban a los sueños
como expresiones ambiguas de lo más irracional y lo más
racional del individuo (Homero) o la voz de la conciencia (Sócrates).
Platón, Aristóteles y el Talmud
Platón por su parte en La República anticipa bastante de
cerca la teoría freudiana al opinar que los sueños son la
expresión del animal irracional dentro del ser humano. Sin embargo,
Aristóteles opina que los sueños son de carácter
racional ya que representan observaciones refinadas que logramos más
claramente que cuando estamos despiertos. El romano Lucrecio también
anticipa un aspecto de la teoría freudiana: para él los
sueños representan la gratificación de los deseos aunque
sin hacer énfasis en lo irracional de éstos. El Talmud,
antiguo libro religioso judío, opina que todos los sueños
tienen significado y que el sueño que no es interpretado es como
una carta que no se ha leído. La importancia que le da el Talmud
a los símbolos también parece adelantarse a Freud: todo
en los sueños significa algo diferente a lo que sugiere la superficie.
Por otro lado, el Talmud opina que existen algunos sueños que tienen
carácter predictivo. No es, sin embargo, hasta la llegada de los
filósofos empiricistas ingleses y los del Iluminismo que encontramos
una marcada ruptura con la idea de que los sueños sean portadores
de mensajes divinos o que puedan ser utilizados para adivinar el futuro.
Por ejemplo Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, propuso
la hipótesis de que los sueños son el resultado de estímulos
somáticos que la mente luego organiza en forma narrativa, anticipándose
a posiciones que hoy sostienen algunos investigadores neurocientíficos.
Kant y Voltaire estaban de acuerdo
Voltaire decía que el pensar que los sueños puedan ser proféticos
era una superstición sin sentido y agregaba que estos eran la expresión
de estímulos somáticos y de las pasiones del individuo.
Kant compartía la misma posición que Voltaire agregando
que probablemente las ideas, durante el sueño, son más claras
y menos estrechas que cuando estamos despiertos. Goethe considera que
la capacidad imaginativa del individuo es superior durante el sueño
y que éste es una expresión de nuestra búsqueda congénita
de la salud y la felicidad. Emerson fue quizás el primero en reconocer
la conexión entre la personalidad y la producción onírica,
al sostener que nuestro carácter se ve reflejado en ellos, particularmente
aquellas partes que no aparecen en nuestra conducta manifiesta. Hace 100
años Freud, un ávido estudioso de historia, filosofía,
literatura y antropología y entrenado como médico neurólogo,
creó la teoría mas sofisticada hasta el presente sobre la
interpretación de los sueños. Freud elaboró esta
teoría basándose en la observación detallada de los
sueños de sus pacientes neuróticos y de los suyos propios
y consistente con su teoría psicoanalítica de la mente y
de la cura de las enfermedades emocionales.
Sigmund Freud y la teoría de los sueños
Freud asegura que los sueños son intentos camuflados de la gratificación
de deseos. Los sueños, para Freud, representan deseos o necesidades
que el individuo no puede aceptar y que por ende reprime, es decir esconde
de su propio aparato consciente. Estos deseos aparecen luego en forma
simbólica como el contenido latente del sueño. Freud explica
que existe un censor que convierte el contenido latente del sueño
en el contenido manifiesto o sea en los personajes o eventos que componen
la narrativa del sueño que recordamos al despertar; este censor
protege al individuo permitiéndole expresar impulsos inaceptables
evitando al mismo tiempo la ansiedad asociada con el deseo inconsciente
expresado.
La teoría psicoanalítica de la interpretación de
los sueños está basada en la observación clínica
y en el razonamiento detallado y lógico de uno de los grandes pensadores
de la humanidad pero le faltaba validación empírica, elemento
vital del método científico. En la época de Freud,
la psicología experimental se encontraba en estado arcaico y la
neurología no contaba con los medios como para medir o producir
imágenes del cerebro en funcionamiento.
Electroencefalogramas y sueño REM
Es en los años 50 que los primeros estudios de laboratorio con
la ayuda del electroencefalograma comienzan a explorar la base orgánica
de los sueños y luego en los años 70 a desafiar la teoría
freudiana (ver nota principal) y concluir que la producción onírica
es caótica y no representativa de la problemática del individuo.
Hasta que en los últimos años, la incorporación de
la tecnología de imágenes funcionales permitió ver
que no solamente la parte primitiva del tallo cerebral se activa durante
la producción onírica sino también otras más
sofisticadas, incluyendo la responsable de la producción de memorias
emocionales, reflejando las pasiones y problemáticas del individuo
como sugería Freud en su teoría.
* Enrique de Urquiza es
doctor en ciencias de la conducta, psicólogo e instructor clínico
del hospital Gouverneur de Nueva York
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