Conejitas
para la dama y el caballero
El
canal Playboy fue relanzado en el país. Además de dos
playmates pimpantes, vino a Buenos Aires para
la ocasión Suzanne Jewell, directora de Marketing de la señal
en países de habla hispana y portuguesa.
En los últimos años, muchas mujeres han llegado a ejecutivas
de la marca Playboy, empezando por su directora
general, la heredera de Hugh Heffner. En esta entrevista, Jewell cuentalos
guiños de la marca a las mujeres,
que son quienes suben o bajan el pulgar a la hora de tener el decodificador.
Por
Soledad Vallejos
Complejo
de restós y boliches de Puerto Madero. Mucha gente señores
de traje con las corbatas sueltas, promotoras de perfumes y habanos,
algunas mujeres arregladas como para la entrega de los Oscar por
todos lados. Dos rubias de medidas increíbles, cabellos largos
y espaldas descubiertas dejan de abrazar para las cámaras de
televisión a algunos ejecutivos con cara de felicidad para ubicarse
en el centro de la pista. Las siguen varios guardaespaldas. Una tercera
rubia, algo más pequeña, las guía, es la que al
principio baila más animadamente, reparte sonrisas a diestra
y siniestra, inaugura los gestos que las otras chicas repiten aplicadamente.
La fiesta es el punto final de las actividades para el lanzamiento oficial
de la señal Playboy TV, el canal que una de las revistas más
mentadas de los últimos cincuenta años posee en el servicio
de la televisión por cable. Que quede claro: las conejitas, Layla
Roberts y Marliece Andrada, hacen (parece que muy bien) su trabajo.
Suzanne Jewell, la directora de Mercadeo de Playboy TV, también,
y si hay algo que tiene claro es cómo debe hacerlo. Desde hace
tres años, esta norteamericana oriunda de Michigan una
de las comunidades más conservadoras de Estados Unidos
es la responsable del diseño de pantalla y de la línea
estética a seguir en el marketing del canal para todo el mercado
de habla hispana y portuguesa, lo que se dice mucha responsabilidad.
¿Cómo encaró el planteo de marketing para
regiones tan amplias y tan diferentes? La primera cosa que hice,
después de mirar las encuestas y las investigaciones que habían
hecho para lanzar el canal, que incluyó un plan de cinco años,
fue evaluar psicológicamente ese tema de Playboy, porque especialmente
en una región como México, por ejemplo, las cuestiones
morales, religiosas y sociales hacen que el posicionamiento del canal
sea mucho más tabú que en un país como Brasil.
Además, lo que pasa con la marca de Playboy es que como ya tiene
fama por la revista, por los videos hogareños y todo eso, es
una de las cinco más reconocidas en el mundo. Puede ser fama
buena o mala, depende de la situación. Pero una cosa lógica
que yo vi fue que íbamos a atraer a la audiencia de los varones,
ése no iba a ser nuestro problema, porque ya hay una atracción
tan fuerte, especialmente en una región como Latinoamérica,
donde no había llegado la señal o que sólo conocía
la revista, que la gente tenía hambre de ese producto porque
no había muchas más opciones, por lo menos nada que tuviera
la clase o la sofisticación de Playboy. Lo que yo vi como la
meta, como lo que yo tenía que arreglar, era específicamente
cómo ampliar la audiencia femenina. Sería un problema
entrar con nuestra señal a esa casa si ofendemos, especialmente
cuando tú miras la fuerza que tiene la pareja en toda la región
latina. Tú ofendes a la mujer y ella dice eso a la casa
mía no entra. Entonces, ¿cómo lo había
interpretado yo? Pues, primero, una de las cosas que hice fue intentar
capturar la sensualidad de lo que representa Playboy, que siempre ha
intentado jugar con tu fantasía, o provocar a tu imaginación,
pero no mostrarte todo. Por ejemplo, las imágenes de difusión
de la señal son totalmente en blanco y negro, y hay algunas en
las que sabes que es un cuerpo desnudo, pero a la vez no ves nada, nosotros
empezamos la frase y tu mente la termina. Además, yo quería
hacerlo de una manera más artística.
¿En relación con los demás canales o con
lo que había recibido?
Teníamos
que posicionarnos en la mente de la gente, de lo que tenían pensado
de Playboy, haciéndolo con una sensualidad que no fuera vulgar,
que no fuera pornográfica, que no mostrara demasiado, que no
te dijera aquí está todo, dejando algo, provocando
bastante para que dijeras ah, a ver qué hay detrás
de la puerta. Y entonces empezamos con esto y toda la imagen que
hacemos de mercadeo al público la vamos capturando en blanco
y negro para ir empujando la imagen de Playboy en Latinoamérica
pero sin ofender, ir más allá del hombre y ampliar nuestra
audiencia. Porque lo que pasaba también en las encuestas que
habíamos encargado era que incluso las parejas estaban pidiendo
el canal, para guardar el romance, para aumentar la pasión dentro
de la pareja, y ésa es una de las razones por las que habíamos
enfocado en la plataforma de que sensual es la palabra, excelente
es la calidad, pero tan caliente que quema. Además, hice
incluso estudios del color que quería usar para el logotipo,
yo quería hacer algo que capturara un calor, una calentura, una
pasión. Cuando tú te acercas a un color como el rojo que
hicimos, te sube la presión de tu sangre, tu corazón empieza
a latir con más fuerza. Y otra cosa que quisimos hacer fue provocar
una reacción física, y eso fue algo que hicimos también
cuando estábamos posicionando la imagen y la marca en toda la
región latina.
¿Es muy diferente la señal de Estados Unidos de
la que llegó acá?
Muy diferente no, pero es de otro estilo, todos dependemos del
archivo de programación que había creado originalmente
Playboy, que son mil horas, pero cada año vamos añadiendo
programación original. Tenemos un show que este año ha
sido bastante famoso, que se llama Videos caseros traviesos,
que son videos que manda el público, y es casi como el Americas
funniest home videos un programa de bloopers pero
del tema adulto, de cosas que hacen tus vecinos o los míos, una
nunca sabe lo que están haciendo tus vecinos detrás de
las puertas cerradas. Por otra parte, mucha gente me pregunta por qué
con los años Playboy no ha cambiado y no ha mostrado más.
Esa es una cosa que no vamos a cambiar, porque cuando empezó
Heffner en el 53 la compañía, lo hizo con la idea
de respetar la sensualidad y la belleza desnuda de la mujer, pero como
si fuera una diosa, ponerla en un pedestal. Es como si fueras caminando
por la calle y pasaste por la casa de tu vecino y en una miradita secreta
viste a su hermana o su mujer desnudándose para tomar una ducha.
Y de momento no estabas seguro si lo viste, pero ah, sí,
lo vi, y es como algo un poquitico travieso pero no sucio. Entonces,
lo que él quería hacer era abrir las puertas para hablar
de un tema tabú, que incluso ahora sigue existiendo el tabú
del sexo, pero a la vez es algo tan natural que lo hacemos todos, lo
hacemos como respirar.
Suzanne sonríe. Sabe manejar con precisión las pausas,
sonreír al terminar cada respuesta, mirar a los ojos casi todo
el tiempo para acentuar sus palabras. Está segura, muy segura.
Así y todo, de tanto en tanto trastabilla con el género
de algunas palabras, mientras embebe
con su acento inglés las ces y eses absolutamente españolas
que aprendió en su paso por la Universidad de Sevilla donde
se graduó en Letras. Al hojear las apariciones de las conejitas
en los diarios, no puede evitar que la malicia se asome en medio de
tanta corrección. Las chicas siempre tienen miedo de que
las tomen por tontas, en parte ésa es la imagen que parece tener
el público. Pero fijate que en los encuentros con la prensa las
cosas no se dan así. Las preguntas de los hombres, por ejemplo,
siempre son las mismas: ¿Es la primera vez que están
en la Argentina?, ¿les gusta?, ¿ya probaron la carne?,
¿y qué les parecen los hombres argentinos?, ¿cómo
llegaron a ser playmates?. Siempre preguntan eso, en vez de preguntar,
no sé, qué hubieran sido si no fueran playmates. Y todo
el tiempo están con esa cara de deslumbrados. Pero las chicas
son absolutamente profesionales, de otra manera no firmarían
contratos de millones de dólares solamente por sacarse fotos
sin ropa, ellas saben que es su trabajo, y lo hacen muy bien.
¿Hay algún país en el que Playboy no tenga
entrada?
En China, por cuestiones religiosas y morales.
¿Y los países árabes?
Tenemos ahora mismo en Turquía un canal de Playboy, que
es un par de horas, tú sabes que en cuestiones sociales allá
están mucho más cerrados todavía.
¿Cuál es la situación de las mujeres en la
empresa?
Esa es una cosa que me impresiona mucho a mí, siendo mujer,
y es que la jefa de toda la compañía es la hija de Hugh
Heffner, Christie Heffner, que tiene 44 años. Y una cosa que
pasa dentro de la empresa, y que es una de las razones por las que escogí
tomar la posición que me ofrecieron, es que no tiene techos de
vidrio, no pasa eso de que una mujer puede llegar hasta cierto punto
pero no subir. Y otra cosa que ella siempre ha intentado hacer es ayudar
a las chicas que han salido como playmates para que usen eso como un
trampolín para desarrollar su carrera y hacer otra cosa. Vamos,
yo soy una gringa que vino de Michigan, que sí, pasé tiempo
en España, pero a la vez conocí muy bien la industria
de telecomunicaciones, de televisión y también incluso
he sido programadora, y cuando llegué a este puesto para desarrollar
una de las cinco marcas más famosas del mundo en el mercado de
habla hispana fue como si me hubiera sacado la lotería. Es una
cosa impresionante. Además de las presentaciones, de viajar con
las playmates y eso, también hago capacitaciones al equipo que
está vendiendo el canal directo al público, al consumidor.
Y una de las cosas que me fascina es que cuando hacemos las capacitaciones
hablamos de quién va a comprar el canal, de quién está
llamando por teléfono, muchísimas veces me dicen que las
mujeres de la casa son las que están llamando, que están
pidiendo. Puede ser que el hombre haya dicho tú llama,
yo no voy a llamar, no digo que no. A la misma vez, la mujer latina
tiene bien desarrollada su mente y yo creo que no tiene esa cosa que
tenemos en Estados Unidos que se llama political correctness,
entonces es más libre para consumir este tipo de producto.
Entonces podría decirse que la marca Playboy está
en buena parte manejada por mujeres.
Sí, es importantísimo el predominio femenino. Y
además de eso, en los estudios que vi, los estudios psicológicos
que analizamos antes de lanzar la señal sobre qué provoca
a una persona, encontré algo interesante. Esos estudios decían
que las mujeres no estaban estimuladas sexualmente o eróticamente
de manera visual. No estaban como los hombres, por lo menos, porque
la mujer es mucho más indirecta en el asunto del sexo, y de cierta
manera es verdad, pero a la vez somos nosotras las que estamos buscando
el color exacto, el diseño perfecto... Esa era una de las cosas
que me había impresionado cuando queríamos capturar algo
para atraer a los dos, a la mujer y el hombre.