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Todo x 1.99 y algo más

en combustión
Spleen

Armonía es la combinación simultánea de sonidos, uno sobre otro, todo lo que en una composición no es ritmo ni melodía. Y en esa asignatura, los Spleen son uno de los grupos más interesantes de la nueva movida local. Su repertorio, que puede escucharse en Travesía ideal, reciente debut digital (editado por el promisorio sello independiente Indice Virgen) transcurre por la melancolía, sin influencias fácilmente detectables, con instrumentación inteligente y letras de cuidada poesía, entonadas por una voz, como mínimo, inquietante, que susurra extrañas confesiones al oído. Con un cuidado perfil estético, las canciones transitan sobre ritmos comatosos, en suspensión. “Nos salen así” confiesan, “intentamos tiempos más acelerados, pero nos sentimos ridículos. Sin perder la canción intentamos lograr climas, situaciones cinematográficas, que transporten”. Cortina habitual del programa radial Sábado maldito y bautizados a raíz de un capítulo de Las flores del mal de Baudelaire (“también el spleen es una suerte de melancolía con clase”, aclaran), se formaron hace cuatro años, y de sus temas han surgido infinitas mutaciones ya que “los trabajamos mucho, por eso no somos tan prolíficos”. Un hecho casual les descubrió una nueva forma de trabajo: “Cuando nos invitaron a tocar al Museo de Arte Moderno no podíamos usar batería, así que preparamos algo con guitarra y teclados y nos gustó, así que ahora alternamos las dos formaciones”. Aristócratas de la tristeza.


Leila

“Un buen ruido es un buen ruido, no importa de dónde venga, ya sea tecno, rock o jungle. Mi mayor interés son los sonidos, nunca me consideré músico, y sólo ambiciono producir algún ruido que provoque algo en la gente”, declara Leila Arab, esta flaquísima multiinstrumentista iraní residente en Londres que ha convertido a su álbum debut Like weather (editado por Rephlex, sello del inquieto Aphex Twin) en uno de los más sorprendentes de los últimos tiempos. Con aura de trip hop y Nu soul, a raíz de su reptar sigiloso y melancólico, pero de una amplitud conceptual excitante, el disco transcurre por timbres perversos, ritmos cadenciosos, instrumentales inquietantes, funk marciano y paisajes de electrónica minimalista... Arropada por la contribución vocal de su hermana Roya (cantante de los trip hoperos Archive) y sus amigos no profesionales Luca y Donna Paul, dado que Leila no canta, el trabajo respira un aire artesanal, grabado en el cuarto de su casa familiar. “Nunca me muevo demasiado de casa, amo mi colección de discos y suelo mirar los días transcurrir tras mi ventana. Soy realmente una ermitaña. Mi familia ha tenido muchos problemas, nos hemos mudado mucho, no tengo un sentimiento de pertenencia, y la música ha sido lo único que me ha acompañado siempre”. A pesar de su atrevimiento sonoro, ella considera que se trata de “simple música pop”. Se trata de un disco que, quizás, Tricky hubiese querido grabar después de Pre millenium tension.