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Birabent en España Un nuevo azar Subterfuge Records, un sello español, acaba de editar Azar, el primer disco de Antonio Birabent en la península Ibérica. A diferencia de su predecesor/homónimo argentino, añadieron dos canciones: una versión de I am waiting for the man de Velvet Underground y un remix de Madrid hecho por Big Toxic, technomaster español por excelencia (ha compuesto música para los espectáculos de La Fura dels Baus y ha remezclado, entre otros, a Nine in Nails). Birabent y Big Toxic ya la interpretaron juntos en el escenario de la emblemática sala El Sol de Madrid. Además, el diseño y las fotografías son distintas y el señor Birabent ha prescindido del Antonio. Parece que la prensa especializada está encantada (Birabent da lecciones de nueva sensibilidad, del manejo de todos los artificios musicales contemporáneos para hacer canciones emocionantes... han dicho). Felicitado. El proyecto solista del líder de Prodigy Liam DJ Siguiendo la reciente modalidad ya instaurada por Moby, Chemical Brothers, Fatboy Slim, Nicolette, Jon Carter, Dimitri From Paris y un largo etc, Liam Howlett (líder y mentor absoluto del sonido de Prodigy) acaba de editar su álbum Prodigy present: The dirtchamber sessions volume one, desempeñándose exclusivamente como disc jockey, una actividad nada nueva para él, pero que nunca antes había llevado al disco. Utilizando material de su variada y frondosa colección, Liam nos descubre pistas que han influenciado directamente al sonido de su grupo (como Give the drummer some de Ultramagnetic Mcs, de donde tomó la inspiración para Smack my bitch up) y no guarda ningún rencor hacia los Beastie Boys (con quienes Prodigy tuvo un problema durante el último festival de Reading), incluyendo varios de sus temas. Se trata de un arduo y esmerado trabajo artesanal, donde Liam toma fragmentos de temas: la parte vocal en el caso de los Charlatans, la canción casi entera (New York de los Sex Pistols) o solo una pequeña muestra rítmica o instrumental (la apertura con The Big Beat de Billy Squier que, pese a todo, no figura en los frondosos créditos), a las que somete a diferentes tratamientos (equalizado, loopeado, sampleado, cambio de tempo, agregado de efectos), superponiéndolas y mezclándolas, hasta conseguir (en varias ocasiones) algo parecido a un tema diferente. No tan arriesgado como el Endtroducing de Dj Shadow, pero tampoco limitándose a pegar un disco tras otro (como en el caso de Nicolette), Liam elabora una obra que tiene un, quizás inconsciente, punto de contacto con la música concreta y el serialismo (disciplinas pertenecientes a la llamada música culta), consiguiendo un resultado de claras intenciones estéticas y conceptuales, no demasiado apto para las pistas de baile (los temas cambian demasiado bruscamente, en una sucesión vertiginosa que no permite instalarse en ningún sitio y los ritmos a veces no son estereotipadamente dance). El tecnomaster de Essex condensa 50 temas en 51 minutos (agrupados en 8 segmentos), en una ecléctica mezcla que abarca brit pop (Charlatans), militantes del break beat (Fatboy Slim, Chemical Brothers, Propellerheads, Bomb the Bass, los propios Prodigy), pioneros del rap (Digital Underground, Public Enemy, LL Cool J, Grandmaster Flash), punk (Sex Pistols), sacerdotes de la alternatividad (Janes Addiction, Primal Scream), adelantados de la electrónica 90s (KLF, Meat Beat Manifesto, Coldcut, Renegade Soundwave), jazzeros de mente abierta (el seminal Rock it de Herbie Hancock) , neoprogresivos 70s ultra underground (Babe Ruth), tímidos niños indie (Belle and Sebastian), oscuros peones del noise rock (Medicine) y neo soul lujoso (Barry White). Toda una lección de apertura mental que deberían tener en cuenta muchos defensores de la electrónica. No debemos confundir The Dirtchamber con un álbum de Prodigy, pero proporcionará a sus seguidores varias pistas para entender los más profundos cimientos de su sonido: no todo es pararse los pelos y gritar ¡firestarter!, ¡firestarter! M.M. Poesía uruguaya EL CUARTETO DE ELLOS
Palomo Roberto Musso Desde hace unos quince años, los uruguayos de El Cuarteto de Nos vienen entregando depravadas joyas rockeras para el beneplácito -y las carcajadas- de sus fans, al lado de las cuales éxitos arribistas como Los Sultanes (Decile que lo quiero) son apenas un poroto. Con la excusa de la edición de un nuevo álbum (¡¡¡Esta!!!, BMG Uruguay) el grupo cruzará el charco para tocar a fin de mes en el Ciclo Molotov. Esta letra es apenas una muestra de lo que se podrá ver en el Centro Cultural Ricardo Rojas. No será la última. |