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Dos de los hacedores de canciones más prometedores que dio la década del rock argentino no-futbolero encauzan definitivamente sus carreras y se largan con sendos, independientes y sugestivos, discos solistas. Aquí, una pequeña guía de palabras y sensaciones de parte de los directos involucrados para entenderlo ¿todo?
MARTIN PEREZ
FOTOS: TAMARA PINCO
Vital y Cazuela. Corazón y cabeza. Así se llaman los discos de Leo García y Francisco Bochatón, respectivamente. Y así es como le contaron al No que les gusta definirlos. Hice mi disco pensando mucho en el sentimiento, principalmente en el amor como energía. Como energía de expresión, de ida y vuelta. También viví mucho el lado introspectivo de la música, pero el órgano principal fue el corazón, dice Leo de Vital. Si tu disco es un disco del corazón, el mío se refiere a la cabeza, responde Francisco, hablando de Cazuela. Porque es un disco que explora un mundo que sólo se encuentra en ciertos túneles. O en la claridad de la mente. Es un disco optimista, pero porque yo me siento así. Es musicalmente prolijo y tiene mucha poesía. Es más: me parece que es el mas poético de todos mis discos.
Vivos y revueltos. Solos y decididos. Así comienzan el año García y Bochatón, flamantes solistas luego de haberlo intentado todo con sus grupos. Al frente de Avant Press, Leo García pareció haber sido bendecido por el propio Gustavo Cerati para que su grupo heredase el estandarte pop de Soda Stereo. Sin ir más lejos, Soda Stereo hizo un cover de Avant Press en Ferro -el último show de Soda antes de la despedida en River, un año después- y para su primer contrato multinacional el grupo contó con el propio Cerati como productor. No pudo ser. El resultado final fue considerado como muy experimental, y el proyecto archivado. Avant Press dejó de existir como grupo el año pasado. Lo de Peligrosos Gorriones es otro cantar. Allá por 1993, cuando el disco debut del grupo -producido por Zeta Bosio- estaba a punto de estallar y los Gorriones figuraban en boca de todos, Francisco no estuvo emocionalmente en condiciones de soportar eso llamado éxito. A lo gato Melquíades -¿se acuerdan?-, él y su banda desaparecieron de escena hasta que el video de Escafandra dejó de ser epidemia. Después, sí, los Gorriones aparecieron y desaparecieron aquí y allá, grabaron dos discos más, y -justo cuando se comenzaba a hablar de un cuarto álbum producido, oh paradoja del destino, otra vez por Zeta- Bochatón decidió dar el portazo y disolver la banda.
Así están entonces hoy Leo y Francisco. Solos e independientes. Porque de ser los líderes de dos grupos prometedores -y con sendos contratos con compañías multinacionales-, pasaron a ser sencillamente ellos. Cada uno con su disco solista bajo el brazo, pero compartiendo sello independiente. Me gusta pensar que el hecho de editar mi primer disco solista con una discográfica independiente sea algo así como una declaración de principios, dice Leo. Yo lo primero que pensé es en que podía hacer realmente lo que quería, explica Francisco. Que agrega: Y, la verdad, en este momento de mi carrerita creo que lo mejor que puedo hacer es sacar un disco así, apoyando una idea nueva.
Una idea que es tan nueva que aún no cumplió un año. Y lleva por nombre Indice Virgen (ver aparte).
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DIALOGO INDIE 1
Francisco: Si tengo que hablar del disco de Leo, diría que es para escuchar en un monoambiente ...
Leo: Está grabado en mono ...
F.: ¿En serio? (Risas.) No lo sabía (Más risas). Lo que sí sé es que el disco es literalmente Leo. De hecho, si te comprás el disco te comprás a Leo.
L.: Y yo del disco de Francisco prefiero subrayar el hecho de que fue capaz de dejar la adrenalina de lado para presentarse como un compositor de canciones. Decidió cambiar y lo hizo. Todo un ejemplo para el rock de los noventa.
F.: ¿No será mucho? (Risas finales.)
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A mediados del año pasado, superada la emoción de finalmente tener el compilado Indice Virgen en sus manos, Sebastián Carreras, el editor responsable (ver aparte), les confiaba a sus íntimos que quienes mejor habían entendido la idea inicial de aquel proyecto fueron Leo García y Francisco Bochatón. Los dos habían respondido fielmente a la idea inicial presentando canciones despojadas, recién salidas del horno y grabadas en casa. Por lo que resultó inevitable que Carreras haya comenzado a pensar desde entonces en contar en su catálogo con sendos discos solistas de los mejores intérpretes de su idea.
Cuando Sebastián se me acercó por primera con la propuesta de hacer un disco solista yo le dije que no, revela Bochatón. Era una idea que siempre la tuve en algún lugar de mi cabeza, pero cada vez que aparecía, tiraba la cosa para adelante. Algún día lo voy a hacer, pensaba, ya va a haber tiempo ... Y así, casi sin pensar en el asunto, me di cuenta de que tenía un montón de canciones con un clima íntimo, que no entraban en un disco de los Gorriones. Y me decidí a grabarlas antes de que se perdieran. Así fue como lo que comenzó siendo una modesta grabación casera, terminó transformándose en un auténtico disco solista, con Francisco encerrándose a grabar en un estudio durante todo el verano, dispuesto a tocar él mismo todos los instrumentos. Yo sabía cómo quería que sonasen las canciones, y me pareció que la forma más rápida de lograrlo era tocar todos los instrumentos ... Bueno, no es la forma más rápida ... (Se ríe.) Pero era la única con la que estaba seguro de lograr lo que yo quería, dice decidido hablando de su flamante Cazuela, en el que aparecen como invitados tanto Gustavo Cerati como Ulises Di Salvo y Mariela Chintalo, dos integrantes de la banda de Charly García.
Si Bochatón decidió con su disco ser fiel a la muestra que había presentado en Indice Virgen -Cazuela responde, en estilo e intenciones, a Perfume (de verano), tema 2 de la compilación-, Leo García no podía ser menos. A la manera de A vivir a marte, el track que cerraba aquel disco, Vital está integrado por una colección de sus grabaciones caseras. Lo que más me gustó de la propuesta de Sebastián fue que me daba la posibilidad de un debut como solista totalmente libre, en el que podía mostrar las cosas que había estado haciendo en mi casa, explica Leo. Cuando él me vino a hablar yo tenía una cantidad de material que había grabado en un portaestudio y que sabía que no me iba a entrar en otro disco que estoy preparando. Así que me cerró la idea de hacer un disco inmediato e íntimo. Porque lo principal de este proyecto es la comodidad de hacer las cosas como a uno le salen, y poder editarlas libremente sin firmar ningún contrato ni nada.
Un lujo asiático. O indie, digamos.
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DIALOGO INDIE 2
F.: ¿Ves? Cerati es el mejor ejemplo, porque él hace la música que le gusta y pega en la gente. No sé qué tiene. Es un iluminado.
L.: Yo fui fan de Soda Stereo. Compraba todos sus discos, me informaba sobre cómo era su nuevo look, me peinaba igual, impostaba la voz igual que Gustavo. Fui víctima de Soda (Risas).
F.: Yo, en cambio, fui víctima de Fricción. Corría el año 86, era fan de The Cure y le copiaba todo a Richard Coleman. Eramos tan darks ... (Carcajadas cómplices.)
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Cuando se habla del solista ideal dentro del reducido -pero activo- círculo indie porteño, todos los caminos confluyen en Gustavo Cerati. Sin ir más lejos, tanto Francisco como Leo son dos de los nombres más nombrados cuando se habla del esperadísimo álbum solista del otrora gurú pop de Soda Stereo. En realidad, el nuevo presente de Cerati parece ir moldeando a su imagen y semejanza la realidad pop que lo circunda. O losdeseos de un rock cada vez menos burbujeante (si de herederos o éxitos se trata). Si a la separación de Avant Press y Peligrosos Gorriones se les suman los devaneos de Juana La Loca y la sorda desaparición de Los Brujos, fácilmente se puede deducir que aquellos sónicos atravesaron decididamente sin pena ni gloria (masiva, al menos) la década del noventa. Y, justo cuando Cerati está a punto de continuar como solista su exitosa carrera al frente de Soda Stereo, sus apóstoles sónicos optan por un futuro solista tan prometedor como cuando comenzaron con sus grupos. Claro que varios años -y discos, y contratos discográficos- más tarde.
Las razones por las cuales nuestra generación no tuvo un representante que haya alcanzado la masividad creo que hay que buscarlas en el hecho de que ya no hay líderes, la gente ya no se cree más en esa historia, arriesga Bochatón. Me parece que hoy es más visible que todos somos iguales y nadie es un genio, y por eso para grupos como los nuestros la masividad no fue algo tangible. O al menos no lo fue para mí. Cuando tocaba con los Gorriones estaba tan claro que éramos todos iguales que ni siquiera yo sabía por qué estaba ahí arriba, confiesa Francisco, que festeja lo que considera como un feliz cambio. Es hora de que la gente se dé cuenta de que así no se puede seguir y que hay que buscar algo nuevo. Porque, evidentemente, así como está el Plan Planeta Tierra no funciona.
Sobre la decisión de seguir el camino solista, está claro que no funcionó -en estos años- el Plan Beatle. Porque la idea de tener un grupo es apenas un sueño adolescente, estilo Beatles, ejemplifica Leo. Pero, como cualquier sueño, llega un momento en que hay que despertar. García asegura que no le costó mucho despertarse: Porque Avant Press siempre fui yo, y alrededor de mis canciones siempre circularon los músicos. Así que la solución fue hacer foco en lo mío, y no preocuparme por mantener la ilusión del grupo. En el caso de Francisco, la cuestión grupal fue un tanto más compleja. En una banda la democracia siempre es una mentira. Que te lleva, por ejemplo, al extremo de tener que componer canciones a medida del gusto del resto. Cuando te das cuenta de eso, algo estalla. Y yo tome conciencia de eso, de todos los sacrificios que significaba tener un grupo y las pocas satisfacciones, cuando comencé a hacer mi disco. Me sentí tan cómodo y tan feliz, que decidí cortar por lo sano y hacer lo mío, dice Francisco, tan contundente y satisfecho que Leo mira a una cámara imaginaria y aclara: Ojo que esto no quiere decir que queremos que todos los grupos se separen. Nada de eso. Porque la química que logran bandas como Babasónicos y Suárez es algo que no se tiene que perder nunca. Lo de ellos encarna ese paraíso perdido musical que uno desearía no haber dejado jamás. Si es que hubiera existido realmente alguna vez.
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Vital abre con el inconfundible latido de un corazón. Estoy cansado de andar solo en mi cabeza, canta Bochatón en Cazuela. Casi al final de la década que más hizo para quitarle todo tipo de significado a la bendita categoría del rock alternativo, Leo García y Francisco Bochatón eligieron ser solistas y alternativos. Uno -Vital- etéreo y simple. Otro -Cazuela- íntimo y espeso. Los dos sabrosos y vivos. No hay nada más para decir. Sueño tus preguntas, y no recuerdo nada al despertar, canta Leo. Sólo queda escuchar.
El caso testigo del sello Indice Virgen
Ganador
El poema es de un francés llamado Stephane Mallarme. Lleva por título Ningún tiro de dados abolirá el azar, y en él está la frase con la que Sebastián Carreras decidió bautizar una compilación de grabaciones caseras que financió con la plata que tenía ahorrada para un viaje a Europa. Me gustó Indice Virgen porque Indice suena a indie, y eso es lo que yo quería hacer: un disco independiente. Y Virgen me gustó por lo que es. Es un nombre que suena bien, y además recuerda un poco a Catálogo Incierto, el sello que Daniel Melero armó a finales de los ochenta, que fue toda una inspiración para mí, le explicó Sebastián al No, luego de que el éxito de ese disco le abrió la puerta al sello discográfico. Porque al compilado Indice Virgen -y, por ende, también a Sebastián- no le ha ido nada mal. A casi menos de un año de aquella primera edición, su sello ya publicó tres discos de los que vendió toda su tirada, y se prepara para lanzar cuatro más. El secreto es ajustarse a una economía de almacén de barrio: con lo que gano al vender un disco, hago dos más. Y la idea es no reeditar: así las ganancias se destinan a editar cosas nuevas, revela Sebastián, que aún no conoce Europa. Pero no deja de editar discos.
Claro que el secreto del éxito de Indice Virgen no sólo es la economía (así como su éxito no sólo es económico). Hay algo más detrás de sus ediciones. Algo íntimo, austero y melancólico: sus discos. Es difícil definir cómo es un disco de Indice Virgen, dice su responsable. Todos los discos que salieron y los que van a salir son trabajos introspectivos. Pero lejos de ser una imposición es simplemente algo que se deriva de la premisa principal del sello: que el músico sólo se preocupe por lo que hace, que es la música. Y que lo haga con la mayor libertad posible. Todo lo demás viene detrás de eso.
Si la premisa inicial del compilado low-fi Indice Virgen era que sus intérpretes permitieran que el oyente se conectara de la manera más directa posible con la música allí presentada, ese principio se continúa en cada disco del sello. Se verifica en Melancolía (del grupo de Sebastián, Tus Hermosos) y en Travesía Ideal (Spleen), los dos lanzamientos que siguieron al agotado. Y también se podrá escuchar tanto en los discos de Francisco Bochatón y Leo García, como en sus dos próximos lanzamientos: Cubos, del solista Esteban Castells, e Indice Virgen 2, el próximo compilado. El principal capital del proyecto, en realidad, es su credibilidad, razona Carreras. Y agrega: Si nunca se llegó a redondear acá un mercado indie es por responsabilidad de los editores. Porque nadie quiere plantar un árbol. Lo único que quieren es recoger los frutos.
Luciendo orgulloso el traje de humilde jardinero, Sebastián apenas si quiere recordar las épocas en las que tuvo otro sello y otra banda. Antes de Indice Virgen, Carreras formó parte de un conglomerado de bandas que se unieron detrás de un nombre: Plot! Fue un proyecto algo inmaduro, dice. Teníamos el sello, los discos y los grupos. Pero nos faltó la gente dispuesta a comprarlos. Ahora es otra cosa, porque Indice Virgen está por detrás de la demanda. Eso es lo principal: un proyecto, para que tenga éxito, tiene que ser algo necesario. Y estos discos parecen serlo, dice -sin perder la humildad- el líder de un grupo que en el trayecto de Plot! a Indice Virgen perdió una palabra de su nombre. Antes, el grupo de Sebastián se llamaba Tus Hermosos Perdedores. Hoy se llama apenas Tus Hermosos. Me pareció que era un nombre demasiado pretencioso, dice ahora. Feliz de ganar -o perder, nunca se sabe-, pero a su manera.
M.P.
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