Principal RADAR No Turismo Libros Futuro CASH Stira
Todo por 1.99

Clara de noche

fueIser






Volver

Babasónicos las puertas de la percepción

Atrás quedaron los arranques lúdico-metálicos de Babasónica. El quinto disco de la banda que sobrevive a la extinción del alguna vez llamado “nuevo rock argentino” lo tiene todo: es excesivo, pretencioso, sorprendente y también simpático, pleno de personajes y situaciones imaginadas de un tiempo pasado. He aquí una recorrida de la mano de sus voceros oficiales, por las estaciones de una travesía sonora de largo aliento.

TEXTOS: ESTEBAN PINTOS
ENTREVISTA: PABLO PLOTKIN
FOTOS: NORA LEZANO

c”... Ha pasado más de una década desde que los superpolicías Crockett y Tubs persiguieran, vestidos por Armani, a aspirantes a mafiosos a lo largo de los cañones pasteles art deco de South Beach al ritmo del synth-rock de Jan Hammer, emblemático de los 80. Mucho cambió: los cowboys de la cocaína han devenido pintorescos anacronismos -mucho más polvo sopla a lo largo de la frontera con México hoy en día, que por las puertas de entrada a Miami.

Una era concluye, otra comienza. ¿Qué pasó con 2 Live Crew? ¿Vanilla Ice? Fueron lavados de nuestras memorias como la arena de las costas erosionadas de South Beach, mientras el área emergió como un punto clave para la moda y la cultura dance. Aunque Miami tiene mucho más que ofrecer a los turistas que brillo y glamour, la combinación de sol, arena y sexo del Deco District todavía atrae visitantes de a miles. Todo comienza con música. Es importante recordar que Miami es la ciudad en la que el disco nunca murió. Son tradiciones locales gastar hasta el último centavo en atuendos chillones y bailar toda la noche en clubes atestados en los que uno es maltratado. También, las escenas mafiosas que invariablemente explotan en las puertas de los lugares más cotizados ofrecen el teatro callejero más entretenido -y patético- al sur de Manhattan. Modelos, patovicas, basura europea (eurotrash), neoyorquinos, latinos de toda especie y drag queens llegan en bandadas a los siempre cambiantes clubes del momento en South Beach (Liquid, Bash, Groove Jet, Salvation, Ready Bar, Lua y Lost Weekend), despilfarrando dinero y actitud ...”

(Párrafo inicial del capítulo dedicado a Miami dentro de la “Spin Underground US Guide”, especie de guía turística cool sobre las grandes ciudades de Estados Unidos que la revista norteamericana editó en 1998.)

---------------------------------------

Miami: “No hay nada para ver. No hay nada que hacer. No hay arte, es como el lobby de un aeropuerto. No tiene contenido: es Miami. Electrodomésticos, argentinos de compras. Es tan sintética como Coca-Cola. Todos saben de qué se trata”. (Adrián Rodríguez)

Si la realidad imitara al arte y las historias que desfilan en cada una de las dieciocho canciones de Miami-el cd (con una tapa que integra la perla de la Florida a territorio misionero) fueran reales, fueran películas -tal vez como sus creadores pretendieran que fuesen-, deberían integrar la programación de un canal de cable que no existe. Colgado TV sería codificado, no sea que los niños accedan a sus imágenes explícitas en excesos de sexo y consumo de sustancias ilegales, y tendría como estrellas (el canal de las estrellas no, el de los estrellados tal vez) a el/la joven que llega a Plaza Constitución en huida hacia la nada (“4 AM”), el chongo de piel dorada que viaja en su auto saturado de cromado (“El summun”), el demonio de las rutas y las avenidas que viola restricciones de velocidad (“Gran prix”), la femme fatale que te puede matar con un beso (“Charada”) y el hombre-cuyo-nombre-es-peligro (“Drag dealer”). Varias de esas películas integrarían el volumen 2 de Baked potatoes (una excéntrica guía de películas para fumadores que se consigue en Tower a precio de oferta) y nadie se acordaría de ellas una vez concluidas. Es más, podrían verse por fracciones, sin que importe el final ni nada de lo que supuestamente está en juego. Adrián Rodríguez (cantante y principal letrista) y Diego Tuñón (co-escriba y co-compositor, tecladista) cuentan de qué se trata.

Rodríguez: Antes de hacer el disco nos proponíamos una dinámica de mezcla y de producción en la que no habíamos trabajado en los discos anteriores. Entonces no podíamos especular en cómo iba a salir. Nosotros somos muchos, tocan todos, y nuestros discos tienden a estar sobrearreglados, barrocos. En este disco pretendíamos ser más simples,aunque por momentos haya un montón de instrumentos exóticos todos juntos (eso no lo podemos evitar), pero ...

Tuñón: Hay momentos más íntimos.

Rodríguez: Claro, hay momentos sin tanta yuxtaposición de capas. Cosas más crudas: el sonido, su instrumento, y los dos haciendo un swing. Tratamos de que la música y la letra esté soportada por lo mínimo posible. Seguro que se hubiera podido minimizar aún más, pero hasta ahí llegamos. Tuñón: Probablemente sea éste el disco que más trabaja la simpleza. Lo que buscábamos mucho era un nuevo swing, una nueva forma de poder tocar nuestra música. Tuvimos que experimentar mucho para lograr eso.

Rodríguez: Siempre trabajamos sobre cosas que no existen, o que no tienen un correlato con la realidad tan fuerte. Siempre trabajamos con ficción, fantasía. En éste, también, lo que busco es no tener tantos lugares barrocos como había en Babasónica. Algo que nosotros entendemos es que es un disco que no se va a parecer a Babasónica. Eso es fundamental para nosotros. No teníamos ganas de volver a dealear con esa forma de producción ...

Miami las letras, ha de ser la culminación de una poética sinuosa y no siempre agraciada de Babasónicos, la misma que practican desde su atropellado debut Pasto. Hay un gusto por la invención de vocablos (paraguayana, moncho vip, se suman a otras ya patentadas), los adjetivos ampulosos y la recuperación de un tiempo y unos personajes idos, fetiches de años pasados que posiblemente varios de ellos hayan visto sólo de niños y a lo lejos. Estados de inconciencia, pastillas de ensoñación, colores chillones, lentes ahumados, sombreros y llamaradas pintadas en las puertas de la coupé. Todo ese universo que ahora no dudan en llamar por su nombre (grasa) está presente e impregna el aroma de cada canción, especies de semillas de un retro-beat que nadie puede igualar en la Argentina y que combina un juego de bandejas con vinilos disco-show y una trasnochada sección de cuerdas. Por eso las canciones viran, en tratamiento sonoro, de baladas soñolientas a galopantes sesiones de música para bailar y de melancólicas páginas de guitarra acústica y aires de bossa nova -el último descubrimiento de la modernidad globalizada- hacia algunos, esporádicos, arranques de furia electrificada.

Rodríguez: Ya terminamos el show de metal psicodélico. Este año empezamos otra dinámica de show, que va a tener este clima de huracán tropical. Miami.

Tuñón: Casi siempre mutamos, cada año y medio. El proceso acaba de terminar, seguramente en la próxima presentación estemos definitivamente mutados. Estamos fugándonos hacia el Litoral. Los shows nuestros van a tener más Mesopotamia. En vez de ser tan fríos, como era antes, más psicodelia, luces blancas, música agresiva ... este disco nos permite tener otro clima: más cálido y más favorecedor al viaje. Pero son todas teorizaciones sobre la música, que al fin y al cabo es un entretenimiento. El gusto por los estados y los personajes alterados, levemente salidos de foco por decisión propia (el que huye, el que conduce a toda velocidad, el que se atiborra de pastillas, el que fuma, el que toma, el que hace el amor) no es nuevo en Babasónicos. Sin embargo, debe decirse, muchas veces el discurso que justificaba aquellas inclinaciones terminaba por encima de la obra misma. Vicio argentino. Hablar de música antes que hacer canciones, citar nombres y discos como si se tratara todo de una larga y perfecta evolución darwiniana que conduce hasta hoy. Sin embargo, Miami cierra más o menos coherentemente esas obsesiones. Basta observar cualquiera de los muy buenos videos que la banda realiza (y que casi siempre firma su cantante y letrista bajo nombre falso) para entender de qué va esto. No es poca la audacia de intentarlo. Y si se concreta, mejor.

Rodríguez: Los personajes casi siempre están inspirados en un lugar de equilibrio que nos parece bello. Nadie lo contó y lo contamos nosotros.Descubrir algo, en eso está inspirada la temática de las canciones. Tratamos de que los narradores de las canciones, los personajes que la integran ... Tratamos de tener una experiencia personal bastante nutrida, poder ser testigos de una situación que te hace falta haberla vivido para conocerla. No por cantidad de años, sino intensamente. Con pasiones, con situaciones límites. Tener esa relación de vértigo, porque si la vida es una cuestión segura, se transformaría en aburrimiento. Nosotros contamos desde el vértigo.

Tuñón: Los personajes de otros discos son de una ficción superimposible. Estos tienen más simpleza, y basan su vuelo en eso. Este disco busca dentro de los espacios comunes: no necesita llevarte con un convoy alrededor de la Tierra para ver la estupidez del mundo. Este necesita estar en lo común, entre la gente, y se da cuenta de todo eso.

Rodríguez: Nos gustan Sandro y Los Decadentes, pero jamás podríamos pensar que nos podría salir algo como a ellos, porque son grossos. Pero hay un montón de grossos más: Burt Bacharach, John Barry, Scott Walker: una saga de crooners que llega hasta Sinatra, Benett y Jobim, que no es un crooner pero es también la música que manejamos. Pero también escuchamos el disco del Festival de San Remo, solistas de la psicodelia italiana, Ennio Morricone, Bruno Nicolai. Eso está dentro de nuestro imaginario de rock, así como también escuchamos bandas contemporáneas y vamos a ver mucho a bandas de acá (El Otro Yo, Victoria Abril, Carca). Me gusta mucho el último disco de Attaque. También escuchamos muchas bandas de afuera pero ... Es decir, nosotros estamos muy informados, así que empezar a enumerar nombres en inglés ... No snobeamos con la información: la información es sólo un desplazamiento mínimo de la ignorancia. Para escuchar Babasónicos no necesitás escuchar a ningún otro referente.

¿Hacia dónde va esta banda que no provoca la pasión de las multitudes futboleras ni habla de tomar cerveza en el quiosco, ni putea a la policía ni canta con León Gieco? Muchas veces su proyección mediática (otra vez los videos, una vez el hit “Viva Satana”) hizo más que sus propias canciones por darles un buen lugar dentro del pop-rock argentino hecho en la década. De aquel pelotón de pibes de la psicodelia suburbana que apadrinó Soda Stereo en épocas de Dynamo, poco ha quedado. Sólo ellos, en realidad. Tienen un contrato digno con una compañía multinacional y la libertad suficiente para crear en estudios, giran por Latinoamérica y tocan en el interior del país suscitando pequeñas fiebres de grupos de fans, realizan sus propios videos y cada puesta en escena tiene algo para decir y mostrar, han creado un pequeño universo privado de imágenes y personajes emblemáticos que apologizan en sus canciones. Todo eso en sólo cinco discos. No es poco. Se toma o se deja.

Tuñón: Cuando estoy en un show me siento más cerca de un guerrillero que de una estrella. Te subís a un micro, vas a una ciudad donde casi nunca estuvo el rock, vas y lográs que la gente te vaya a ver y comuniques cosas. Siempre dentro del mundo del entretenimiento.

Rodríguez: Concretás tu fantasía, producís tu música sin que medie ningún adulto comprometido con el establishment. Es una forma bastante independiente ...

Tuñón: Las estrellas se definen no sólo por sus posesiones, sino también por su popularidad y su atracción a los medios. Yo no soy un tipo atractivo para los medios. Mi exposición es la de un músico de rock, nada más que un referente de una porción de la juventud. Pero pagás lo mismo en todos lados. Las estrellas no van al supermercado. Las estrellas están siempre en el cielo, yo estoy mucho más cerca. Vivo en planta baja, toco en Cemento. No tenemos el ego de las estrellas. Hicimos un tema que se llama “Egocrypta”, así que creo que más bien somos lo contrario. Sí, somos unos personajes, hacemos músicas y no está muy claro cómo pensamos. Es que a nosotros no nos importa. Lo único que nos importa es la música, y lagente que nos va a ver se divierte. Preocúpense por analizar eso. Somos agentes del delirio.

Tuñón: Nuestra única vida es la de músicos: nosotros no fuimos a jugar al fútbol a MTV, no hicimos todas esas pavadas. Pregúntenle a ellos qué es ser una estrella de rock.

Rodríguez: Hace ya cinco discos que a nosotros nos dan plata para que hagamos las locuras que queremos. Eso creo que es lo más divertido del rock: hay otros que te dan plata sin saber lo que vas a hacer con eso.