Gustavo
Cerati, en el día de su debut pos Soda
Está
claro que no voy a tocar (De) Música ligera
Tarda
en llegar, y al final... El músico que asume su condición
de estrella (es así, acepta) inicia esta noche una
serie de presentaciones como solista, en el final de una década
en la que el pop perdió el partido de la masividad
frente al rock. Diagnósticos al margen, Cerati reflexiona
sobre su nueva condición, su rol de padrino virtual de la modernidad
musical porteña y de cómo Kapanga versionó su canción
más famosa, la misma que, afirma, no está en sus planes.
ESTEBAN
PINTOS
FOTOS: NORA LEZANO
ROPA: PRISL..
¿Esperás
un griterío de esos que recibían a Soda Stereo? La noche
que volvieron a tocar, con Sueño estereo, después de tanto
tiempo, fue tremendo. Y es el mismo escenario, el del Gran Rex...
Algo así, sí. Porque ya lo vengo experimentando. Sinceramente,
no sabía qué esperaba antes del primer concierto, estaba
demasiado ocupado pensando en todas las cosas que se estrenaban. Pero
se produjo un fervor muy notable, yo pensé que iban a sentarse
en algún momento y no pasó. Es que este show no propone
distancia, ni tampoco el disco, a pesar de que algunos lo han visto como
un disco frío, no creo que sea así, es un disco que transmite
una cierta intensidad y es ondulante a la vez. El show transita por ese
lugar, pero estamos unos puntos más arriba, naturalmente, porque
tocamos en vivo... Y la gente no se sentó más hasta el final.
Desde ese show en México he mantenido el esquema de las canciones
porque funcionó bien de entrada. Entre otras cosas, porque el nivel
de expectativa de la gente es grande y así está dispuesta
a escuchar, incluso en un nivel más up de lo que puede esperarse.
De lo que se desprende que, por ahora, preferís sólo
teatros como ámbito ideal para tú música. ¿Te
cansaste de los estadios, del tipo de histeria colectiva que abunda en
esos ámbitos?
No, es cierto que a mí me gusta hoy, mucho más, una
idea contenida. Pero no descarto que este show pueda acomodarse a distintas
circunstancias. Por ejemplo, estoy seguro de que para tocar en Europa
o en algunos lugares de Latinoamérica, deba tocar en algunos festivales.
Ya me lo han propuesto, pero por ahora no quiero hacerlo porque para mí
es todo primera vez: está mi nombre ahí, al frente, bien
grande, y siento que ahora quiero tener el reducto ideal. Y después
me acomodaré a las diversas circunstancias.
Se sabe que hay un par de canciones de Soda en este set. ¿Cuál
fue tu criterio para elegirlas? Ya te lo habrán preguntado antes
de cada uno de estos recitales...
Son tres, de los cuales dos nunca fueron tocados con Soda Stereo,
que son Zona de promesas un out take de Dynamo
y Sweet sahumerio. Y además hacemos Hombre al
agua, que surgió de un jam en los ensayos. Me dije no
está mal que exista un tema representativo. Productores y
luego periodistas, en México y también en Chile, me preguntaban
si iba a tocar algún tema de Soda. Y yo contestaba brutalmente
que no, que el que quería venir a ver a Soda Stereo, que no venga...
Es que para mí hay una continuidad, no veo una ruptura. Claro que
ahora hay momentos que ocurren durante el set que en Soda Stereo hubiera
sido imposible que sucedieran, digo como idea de banda hay momentos
solistas, ya lo verán. Y aunque sea mía, está
claro que no voy a tocar De música ligera...
A propósito: ¿Escuchaste la parte de Música
ligera dentro de una canción de Kapanga? Y en el video, también
hay una cita visual...
Sí, es que se trata de una canción que nos trasciende
a nosotros. Es como el gracias totales ¿no? Y lo de
Kapanga me pareció divertido porque me imagino que ellos, en realidad,
llegaron a eso zapando. Recuerdo a Los Brujos, que zapaban mucho Música
ligera... Es un tema divertido para tocar por una banda. Y no tuve
conflicto con eso, aunque inmediatamente desde mi editorial dijeron ¡Eh,
¿qué hay ahí? Pero además la sugerencia
con el porro, ahí viene Ramón... Me pareció
que lo estaba tocando una banda de plomos, me imaginaba cuando tocan así
mis asistentes. Siempre tocan antes del concierto y hacen temas, es divertido
escucharlos, yo llego y me quedo como en las sombras. Y hacen cosas de
ese tipo.
¿Y el tributo bizarro a Soda? ¿Supiste de eso?
Sí, por supuesto. Me lo hicieron llegar pronto. Ya la tapa...
Me noqueó. Me gustó. Seguramente en algún momento
va a existir un disco homenaje a Soda Stereo de una forma más institucional,
con una compañía multinacional detrás y todo eso,
pero éste es un emprendimiento súper valorable. Está
hecho desde un lugar muy interesante también, son bandas de garaje
y algunas son de un nivel de amateurismo tremendo, que recién empiezan
y capaz que es lo primero que hicieron... Pero aun así hay versiones
muy interesantes, desde varios lugares, desde lugares melódicos
la de Imágenes retro y Sueles dejarme solo,
desde un lugar hard, muy imponente. Es desparejo, como todos estos discos,
pero al margen de eso está muy bien. Otra cosa interesante: el
concurso de los remixes sobre las canciones de Bocanada que hicimos.
Cuando vi la respuesta de la gente que envió sus trabajos, hay
un nivel de calidad... Me impresiona que haya movilizado a mucha gente
para hacer ese laburo, más de cien remixes, con este resultado
sorprendente. A mí me costó mucho elegir diez, los diez
principales o algo así, desde el gusto nomás. Por ahora
están ambientando el antes y después del show, y esto se
engancha con la presencia de djs pasando música también.
Supongo que esto derivará en hacer un disco de remixes, me gustaría
que estén Kid Loco y Gus Gus por ejemplo y espero que se pueda
hacer antes de fin de año. No descarto incluir algunos de esos
otros, también.
Este año se habló bastante en los medios sobre
tu ingreso al Olimpo de los solistas y sobre esa cuestión,
particularmente, se ha tomado en cuenta mucho el estado de ánimo
o el momento personal del artista y cómo se refleja en su disco.
El ejemplo más claro al respecto es Calamaro y de cómo su
situación sentimental...
Bueno, alguien que le pone Honestidad Brutal... Está
todo claro, ¿no?
Por supuesto, pero a eso iba. ¿Tu disco también
está condicionado por algún momento personal en especial
o se trata de interpretación de personajes, de ficción,
de mentira?
Nunca fui tan consciente como en este disco, porque todo el proceso
de grabación fue acompañado por una sensación euforica
en mí a partir de que iban saliendo las canciones como nunca...
Llegué al final a un dominio del estado y en ese aspecto jugué
con la mentira. No con la mentira total, porque eso es imposible en mí,
creo. Me parece que una lectura psicoanalítica de las letras podría
revelar los estados, y sin duda yo he percibido eso a través de
toda mi vida. Pero también tiene que ver con cómo está
hecho el disco, la idea del collage, partimos de bases instrumentales
extractadas de otros discos, mezcladas con situaciones... Fue como un
descubrimiento, a trozos musicales que a lo mejor ya tienen una identidad,
adjudicarles después una nueva visión, tocar encima, rearmarlos,
transformarlos en una nueva canción. Pero es que hay tantas emociones
pujando en una canción a veces, porque no son necesariamente tan
certeras. Puedo mezclar ideas y después sobre eso monto otra idea
lírica, que va con la música. Y eso necesariamente me lleva
hacia la mentira, a generar algo no tan real. Si se hace algo con cierto
nivel artístico, no tiene que interpretarse psicológicamente
a la perfección lo que uno es.
Tal vez el personalismo con que debe entenderse al solista,
dada su entidad, lleve a esa conclusión.
Es que al final de todos los estados, es así... Pero también
sé que con este disco pasé a ser observado como protagonista
excluyente, y es cierto que hay momentos de intimidad y simpleza que tal
vez tengan que ver conmigo realmente, a que reduzco más de lo que
complico y abarco. Pero el tema interpretativo pasó a ser más
importante, el juego, retomé una idea de vocalista más notable
que en otras épocas... Estoy más cerca de Sandro que del
tipo que siempre ha estado detrás de la guitarra. Ahora me divierte
más eso, no sé qué haré en el futuro.
Hablabas del concurso de los remixes y eso parece otro gesto
más en tu carrera de artista que abre puertas para otros no tan
conocidos. ¿Te cabe el mote de padrino alternativo
o algo así?
No sé si lo de padrino no le cabría más a Daniel
Melero, que sí produce. Si yo hago un guiño por ese lado,
no es por snobismo o porque piense que lo nuevo siempre es mejor. Es que,
en realidad, tengo más amigos, músicos que me parecen tremendos
y que admiro, que no tienen la trayectoria ni la luz popular de otros.
Los casos de Flavio Etcheto y elde Leo García, por ejemplo. Tiene
que ver con la admiración pura que siento por ellos. Nunca me sentí
muy cómodo en ese lugar iluminado, pero disfruto también
de eso y no puedo prescindir. Es así, soy una estrella. Pero me
alimento de música como siempre, encuentro un montón de
talento en gente que es más nueva también.
¿Esto desembocará en tu propio sello, en producir
bandas nuevas, en accionar así?
Sí, creo que sí. No creo tener el tiempo para desarrollarlo,
pero estoy seguro de que va para ese lado, no sé si para el lado
de la producción porque me falta el tiempo ya para lo que hago
yo... Pero me pasa de ver todo el tiempo algo nuevo y pensar esto
va a cambiar el panorama, que me da esperanzas musicales en este
país y en otros lados. Café Tacuba, por ejemplo, para mí
es muy importante que hagan discos así. Que Latinoamérica
muestre la pata que le falta, no solamente la caderuda. También
que se vea la que es pensante, que es sensible, la moderna. Yo veo ese
lugar, creciendo...
¿Y vos, cómo encajás en todo esto?
Estoy empezando a desarrollar una cosa, estoy satisfecho con lo
que hice, pero desde el primer momento supe que era una primera entrega,
que era una carta de presentación. Y ahora arranca otra cosa, no
sé qué. Pero si sé que para mí ha cambiado
la idea de futuro, hablo de aquí y ahora es verdad, pero estoy
pensando en el futuro. Ojo, no es vanguardia porque no estoy tan seguro
que lo que yo vea, vaya a funcionar. Alguna vez cuando escuché
Massive Attack, dije ésta es la música del futuro
Creo que Bocanada tiene eso, recoge muchas cosas del pasado, es balancista,
un disco de fin de siglo y por eso lo quise hacer en el 99 y no
en el 2000, pero creo que es un primer disco de esta nueva era.
Se insiste en la idea de una década perdida para el pop,
que después de Soda no hubo nada. ¿Estás de acuerdo?
Para nada, hay discos re fundamentales. El primer disco de Estupendo
es fundamental, aunque no lo vea la gente...
Bueno, ésa es la cuestión ¿no?
Los tiempos están cambiando mucho, y ya no puede hablarse
de alguien que capitalice toda la atención. Habría que hablar
de un fenómeno inexplicable, no voy a hablar de Ricky Martin, pero
debería tratarse de una situación así. Pero sí,
la verdad es que desde lo masivo no hay propuestas así, pero quizás
tampoco las haya a nivel mundial. Mucha gente tiene el prejuicio, y en
especial en la Argentina con tanta tradición de rocanrol más
cuadrado por decirlo así, sobre que la música electrónica
la puede hacer cualquiera... Sabemos que no es así, una cosa es
artesanía y otra es arte. Una cosa es algo que sea pop y otra que
sea algo elitista, todo eso depende de la calidad con que se haga, del
condimento emocional que tenga y eso no depende del instrumento que estás
tocando. Pero hay tantas propuestas, más gente, y se enriquece
la variedad, y puede cambiar de polos. De golpe, a lo mejor, aparece algo
desde algún lugar ignoto del mundo y el acceso que tenés
es mucho mejor que antes. A mí me resulta muy excitante, la forma
en que eso se transforme en un negocio... Las compañías
discográficas no pueden esperar algo que se lleve todas las cartas.
Lo que sí más me molesta, menos me gusta digamos, es la
excesiva tribalización de las cosas. Cuando ya naturalmente hay
una actitud adolescente de enrolarse, esto y nada más es, no me
parece bueno. Capaz que se entronca un poco con este resurgir de una idea
nacionalista, de defensa frente a lo global, eso de mi quintita
la cuido y no salgo de ahí, una cosa medio feudal. Es una
idea retro, funciona con mucha energía pero tiene patas cortas,
pero la realidad no es tribal. Es mundial, está claro.
Y en este cuadro de situación, ¿estás dentro,
todavía, de lo que podría denominarse rock argentino?
Habrá gente que quizá pueda sentir que yo no soy parte
del rock, pero... Entiendo a Fito Páez por ejemplo, eso de salir
de las barreras yademás justificar sus caminos cuando no están
necesariamente ligados con la idea generalizada de lo que significa el
rock argentino. ¿Cuál es el rock argentino? El de los setenta,
el de los ochenta... Es evidente que formo parte de él, aunque
cuando se habla una cosa así se habla de representatividad, que
no es total por supuesto, entonces hay gente que puede pensar que no.
Y yo digo ok, también he dicho que estoy más cerca del pop
que del rock y tal vez lo que suceda es que escapo del estereotipo del
rock. Pero cuando estoy arriba del escenario, el rock está ahí.
No es que lo desprecio ni le temo, lo utilizo. Veo el pop como una corona
del rock, la posibilidad de ser plástico, de absorber lo que sea,
de buscar formas de composición diferentes. No me imagino haciendo
discos con la misma forma, no soy artista para eso. Entonces me corro,
nunca pertenecí a ninguna corriente específica porque hasta
incluso absorbiendo un montón de cosas que me gustaban, qué
sé yo... Uno podía ver a Cure, podía ver a Police,
podía ver muchas cosas a través de Soda Stereo, cosas que
escuchábamos a veces con una transparencia peligrosa, en
un punto y que tomábamos como modelos y las veíamos
desde nuestra propia confusión argenta. Eso para mí, ya
pasó. Fue todo un aprendizaje y hoy en día es muy difícil
hacer una banda. Para la Argentina es particularmente notable esto, por
el individualismo reinante. Hacer una banda y mantenerla... Yo, en ese
aspecto, casi no puedo creer que hayamos durado lo que duramos. Pero no
volvería a repetir esa experiencia. Es imposible.
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