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HACE TREINTA AÑOS, EL CORDOBAZO MOVILIZO A LOS “TRABAJADORES EN SALUD MENTAL”
El día que hubo huelga de psicoanalistas

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Se cumplen tres décadas de un acontecimiento político cuya presencia en las prácticas en salud mental –que llegó al interior mismo de los consultorios– no merece el olvido.

Por Enrique Carpintero* y Alejandro Vainer **

t.gif (862 bytes) En julio de 1966, la dictadura del general Juan Carlos Onganía intervino las universidades y desató una brutal represión que se conoce como “La Noche de los Bastones Largos”. La respuesta fue la renuncia masiva de profesores y el inicio de una resistencia estudiantil que se extendió por todo el país. La carrera de Psicología queda prácticamente desmantelada y la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires debió comenzar una lucha contra la Ley 17.132, que prohibía a los psicólogos realizar psicoterapia.
Mientras la sociedad empezaba a sentir los efectos de una política económica que disminuía el nivel de vida, la clase media se sentía desalojada de un espacio de ascenso social como era la universidad. La idea “cientificista” –como se la denominaba en esa época– dejó paso a un cuestionamiento de las teorías hegemónicas como el funcionalismo sociológico, el conductismo y el psicoanálisis kleiniano. Se organizaron grupos de estudio que introdujeron los debates planteados por Althusser, Lévy-Strauss, Lacan, Foucault. También se conocieron las experiencias de la antipsiquiatría que realizaban Franco Basaglia, Ronald Laing y David Cooper, así como el pensamiento psiquiátrico sobre comunidades terapéuticas de Maxwell Jones, E. Goffman y F. Fanon. El libro El miedo a la libertad, de Erich Fromm fue un best-seller de esos años.
En el “campo de la Salud Mental”, la burocracia sanitarista del Instituto Nacional de Salud Mental consintió el plan de Mauricio Goldenberg para la Capital Federal, que proponía la formación de servicios de psicopatología en los hospitales generales y centros de salud mental. Además, no se impedía la creación de comunidades terapéuticas en los hospitales psiquiátricos. Obviamente, esta política se llevaba a cabo mientras se favorecía a las clínicas privadas y se mantenían los manicomios. Pero esta situación llevó a experiencias de comunidades terapéuticas y centros comunitarios que fueron más allá de lo que la dictadura permitía.
Se sucedían permanentes huelgas y manifestaciones en todo el país, que fueron violentamente reprimidas con muertos, heridos y centenares de detenidos. El 29 de mayo de 1969, un paro activo en la ciudad de Córdoba tuvo como consecuencia una rebelión de obreros y estudiantes con apoyo de los sectores medios; la ciudad quedó bajo su control hasta el día siguiente, en que intervino el Ejército. El Cordobazo había sorprendido a todo el mundo. Fue el principio del fin de la dictadura de Onganía. Inauguró un nuevo período en las luchas sociales y políticas. Fue un acontecimiento cuya carga simbólica llevó a crear un imaginario donde era posible la transformación de la sociedad. La idea dominante pasó a ser que la política es la fuerza que da sentido a cualquier práctica.
Su repercusión en el campo de la Salud Mental no se hizo esperar. La Asociación de Psicólogos de Buenos Aires produjo una solicitada firmada por la Comisión Directiva, presidida por Roberto Harari, que apoyaba el paro nacional del 1 de julio, planteando “la unificación del movimiento obrero con otros sectores de la sociedad y repudiando la represión acaecida en la Facultad de Filosofía y Letras”. En ella funcionaba la carrera de Psicología y, cuando los alumnos debatían en asamblea qué medidas adoptar ante la situación social y política, entró la policía, detuvo a cientos de estudiantes y destrozó instalaciones. A partir de ese hecho, no hubo clases durante tres meses. En la misma solicitada se reivindicó la libre expresión y se sugirió a los asociados hacer pública la adhesión en sus lugares de trabajo. En setiembre apareció el primer número de la revista de la APBA, dirigida por Ricardo Malfé. La misma se constituiría en el principal medio de debate teórico, clínico e institucional acerca del lugar que el psicólogo debía ocupar en el campo de la Salud Mental.
Ese año la Federación Argentina de Psiquiatras llamó a elecciones nacionales: triunfaron listas de unidad con la consigna de defender “nuestros intereses, que no son otros que los intereses del pueblo”. En la FAP Capital fue elegido Emilio Rodrigué como presidente y se organizaron movimientos de apoyo a colegas detenidos debido al estado de sitio. Mientras tanto, en el interior de la institución comenzaba a debatirse cómo enfrentar la dictadura de Onganía. Diferencias políticas llevaron a la renuncia de Mauricio Goldenberg como presidente del IV Congreso Argentino de Psiquiatría. Este se realizó al año siguiente en Rosario, donde se eligió a Gervasio Paz como presidente y José Bleger como secretario científico. Esa elección fue producto de una alianza entre los psiquiatras progresistas del interior y algunos psicoanalistas de Buenos Aires en contra de la lista de los psiquiatras manicomiales. La FAP apoyó los paros médicos resueltos por la Confederación Médica Argentina en oposición a la Ley 17.102, que fue el primer intento de privatizar los hospitales públicos.
La Asociación Psicoanalítica Argentina no podía quedar al margen del clima imperante y produjo un hecho sin precedentes en la institución: publica su primera solicitada en oposición a la represión desatada por la dictadura y adhirió a la huelga general, promoviendo que sus miembros realizaran un paro en sus propios consultorios. Se publicó el 28 de mayo con la firma de su presidente, Jorge Mom: “Frente a los hechos que enlutan al país, la Asociación Psicoanalítica Argentina, institución científica cuya tarea fundamental es el esclarecimiento de las motivaciones de la conducta humana, asume la responsabilidad de alertar a los poderes públicos ante el gravísimo peligro que entraña la incomprensión de la situación actual. Es preciso comprender que los movimientos juveniles siempre expresan necesidades y anhelos que importa atender y respetar. La juventud que es nuestra prolongación y trascendencia requiere, para su desarrollo individual y colectivo, las condiciones óptimas de libertad y dignidad humana. La represión violenta e indiscriminada, que ya ha costado vidas, tiende a crear condiciones irreversibles de desorganización y caos que pueden servir de pretexto para mayores excesos de poder. En estas condiciones la fuerza anula las potencialidades del país y se torna autodestructiva”.
El paro consistió en que el analista esperaba a sus pacientes en su consultorio y les explicaba las causas por las que no atendía. No todos realizaron la huelga ya que, explica hoy un analista, “la huelga la hacía según el didacta que cada uno tenía. Era una medida medio loca pero si tu analista y tu supervisor adherían tenías que hacerla”. Comenta otro analista: “Muchos de los que no hicimos la huelga nos apañábamos en no perturbar el encuadre analítico. Pero en realidad creo que era por el temor que teníamos de mostrar una ideología a los pacientes, como si esto pudiera evitarse. En ese momento éramos muy sometidos a nuestros propios analistas didácticos”. La inédita medida fue producto de un debate interno en el que un grupo de analistas sostuvo la implicación del psicoanálisis en la problemática social y política.
En julio se realizó en Roma el Congreso Internacional de la IPA, donde Armando Bauleo y Hernán Kesselman fueron miembros fundadores de “Plataforma Internacional”. Cuando regresaron, con otros analistas, constituyeron el grupo Plataforma dentro de la APA. Años después Marie Langer escribió: “El Congreso estaba cargado con todo el clima del ‘68; para nosotros, los argentinos, no sólo estaba lo que sabíamos del ‘68 en el mundo: llevábamos con nosotros el Cordobazo junto con la perplejidad frente al asesinato de Vandor, líder sindical dispuesto a pactar con los militares, ocurrido apenas un mes antes, en desafío abierto al gobierno militar”.
Las diferentes formas de la violencia política aparecieron en los consultorios cuestionando el concepto de “neutralidad”. Tratar de entender sus consecuencias en la práctica analítica y en la sociedad llevó a realizar la Jornada sobre Violencia y Agresión, preparatoria del 8 Congreso Latinoamericano que se iba a realizar en Porto Alegre. Este tenía el mismo tema pero, para no molestar a la dictadura instalada en Brasil desde 1964, se cambió por “Corrientes actuales en el pensamiento psicoanalítico”. La APA se opuso a esta decisión y concurrió con un relato oficial que fundamentó la direccionalidad de la práctica social del psicoanálisis. Un grupo de analistas didácticos hizo pública su decisión de no participar en el Congreso. Fue el inicio de la división. Todavía faltaba un tiempo para que los grupos Plataforma y Documento realizaran la primera ruptura en la APA. Estos grupos, junto con la FAP y las asociaciones de Psicólogos, de Psicopedagogos y de Asistentes Sociales, crearon la Coordinadora de Trabajadores de la Salud Mental y el Centro de Docencia e Investigación. Los profesionales de la Salud Mental se identificaron como trabajadores. Se iniciaba otro momento histórico donde la política sería protagonista casi excluyente.

* Psicoanalista. Director de la revista Topía. Ex director del equipo de crisis del Plan Piloto en Salud Mental de la Boca-Barracas.
** Psicoanalista. Coordinador de la revista Topía. Ex jefe de residentes del Hospital Borda.

 

POSDATA

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Neoliberal. Seminario “Más allá del neoliberalismo: pensamiento crítico en la educación y la cultura”, con Luis Rigal, Carlos Lagorio y Ana Pagano desde el 3 de junio de 18.30 a 20.30 en CIPES. 4382-1372.
Castoriadis. “¿Por qué Castoriadis?”, por Yago Franco, el 31 a las 21. 4981-9634. Gratis.
Lacan. “Los cuatro conceptos fundamentales” por Norma Menassa, el 1º de junio a las 19. Grupo Cero. 4328-0614. Gratuito.
Menores. “Quehacer del psicólogo en la justicia de menores”, por Ana M. Diberto en la Facu de Psico desde el 2 a las 16.15. 4931-6900 int. 190. Gratuito.
Géneros. Jornada “Encuentros y desencuentros entre los géneros”, con S. Tubert, M. Burin, A. Fernández, I. Fridman, E. Giberti, N. Inda, I. Meler, D. Tajer, J.C. Volnovich. 4 y 5 de junio. 4334-0750/2721.
Psicosis. Exposición de Elsa Bromberg sobre el libro Estructura y organización en la psicosis, el 28 a las 10.15 en el Servicio de Atención Primaria III, 3º piso, Hospital Borda. Gratuito.
Psicopedagogía. “Quehacer psicopedagógico. Problemática actual”, por Flori Krell en Asociación de Profesionales en Psicopedagogía, el 4 de 18 a 21. 4375-0771.
Clínica. “Encuentro clínico de psicoanálisis” en la Universidad de Belgrano, el 29 de 9 a 18 con C. Aslan, R. Avenburg, S. Basz, G. García, L. Gorostiza, J.C. Indart, R. Nepomiachi, N. Marucco y otros. J. Hernández 1820. 4785-1578. Gratuito.
Procreación. “Dificultades en la procreación: una opción preliminar”, por Yolanda Kleiner, Silvia Cincunegui y Pola Woscoboinik, desde el 2 a las 19 en Biblioteca del Congreso. 4371-7072.
Ciudad. “Cuál es la urgencia en la ciudad analítica”, por P. Vilar en Centro Psicoanalítico Argentino, desde el 5 a las 16. 4822-4690. Gratuito.
Violencia. “Clínica de la violencia familiar y social desde Freud y Lacan”, por María Inés Kaplan y Stella M. Nieto en la Dirección General de la Mujer, desde el 11 a las 12. 4804-4918. Gratuito.


CARTA

Siendo, como soy, un psicoanalista con casi treinta y cinco años en la profesión, leí con mucho interés los artículos publicados el 13 de mayo en la sección Psicología sobre Lewis Carroll y su magistral Alicia.... Pero me decepcioné rápido: del análisis del doctor Enrique Acuña no entendí absolutamente nada pues está escrito en “lacanés”, no en castellano. Y la colaboración de la doctora Isabel Monzón me espantó: ¿cómo puede atreverse a considerarse psicoanalista una persona con tantos prejuicios? Su aporte, si así puede llamarse, destila mojigatería, puritanismo y odio. Tal vez la doctora Monzón debería ver en su análisis los problemas no resueltos con su propia sexualidad infantil. Entre otras cosas, su afirmación de que un niño y un adulto no pueden ser amigos es, no sólo un disparate, sino una manera de mostrar cómo la doctora Monzón quiere universalizar lo que no es sino un conflicto sexual que ella tiene con su papito.
Eddie Lawrence - Tarzana, California, USA. eddielaw
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