Nunca
supe cómo pinto.Soy asistemático. Empiezo por una mancha.
1975-1999: TODOS JUNTOS AHORA
La devoción por la teoría del arte la misma que vuelve a sentir cualquiera por alguna de esas opciones que fue descartando con los años para dedicarse a lo que llaman vocación no quedó en desuso con la vuelta a la pintura. Siguió siendo material en desarrollo que entre este año y el que viene será expuesto en tres libros: uno de conversaciones con Horacio Zavaleta; una recopilación de textos publicados en los últimos veinte años; y La pintura desnuda, ensayo magno en el que intenta registrar lo que llama el strip-tease de la pintura. El libro recorre el proceso que va del Romanticismo al arte conceptual. Del Renacimiento al Neoclasicismo, la pintura se coloca hábitos y tradiciones culturales, que empiezan a ser desmontados por el Romanticismo y el Impresionismo. A principios de siglo, el proceso se acelera. Duchamp anuncia que la pintura está desnuda. Y de ahí se llega al arte conceptual. La pregunta es: ¿cuál es la situación actual de la pintura? ¿Qué es lo que queda? La mística. En la pintura ahora estamos sin imperativos: ¿cuál es el deber hacer de hoy? No se sabe. Hay desconcierto. Muchos intentan pálidas proposiciones, nomucho más. ¿Adónde voy con esto? A que la pintura debe asumir este caos y trabajar dentro de él.
Desde su retorno a la pintura, la obra de Noé entró a la colección del Metropolitan y el Guggenheim de Nueva York, y del Museo Metropolitano de Río de Janeiro. Y, mientras pintaba obra nueva, su trabajo anterior al crack-up del 68 recibía homenajes junto a la de sus compañeros de Otra Figuración, como el Sector Histórico de la Bienal de San Pablo en 1985. Yo he leído mucho, pero lo fundamental de mis ideas artísticas las encontré charlando con ellos cuatro y con Alberto Greco. Con Macció nos vemos de tanto en tanto. Pero mis más amigos eran Jorge y Ernesto, y los extraño profundamente. Ernesto era el más polémico, era un peleador. Con Jorge tengo un sueño recurrente: me lo encuentro en la calle y le digo: ¿Qué hacés acá, si vos te moriste? Él me contesta: Pero no, ¿quién te dijo? Yo le digo: Nadie. Yo estuve en tu entierro. Hablé en tu entierro. ¿Dónde estuviste? Y ahí se termina el sueño.
Entre el 76 y el 87, Noé vivió en París. Pintó sobre el descubrimiento de América casi veinte años antes del marketinero Quinto Centenario, pintó las series Esto no tiene nombre en el 76 y Todo es verdad, nada es mentira un año después. Y desde entonces siguió sosteniendo a fuerza de color en los 70 y de manchas en lugar de líneas en los 80 un registro personal capaz de salvar las diferencias entre la abstracción y la figuración: Así como la línea cierra y da forma, el color adjetiva y expande. Pareciera que mis cuadros son violentos, pero lo que me interesa es la vibración y la tensión de los colores. Rara vez pinto planos de color amplios porque, por ejemplo, uno al lado del otro, el azul y el amarillo dan la camiseta de Boca, mientras que un azul y un amarillo que se tocan hacen un verde en la retina. De ahí mi amor por lo que yo llamo el revés de la pintura: los colores que apenas se mezclan, el bastidor dado vuelta y la tela que rebalsa. Es el amor que tienen los chicos que, cuando les regalan un autito, lo deshacen.
NOÉ
2000: LO QUE PINTE |