El Tribunal Oral Federal número 1 condenó a seis años de prisión al ex secretario de Obras Públicas José López, por el caso de los bolsos arrojados en el convento de General Rodríguez. Se trata del máximo de la pena prevista para el delito de enriquecimiento ilícito, seguramente en base a que López tenía un alto cargo y al monto sideral de más de 9 millones de dólares, cuyo origen el ex funcionario nunca pudo explicar. El dinero y una casa en Dique Luján fueron decomisados y todo va para los hospitales Garrahan y Ricardo Gutiérrez, pero esta medida recién se hará efectiva cuando el fallo quede firme, o sea cuando se hayan terminado los recursos ante Casación y la Corte Suprema. La monja Inés Aparicio fue absuelta, aunque dos de los jueces consideraron que la benefició la duda y un tercer juez sostuvo que no hubo pruebas en su contra. También fueron absueltos otros dos empresarios por el beneficio de la duda. Hubo dos aspectos llamativos del juicio. En primer lugar, que quedó probado que el dinero estaba en poder de López desde hacía tiempo, o sea que no era de Cristina Fernández de Kirchner ni ningún alto cargo del gobierno anterior. En segundo lugar, que no hubo el menor interés de la Casa Rosada en averiguar qué empresa o qué empresarios le pagaron las coimas con las que se enriqueció López. 

Fallo

Los jueces Adrián Grünberg, Ricardo Basílico y José Michilini coincidieron en el monto de la pena, la más alta prevista por el Código Penal para ese delito. Basilico y Michilini sostuvieron que López se enriqueció ilícitamente con los 9 millones de dólares que había en los bolsos y que también era el dueño oculto de la casa en la que vivía, en Dique Luján. Por eso, los empresarios Andrés Galera y Eduardo Gutierrez, sucesivos dueños de la vivienda, fueron condenados a dos años y medio de prisión. Los dos magistrados consideraron que fueron testaferros de López. En disidencia parcial, Grünberg evaluó que eso no se probó. La mayoría obviamente dispuso entonces el decomiso de la casa.

La monja Inés Aparicio fue absuelta también con disidencias. Basílico y Michilini absolvieron a la religiosa por el beneficio de la duda, mientras que Grünberg afirmó que no hay evidencias contra ella. Como se recordará, Aparicio dijo que recibió los bolsos pensando que era comida, algo que López solía llevarle a las religiosas. Está claro que Aparicio no abrió los bolsos porque la policía llegó casi de inmediato, de manera que nunca pudo ver el contenido. 

Otro punto del juicio estuvo centrado en un departamento sobre la Avenida Las Heras, donde vivía una hija de López. También se acusaba a los dueños, Carlos Gianni y Marcos Marconi, de ser testaferros del ex secretario. Los tres jueces absolvieron por el beneficio de la duda: se probó que la hija de López pagaba los alquileres y que los valores fueron los de mercado. 

Por último, también en fallo dividido, hubo condena a dos años y medio de prisión para la esposa de López, María Amalia Díaz, como partícipe del delito de enriquecimiento ilícito. 

Los fundamentos del fallo se conocerán el 28 de agosto próximo. 

Origen 

Como ya publicó este diario, llamó la atención la falta de cobertura del juicio de los grandes medios. El tema dejó de interesar básicamente porque hubo un intento fracasado de echarle la culpa del caso a la ex presidenta. López dijo que los 9 millones de dólares eran de CFK, quien --dijo-- se los mandó a través de un secretario, Fabián Gutiérrez, la misma noche en que llevó los bolsos al convento. Las cámaras de seguridad desmintieron la fábula, ya que no aparecieron en las imágenes ni el auto ni la moto en que, supuestamente, le llevaron el dinero y después lo habrían escoltado hasta General Rodríguez. Aquella noche, López hizo el recorrido totalmente solo. Además, aparecieron nítidos indicios de que el dinero hacía tiempo que estaba en la casa de Dique Luján, en una habitación secreta al lado del tanque de agua. 

El otro tema del que no quisieron saber ni los grandes medios ni la Casa Rosada es el origen del dinero, es decir quién pagó las coimas a López. Dos rastros pegan cerca del macrismo. Una parte de los dólares pasó por el Banco Finansur en tiempos en que era manejado por Jorge Sánchez Cordova, tesorero de Boca Juniors en tiempo en que Macri era el presidente xeneize. El segundo indicio es que la constructora brasileña Odebrecht tenía parte de sus operaciones con el Finansur, en especial a través de un operador fallecido recientemente. Es público que Odebrecht pagó coimas en la obra del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, el megaproyecto en el que la constructora brasileña era socia del Grupo Macri en una unión transitoria en la que estaban Iecsa, Gella e Isolux. 

Peón 

López no queda en libertad porque está imputado en otras causas. Este jueves cumple tres años de prisión preventiva y los jueces quisieron emitir el fallo ayer para cortar de alguna manera la preventiva, aunque el fallo no esté firme.   

En Comodoro Py había expectativa por la pena. El Gobierno, de la mano de Carlos Stornelli, hizo un acuerdo con López, quien se convirtió en arrepentido en la causa de las fotocopias. Eso le permitió al ex funcionario salir del penal de Ezeiza y aliviar su situación en un lugar más cómodo de la Policía Federal, dicen que en Palermo. En virtud de ese pacto, se especulaba con que no le iban a dar la pena máxima del enriquecimiento ilícito, algo que iba a ser muy difícil de digerir después del escándalo que produjo el caso. 

Ahora López seguirá preso por las otras causas en las que está imputado, la de las fotocopias, la de la obra pública y varias más. Pasa sus días en soledad porque nadie lo va a visitar. Sucede que aquella noche en que llevó los bolsos al convento se peleó con su esposa y pensó que ella lo iba a denunciar. Por eso salió desesperado con los bolsos para esconder la plata en el convento. 

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