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El Presidente Fernando de la Rúa y el ministro del Interior, Federico Storani, anunciaron que enviarán a la Justicia la orden de captura internacional de 48 militares argentinos emitida por el juez español Baltasar Garzón, que debe hacerse efectiva en cualquier lugar donde se encuentren, incluso en Argentina. Frente a un tema que aparece como un test para el gobierno aliancista, los nuevos gobernantes optaron por sostener, así, su posición original, pero evitaron hacer un pronunciamiento político directo sobre el fondo de la cuestión. El 2 de noviembre Garzón firmó el auto de procesamiento de 98 militares argentinos. La medida, anticipada en octubre por Página/12, se volvió efectiva con la orden de captura librada el anteúltimo día de 1999 y que tiene como fin que se juzgue a los militares argentinos en España. En principio, la disposición se ciñe a 48 casos porque, según explicó el abogado querellante en el juicio español, Carlos Slepoy, no se contaba con todos los datos personales necesarios de los acusados. Entre los militares que Interpol debe arrestar como responsables o sospechosos de los delitos de genocidio, terrorismo y tortura figuran Jorge Rafael Videla, Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya, Armando Lambruschini, Guillermo Suárez Mason, Emilio Massera, Alfredo Astiz y Antonio Domingo Bussi. El gobierno de Carlos Menem había ordenado por decreto en 1998 no colaborar con Garzón y eso le valió un pedido de procesamiento por obstrucción de justicia por parte de los diputados Jorge Rivas y Alfredo Bravo. El nuevo gobierno eligió diferenciarse dando cabida a la vía jurídica. El Presidente y el ministro del Interior desplegaron ayer, en un discurso en el que evitaron hacer definiciones políticas, argumentos con los que anunciaron la derivación a la Justicia de la decisión de habilitar o no el pedido de captura.u El sistema judicial argentino debe ser respetado, manifestó Fernando de la Rúa desde Ushuauaia. Aclaró que todavía no recibió ningún pedido oficial y que Argentina no es dependiente para que sobre su sistema jurídico se le deban imponer otros. Si el pedido llega lo consideraremos como corresponde y lo resolveremos de acuerdo con los tratados existentes entre la Argentina y España, como el de extradición, añadió. u Acá se enfrentan dos sistemas jurídicos, dos Estados de derecho, el del Reino de España y el argentino, cada uno con sus procedimientos, sus actuaciones, sus juicios y sus leyes y en ese marco debe decidirse: si los hechos que ocurrieron aquí debe juzgarlos otro país o debemos juzgarlos nosotros mismos, agregó el mandatario.u De la Rúa dijo, además, que comparte la postura del papa Juan Pablo II quien, en su mensaje de fin de año, subrayó que los crímenes contra la humanidad no pueden ser considerados asuntos internos de una nación y que la puesta en marcha de la institución de una Corte penal que los juzgue es un paso importante (ver aparte). u Aunque insistió con la política de estudiar cada caso y girarlo a la Justicia, Storani aseguró que el gobierno nacional no intentará bloquear los pedidos de captura contra militares y policías. u El titular de Interior advirtió, a su vez, que en Argentina existieron juicios y hubo condenas y se va a respetar el principio de cosa juzgada, pues no pueden ser juzgados dos veces por la misma causa. Aclaró, paralelamente, que muchos militares no fueron alcanzados por la Obediencia Debida, el Punto Final o el indulto en delitos tales como los de apropiación de niños. La orden de captura internacional llegará a la cartera que conduce Storani en los próximos días posiblemente mañana y será girada a la Justicia. El texto, conocido en noviembre, deja en claro que las referidas órdenes de detención han de ser expedidas sin restricción espacial o territorial alguna. Y continúa: Es decir que Interpol deberá darles curso a todos y cada uno de los países que forman parte de la misma. Y por ende, una vez averiguado el paradero de cualquiera de losprocesados, debe ser ejecutada por la autoridad policial y judicial que corresponda, incluido el país de la nacionalidad de los procesados, dado el carácter extraterritorial de los presuntos delitos que se imputan y los convenios multilaterales y bilaterales en vigor, por encima de otros criterios ajenos al estrictamente jurídico que aquí se mantiene. La causa contra ex represores argentinos que se sigue en España por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura incluye a las juntas militares, los marinos de la ESMA y al ex gobernador de Tucumán. Por lo pronto Slepoy, el abogado argentino que forma parte de la querella en España, estaría conforme con que el Poder Ejecutivo argentino dejara actuar a la Justicia. El expediente es similar al que sigue también el juez Garzón contra el ex dictador chileno Augusto Pinochet, que fue detenido en Londres hace más de un año y aguarda la extradición a España.
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