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    “MUNDO GRUA”, “GARAGE OLIMPO” Y “SILVIA PRIETO”,
ENTRE LO MEJOR DEL AÑO.
El mismo amor, la misma y eterna crisis

En una temporada signada por el impresionante éxito de público de “Manuelita”, la producción García Ferré que superó al imperio Disney, hubo sin embargo films más perdurables, como los de Pablo Trapero, Marco Bechis y Martín Rejtman, que con su calidad volvieron a despertar el interés por el cine argentino en el circuito de festivales internacionales.

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Rosario Bléfari en “Silvia Prieto”, de Martín Rejtman.
Un retrato minimalista de la generación de veintipico.
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Pablo Trapero y Luis Margani durante el rodaje de “Mundo grúa”, un título emblemático.
Filmada en blanco y negro, con un presupuesto mínimo y un actor no profesional.
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El paisaje patagónico, protagonista de “Invierno mala vida”.
La opera prima de Gregorio Cramer se dio a conocer en la Berlinale.
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Ricardo Darín y Soledad Villamil en el film de J. J. Campanella.
“El mismo amor, la misma lluvia”, una singular comedia romántica.
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Ulises Dumont y Nicolás Cabre en “Yepeto”, de Eddy Calcagno.
La obra de Roberto Cossa llegó al cine de la mejor manera.
Por Luciano Monteagudo

t.gif (862 bytes)  Frente a los 2.223.445 espectadores que cosechó el dibujo animado Manuelita –imponiéndose como dueño absoluto de las vacaciones de invierno, muy por encima incluso del Tarzán de Disney y el promocionado Episodio 1 de Star Wars– los logros en la boletería del mejor cine argentino del año pasado pueden parecer escasos. El impresionante éxito del producto pergeñado por la compañía García Ferré Entertainment, en connivencia con Telefé, arrasó con la taquilla como no lo había hecho ninguna película local en los últimos quince años, consiguió colocarse como precandidata argentina al Oscar de Hollywood al mejor film extranjero (en una elección viciada de irregularidades) y fue motivo de escándalo cuando se descubrió que el estado nacional, a través del Instituto de Cine, subsidiaba generosamente un poderoso negocio privado, mientras una y otra vez le negaba fondos a los films más necesitados. Pero 1999 quedará finalmente en el recuerdo como el año de Mundo grúa, Garage Olimpo, Silvia Prieto, Invierno mala vida, Mala época, El mismo amor, la misma lluvia, un puñado de películas de gente joven, realizadas al margen de cualquier especulación comercial y en las que se puede advertir un futuro posible para el cine argentino.Ante el anquilosamiento estético, la sumisión a las estrellas de turno (Susana Giménez, Diego Torres, Soledad) y el mero afán de lucro de la producción sostenida por la televisión, todos estos títulos demostraron, cada uno a su manera, con sus propias características, que sigue existiendo en el país un cine de expresión personal, capaz de hablarle a su público de igual a igual, con inteligencia, con verdad, con respeto pero sin solemnidad, con rigor pero sin acartonamiento. En este sentido, Mundo grúa, de Pablo Trapero, se convirtió en una obra emblemática. Filmada en blanco y negro, con un presupuesto mínimo y un actor no profesional como protagonista (el estupendo Luis Margani), la película de Trapero demostró una capacidad de observación y una sensibilidad en la mirada que hasta entonces era muy raro encontrar en el cine argentino. Se diría incluso que el camino que abrieron en años anteriores –cada una a su manera, con propuestas muy diferentes entre sí– Picado fino y Pizza, birra, faso, en su búsqueda de un cine independiente no sólo de las transas económicas al uso sino también de los lastres formales que mantenían anquilosado al cine nacional, alcanzó uno de sus puntos más altos en el pudoroso lirismo de Mundo grúa.Por su parte, Garage Olimpo conseguió una severidad en el tono, un laconismo en la expresión, un rigor, en fin, que convirtieron al film de Marco Bechis en la mejor película que se haya hecho hasta ahora sobre la desaparición de personas durante la última dictadura militar. En Garage Olimpo (a la que el público, sintomáticamente, le dio la espalda, como si no se atreviera a confrontarse con un pasado que sigue presente) no hay sensacionalismo, ni golpes bajos, ni gritos destemplados o discursos aleccionadores, sino la descarnada descripción de la minucia del horror, la cotidianeidad de una ciudad –Buenos Aires– escindida entre la ficción de normalidad que se vive en la superficie y la terrible realidad de los campos de concentración que apenas se escondían, sin demasiado esfuerzo, bajo la apariencia de un garage cualquiera.Realizada, como Mundo grúa, al margen de los sistemas convencionales de producción, Silvia Prieto a su vez ofreció un espejo muy representativo de cierta generación de los veintipico en el Buenos Aires de hoy, una película con una historia y un tono particularmente porteños, en un estilo minimalista, preocupado por registrar –siempre con una modulación ligera, casi humorística– el habla cotidiana de sus personajes y sus conflictos de identidad. Estas tres películas lograron abrir –por su propia cuenta, sin ningún apoyo oficial– una importante proyección internacional para elcine argentino, en el circuito de festivales más exigentes: Berlín, Cannes, Venecia, Toronto, Sundance, entre muchos otros, en los que también ganaron premios y halagos. Menos repercusión –aunque contribuyeron a dar un cuadro del conjunto– tuvieron Invierno mala vida de Gregorio Cramer, Mala época, realización colectiva de los egresados de la Universidad del Cine, y El mismo amor, la misma lluvia, de Juan José Campanella, que insinuó un ejemplo de cine industrial posible, una película dispuesta a dialogar con un público amplio pero sin necesidad de subestimarlo o manipularlo, en un camino similar al que emprendió también éste mismo año el Yepeto de Eduardo Calcagno, sobre la obra de Roberto Cossa, que le valió a su protagonista, Ulises Dumont, un premio en el Festival de Biarritz. La temporada de cine argentino 1999 también terminó con la nefasta gestión de Julio Mahárbiz al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, después de un lustro de manejo despótico, autoritario y financieramente turbio. Durante su reinado, Mahárbiz vulneró la Ley de Cine, triplicó los gastos operativos del INCAA, practicó una política de alianza con los poderosos multimedios en detrimento del fomento a la producción independiente y dejó un organismo exánime, con un pasivo que ronda los 25 millones de dólares y un recorte de recursos para el año 2000 que alcanza el 50% del presupuesto. Como si esto fuera poco, resucitó el Festival de Cine de Mar del Plata a costa de los dineros del estado para convertirlo en un negocio privado, en el cual piensa perpetuarse, siguiendo un modelo similar al que ya practica hace años en el festival de folklore de Cosquín. Será responsabilidad inmediata de su sucesor –que el nuevo gobierno nacional debería nombrar cuanto antes, para evitar la acefalía– auditar minuciosamente esa gestión e iniciar un rápido proceso de regulación de la actividad cinematográfica, cuyo primer paso deberá ser el de la democratización de un organismo con una fuerte tradición autocrática.

 

 


Estrenos y cantidad de espectadores

1) Manuelita,    dibujo animado    (15/7/1999)     2.223.407 na30fo05.jpg (14847 bytes)
2) Esa maldita costilla,    con Susana Giménez y Luis Brandoni     (12/8/1999)    939.497   
3) Alma mía,    con Araceli González y Pablo Echarri     (13/5/1999)    819.961
4) La venganza,    con Diego Torres y LauraNovoa     (20/5/1999)    548.288   
5) La edad del sol,    con Soledad Pastorutti y Ezequiel Abeijón      (1/7/1999)    514.147
6) El mismo amor, la misma lluvia,    con Ricardo Darín ySoledad Villamil     (16/9/1999)    120.741
7) Yepeto,    con Ulises Dumont y Nicolás Cabré     (6/5/1999)    73.176   
8) Mundo grúa,    con Luis Margani y Adriana Aizemberg     (17/6/1999)    69.241   
9) Héroes y demonios,    con Pablo Echarri y Federico D’Elía     (2/ /9/1999)    29.107   
10) El amateur,    con Nando Villamil y Mauricio Dayub     (22/4/1999)    28.940   
11) Garage Olimpo, con Antonella Costa y Carlos Echavarría      (2/9/1999)    28.385   
12) El secreto de los Andes,    con Camilla Belle y David Keith     (15/7/1999)    26.875   
13) El viento se llevó lo que,    con Vera Fogwill y Jean Rochefort      (15/4/1999)    19.918 
14) Silvia Prieto,    con Rosario Bléfari y Valeria Bertucelli     (27/5/1999)    19.190   
15) La noche del coyote,    con Cecilia Dopazo y Fernán Mirás     (4/2/1999)    12.064   
16) El visitante,    con Julio Chávez y Valentina Bassi     (8/4/1999)    11.595   
17) Lisboa,    con Carmen Maura y Federico Luppi     (29/4/1999)    7.441
18) Ni el tiro del final,    con Aitana Sánchez-Gijón y Denis Leary     (14/1/1999)    6.248   
19) Río Escondido,    con Paola Krum y Juan Palomino     (9/9/1999)    3.572
20) América mía-Frontera sur,    con José Coronado y Federico Luppi     (24/6/1999)    3.112
21) Che, un hombre de este mundo, documental de Marcelo Schapces (11/1/1999)     1.377 
22) El comisario Ferro,    con Carlos Iglesias y Patricia Echegoyen     (25/2/1999)    992   
23) Tres veranos,    con Esteban Prol y Fabián Gianola     (10/6/1999)    769   
24) El evangelio de las maravillas,    con Francisco Rabal y Katy Jurado     (13/5/1999)    600   
25) La cara del ángel,    con Mariano Marín y Facundo García     (24/6/1999)    596   
26) Invierno mala vida,    con Ricardo Bartis y Miguel Gerberoff     (26/8/1999)    379 

No hay datos disponibles de otros diez títulos estrenados durante 1999, varios de ellos en video: Mala época, Historias no contadas, Por los caminos del Chaco, El siglo del viento, HGO, Soriano, Pozo de zorro, Padre Mugica, Diablo, familia y propiedad e Historias breves 3.


Televisión milenaria

“Dos mil órbitas de un pequeño planeta en una pequeña galaxia no tiene mucha importancia cosmológicamente, pero en ese período la raza humana ha logrado progresar sorprendentemente”, dijo la voz de la computadora por la que Stephen Hawkins logra hablar. A esas palabras le siguió un mensaje de Nelson Mandela y así comenzó la transmisión internacional de los festejos por el nuevo milenio en 93 países del mundo. Fue un programa de 26 horas, producido por más de 60 estaciones de todo el mundo, que en la Argentina comenzó a las 6.25 del día viernes, por Canal 13, y concluyó a las 8.10 del primer sábado del 2000. El día del milenio mostró el antes, el durante y el después del ingreso al 2000 según los husos horarios. La televisación de los festejos no escatimó esfuerzos para estar a la altura de las circunstancias y logró armar un buen reflejo de la diversidad cultural del milenio que se extinguió.
El programa comenzó con la transmisión de los festejos desde Tonga, un país de 150 islas en el Pacífico, y concluyó con la participación de Hawai, completando así la vuelta al mundo. Tuvo tres segmentos dedicados a la Argentina: en el primero –a las 13.27– confluyeron sobre el paisaje del glaciar Perito Moreno, Lito Vitale interpretando una canción compuesta para el programa, y un coro dirigido por Carlos López Puccio. A la tarde .6.25-. Mercedes Sosa y Alejandro Lerner, junto a ciento veinte niños, cantaron el tema “Niños del 2000”, compuesto por Lerner, desde las cataratas del Iguazú. A la medianoche, desde la ciudad más austral del mundo, Ushuaia, Julio Bocca y Eleonora Cassano bailaron tango a orillas del canal del Beagle. Al terminar la pieza una asistente les alcanzó las copas que levantaron al saludar a la gente que, reunida frente a la explanada montada para el evento, iba contando los segundos que faltaban hasta que llegó el 2000. Entonces un grupo de jóvenes entró a escena y junto a Bocca bailaron el “Matador” de los Fabulosos Cadillacs. Imágenes de los fuegos artificiales explotando en el cielo de Ushuaia, como en el de otras ciudades del país –Capital Federal, Mendoza, Rosario– fueron las elegidas para cerrar el segmento de los festejos en la Argentina, conducido por Mónica Cahen d`Anvers y Cesar Mascetti. La apertura de cada entrada fue precedida por imágenes de personas en el campo, en escuelas rurales, en barcos, en ciudades, siguiendo con la mirada piezas de rompecabezas. La última pieza dejó formada una bandera argentina.
Al final del día lugares como el Polo Sur, la Gran Muralla China, Machu Picchu y las Pirámides de Egipto, emblemas de las civilizaciones de este milenio, ya habían hecho su aparición en pantalla como escenario de grandes shows de música y danzas. América entró al nuevo milenio con grandes fiestas en las calles –en la Argentina, sin embargo, se festejó en privado–, en Canadá, Brasil, México y los Estados Unidos, donde Nueva York generaba la mayor expectativa. Pero el impacto de sus fuegos artificiales y la alegría de esa fiesta no pudo ser transmitido por la televisión. Técnicamente sí se concretó la emisión, pero lo que se vio fueron apenas destellos de luces entre altos edificios cuando Guillermo Andino ya hacía una hora que había tomado la posta en la conducción del especial.

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