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Por Fernando Cibeira Con la idea de que apurarla beneficiará a su candidato Aníbal Ibarra, el Frepaso porteño viene haciendo fuerza para que las elecciones a jefe de Gobierno se hagan en abril. Pero, según aseguran en el Gobierno de la ciudad, es muy difícil que los comicios puedan concretarse antes de mayo. "Mayo es una buena fecha", sostienen allí. A propósito, el jefe de Gobierno porteño, Enrique Olivera, adelantó a Página/12 que no firmará ninguna convocatoria hasta que la Legislatura porteña no apruebe la nueva ley electoral del distrito. "Yo reclamo a la Legislatura la sanción de una ley local que me permita llamar a elecciones y terminar con las listas sábana", aseguró. Ibarra respondió que la cuestión ya no le preocupa: "La fecha la fija el Ejecutivo, por mí que la ponga cuando quiera". En medio de la pulseada hay una historia de desconfianzas mutuas entre el Frepaso y Olivera. Por ejemplo, en el Frepaso quedaron sorprendidos con las publicidades que Olivera tenía listas para lanzar durante la semana posterior a su asunción en reemplazo de Fernando de la Rúa. "Olivera cree que puede ser el candidato de la Alianza en lugar de Aníbal", llegó a decir en la intimidad un operador frepasista. Según esta visión, Olivera pretende postergar todo lo posible los comicios con el objetivo de que las encuestas marquen un estancamiento de Ibarra frente al ascenso de Domingo Cavallo, lo que --sigue la hipótesis-- derivaría en una bendición de De la Rúa a un cambio de candidato. La idea se sustenta en que Ibarra no conseguiría sumar adhesiones por derecha y sólo agrupa detrás suyo al electorado progresista, un inconveniente que no presentaría Olivera. Una segunda hipótesis frepasista, más contemplativa, entiende que detrás de las reticencias de Olivera se esconde sólo una cuestión de vidriera. "En cuanto fija la fecha, pierde poder", explican. Pero cerca del jefe de Gobierno descartan de plano las teorías conspirativas. "Enrique no va a mover un dedo en contra de la Alianza, así que los muchachos del Frepaso pueden estar tranquilos", respondió uno de sus voceros. La misma fuente aseguró que, aun en la intimidad, Olivera sostiene que no tiene otro objetivo que entregar el Gobierno de la ciudad el 6 de agosto en las mejores condiciones posibles. En cuanto a la fecha de las elecciones, Olivera explicó que su decisión no tiene nada que ver con las posibilidades del candidato de la coalición. "Si la Legislatura no sanciona una ley electoral local, la Capital se seguiría rigiendo por la ley electoral nacional. Y según esa ley, la convocatoria debe realizarse dentro de los 60 días de la fecha de asunción de las nuevas autoridades. Es decir, como muy temprano, tendrían que hacerse el 6 de junio", afirmó. Por eso, para no llegar a ese extremo, reclamó a la Legislatura que en la sesión especial convocada para el miércoles apruebe la ley local. El problema es que la Alianza necesita una mayoría especial de los dos tercios, una cifra a la que sólo puede llegar con el apoyo de alguno de los bloques menores. Pero tanto el PJ como Nueva Dirigencia apuestan a postergar la elección, con la convicción de que eso favorece sus posibilidades. La teoría esbozada por Olivera sorprendió a los encargados de la campaña de Ibarra. "Está equivocado, en la ciudad prevalece la Constitución local. Lo que pasa es que Olivera ya no sabe qué excusa poner, hasta De la Rúa está enojado", sostienen. Y agregan que, aunque se resista, Olivera tendrá que firmar un decreto de convocatoria porque ni el PJ ni ND les van a dar los cuatro votos que le faltan para sancionar la ley electoral. Jefe de Gobierno y candidato se reunieron hace un par de semanas para hablar de la fecha de los comicios. "Veinte días más, veinte días menos, el resultado de la elección no va a cambiar", le dijo Olivera a Ibarra. "Es cierto, pero fijá la fecha de una vez", le respondió el candidato. En el comando frepasista ahora hablan del 30 de abril o del 7 de mayo como alternativas más probables para la elección. Si se tiene en cuenta lo que sostienen en uno y otro sector, entonces, el 7 de mayo podría ser la variante que deje a todos más o menos contentos.
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