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Habrá sido la eficiencia en la previsión, o simplemente el final de un chasco global con resultado multimillonario. Lo cierto es que, hasta ayer, el efecto Y2K había pasado casi inadvertido en el mundo y las premoniciones fracasaron igual que las profecías apocalípticas. Pese a todo, funcionarios y expertos en informática seguirán en guardia durante las primeras horas de hoy, cuando se pongan en marcha los sistemas bancario, financiero y bursátil. Por lo pronto, el Gobierno argentino anunció que se mantendrá hasta el miércoles el "estado de alerta". "Vamos a seguir, en especial todo lo que pueda llega a suceder el lunes (por hoy) con la reapertura de todos los comercios y las oficinas públicas", dijo el subsecretario de la Función Pública, Leandro Popik. Para Juan Carlos Rabbat, coordinador interministerial de la Jefatura de Gabinete, hay dos teorías posibles: "Lo primero es que, como se hizo mucha prevención, no ocurrió nada en ningún lugar del mundo. La otra es que, en realidad, los efectos que debían haberse esperado no eran tan grandes como se imaginaron", evaluó el funcionario. En efecto, contradiciendo todos los temores, a las 0 del 2000 las luces permanecieron encendidas, los cajeros automáticos funcionaron con normalidad, se pudo hablar por teléfono y los aviones que en ese momento se encontraban en vuelo no tuvieron inconvenientes. Algo impresionado por la cantidad de dinero gastado en la Argentina para prevenir el Y2K --unos 1200 millones--, Rabbat destacó, sin embargo, que "todo el esfuerzo que se hizo ha permitido que la gente estuviera más tranquila y eso vale los millones que se invirtieron". En todo el mundo se invirtieron en total 600 mil millones y de esa torta, a los Estados Unidos les correspondieron 100 mil millones. Con todo, hay quienes piensan que sólo se trató de un negocio y, si así fuera, el mayor de la historia. Así lo cree al menos el primer ministro de Checoslovaquia, Milos Zeman, quien consideró al efecto 2000 como "un invento de los vendedores de ordenadores, un embuste por el que lograron ganar miles de millones de dólares". No deben pensar lo mismo en los Estados Unidos donde, según se informó, siete de las 103 centrales nucleares sufrieron problemas periféricos, presuntamente por causa del Y2K, que fueron rápidamente corregidos. Otras fallas menores se registraron en una estación terrena del Pentágono, en los sistemas de medición del viento de seis aeropuertos y en 800 tragamonedas de Delaware. En todo el mundo occidental, los expertos sostienen confiados que el primer día de trabajo transcurrirá sin mayores sobresaltos. El mismísimo Bill Gates, presidente de Microsoft, sostuvo que "no hay que esperar graves complicaciones, pero sí algunos pequeños problemas que pueden enredar algunos sistemas durante cierto tiempo". El domingo fue un día agitado en las Bolsas de Londres, Milán, Nueva York y Buenos Aires: se realizaron pruebas para chequear los sistemas y, hasta anoche, todo estaba en orden. Nada escéptico, en Buenos Aires, Rabbat dijo que "nos falta pasar el Y2K con toda la actividad administrativa, financiera y comercial en funcionamiento". Habrá expectativas, otra vez, por lo que pase en Japón, el sudeste asiático y en Europa, en las horas previas a la apertura en la Argentina. El funcionario explicó que a partir de las 5 de mañana habrá guardias reforzadas en el Comité de Emergencia. Menos confiado en las previsiones, el gobierno de Bolivia resolvió prolongar hasta el año 2002 las actividades del Comité Nacional de Emergencia, creado para contrarrestar los efectos de la supuesta falla informática del milenio, tras considerar ayer que "el peligro no ha pasado". Aunque el país superó sin problemas la prueba del Y2K.
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