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El Y2K no existió, pero igual en
las playas todo el mundo lo siente

En Pinamar, sólo la mitad de las 130 mil plazas hoteleras está ocupada. Allí sostienen que el efecto 2000 retrasó la llegada de los turistas porque muchos se vieron demorados en sus lugares de trabajo. Un panorama similar pintan en Mar del Plata y Villa Gesell.

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En Pinamar aún se puede conseguir alojamiento tanto en hoteles como en casas de alquiler.
“Como no sabían qué iba a pasar, muchos dejaron las vacaciones para febrero”, sostienen.

Por Alejandra Dandan
Desde Pinamar y Villa Gesell


t.gif (862 bytes) El Ford blanco pega un frenazo. Desde adentro, Hernán invita a las dos morenas que pasean por la Avenida del Mar a dar una vuelta. Ellas aceptan displicentes. Hernán sabe cómo ganar: “Con una 4x4 apuntás para arriba, con un Gol levantás de ahí para abajo”. No explica más, pero la definición funciona como postal de este mundo-costa empeñado en la producción. Todo está aquí prolijamente dispuesto, Pinamar se ocupará de cada visitante: prestará equipos de computación o energizará cuerpos estresados con mil inventos recreativos. Pero todo aún es potencial. Pinamar está aletargada. Expectante. “Estamos en un momento crítico”, dijo a Página/12 el secretario de Turismo, Juan José Rodríguez. Sólo la mitad de las 130 mil plazas en hoteles y casas de alquiler está cubierta. Los locales se ufanan en achacarle al publicitado efecto 2000 todas las razones del mal. Administradores de Cariló y Pinamar hablan de un público bancodependiente que no puede dejar su lugar de origen hasta la rehabilitación completa del sistema financiero. En Gesell dicen algo similar.
El letargo genera incertidumbre. Al presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Pinamar, Jorge Fumberg, se le escapa: “Esperemos que cambie este pesimismo. Ojalá, porque lo que nosotros no hacemos en estos dos meses no lo hacemos más”. Incluso así, los dueños de las casas de alquiler aún se resisten a quienes buscan casa sólo para la segunda quincena. “Tenemos esperanzas de poder alquilar estos días porque si fraccionamos perdemos mucho. Eso sí –se frena enfático Fumberg–, lo primero que salió fueron los lugares más caros.” Ocupar un tres ambientes durante todo enero puede costar aquí entre 3000 y 4000 pesos. Muchos pagaron sus estadías hace dos meses, pero la psicosis Y2K sembró pánico y venció: varias de esas casas ya pagadas aún no han sido ocupadas.
En Gesell también se contiene la respiración. Allí Jorge Ziampra, de la Secretaría de Turismo, se pliega a la hipótesis Y2K para sostener el retraso del ingreso, pero agrega otra. “Hay un retraso motivado por el efecto 2000, pero además la asunción del nuevo gobierno hizo que el sector público, importante en esta zona, retrasara su salida de vacaciones.”
También Cristian, que pasea por el frente de una disco local, apuesta. Es el RR.PP. del Ku, ese complejo donde a esta hora la furia adolescente debería taponar ingreso y andariveles. Pero no. “Acá no pasa nada –se excita–, ¿no viste? Esto se viene mal. ¡Si la gente no sale de Buenos Aires porque no puede sacar plata de los bancos!” Fantástica o no, la explicación sirve a Cristian para alimentar la espera, así como lo hace ahora por detrás del vallado de la entrada. Porque ahora de que no hay más veda, la disco puede quedar repleta hasta tarde. “Pero no nos podemos zarpar –aclara–, tampoco vamos a tener abierto hasta las diez de la mañana.”
Pero esa gente, explica el secretario de Turismo, llegará después de Reyes. Aunque a muchos, dice, por el efecto 2000, no les dieron vacaciones hasta el 20 de enero. También para Cariló la temporada aún está en espera. “Siempre que hay elecciones en octubre, la temporada queda afectada. La gente que viene o son políticos o están pendientes de qué va pasar con el plan económico”, explica Silvia desde la Constructora del Bosque. La búsqueda de interpretaciones sigue: “Es que en general son bancarios, están en las telefónicas o son los ejecutivos que en Buenos Aires ves en traje y acá encontrás de short y al aire libre”.
Toda esa tribu está demorada, supuestamente atrapada bajo la trampa satírica del Y2K, que si no ha infectado ni paralizado computadoras o redes tecnológicas, burló a los caras pálidas dispuestos a tostarse. “Como no sabían qué iba a pasar, muchos dejaron las vacaciones para febrero; de hecho esta temporada por primera vez hay mucha más demanda para ese mes”. El secretario de Turismo se preocupa porque desde el boom conquistado porCariló, la temporada 2000 lo puede hacer avecinarse a la crisis que vivió Pinamar los últimos años.
Pero no todo está perdido. Por ahí por eso en los balnearios hegemónicos como Pizza Banana, Philips o Marbella los que han llegado deben obedecer entre la arena a una consigna que se rumorea como dogma: relájate. Y todo allí, aunque para unos pocos, funciona.

 

DESFILE POLICIAL EN MAR DEL PLATA
Operativo Sol castrense

Con un desfile de 1500 efectivos de la Bonaerense, al más puro estilo militar, el ministro de Seguridad bonaerense, Aldo Rico, inauguró ayer oficialmente el Operativo Sol 2000. Al mediodía, con 30 grados a la sombra, el ex teniente coronel presidió la demostración que se llevó a cabo en el Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos, ante una buena cantidad de turistas y marplatenses.
Según se informó, serán cinco mil los policías que estarán afectados al operativo de seguridad en las rutas y en las ciudades balnearias, desde San Clemente del Tuyú hasta Bahía Blanca y también en Tandil. Unos 300 móviles serán utilizados para el control, además de dos helicópteros y unas treinta motocicletas.
Rico dio órdenes precisas y públicas a la fuerza para que logre “que el ciudadano esté tranquilo porque es el delincuente el que tiene que tener una vida azarosa y una vida inquieta y somos nosotros, los hombres del Ministerio de Seguridad, y fundamentalmente, su brazo más importante, la Policía de la Provincia de Buenos Aires quienes debemos lograrlo”. Al concluir su saludo, el ministro vociferó como en sus viejos tiempos: “Vista al fren-te”.
Algunos curiosos abuchearon al militar pero otros lo aplaudieron y algunos llegaron a gritarle: “Meta bala que es la única que nos salva”. Al comienzo del desfile, la primera en aparecer fue la Guardia del Mar, integrada por adolescentes marplatenses que lucían minifaldas. Rico las vio pasar inmutable, una semana después de que desde La Plata se asegurara que el ministro estaba en contra de que las mujeres policías muestren sus rodillas.


Mar del Plata aún espera

Mar del Plata comenzó su temporada 2000 a pleno sol y con sus renovadas playas llenas de turistas. Desde el popular balneario La Perla, pasando por clásicos como la Bristol, Varese o el Complejo Punta Mogotes y los selectos balnearios de la zona del faro, todos, según el gusto del veraneante, se ven invadidos de sombrillas, sillitas y lonas multicolores que se instalan, apenas entrada la mañana, de la mano de las familias, para conformar la tradicional postal de cada verano. Sin embargo “todavía falta lo mejor”, según informó a Página/12 Hugo Alfonso, del Ente Municipal de Turismo (Emtur), para quien la verdadera temporada, post Y2K, comenzará “recién a partir del 7 u 8 de enero, fecha en la que muchos operadores de turismo reprogramaron sus viajes, y en la que se espera arribará la gran ola de turistas.”
Tras el recambio y los festejos del fin de semana, más de cien mil visitantes arribaron, por distintos medios, para disfrutar de sus vacaciones, a pesar del fantasma Brasil y sus tentadoras playas, lo que obligó a las principales empresas de transporte a “reforzar sus servicios” para satisfacer la demanda.
Desde las primeras horas de la mañana largas caravanas de automóviles y selectas camionetas 4x4 desfilan incesantemente en dirección a los principales balnearios de la ciudad, para llegar al mar y gozar de largas jornadas de sol, cuya temperatura promedio no bajó de los 30 grados.

 

 

 

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