La
cumbre sirio-israelí del 15 de diciembre en Washington había sido en gran medida para
establecer confianza. La que se inauguró ayer en Shepherdtown daría inicio de hecho a
las negociaciones para un tratado de paz entre ambos países. El encuentro comenzó con la
llegada del premier israelí Ehud Barak y el canciller sirio Faruk Al Shara a la pequeña
localidad de Shepherdstown, en el estado norteamericano de Virginia Occidental. En el
papel de mediador que tanto disfruta estuvo presente el presidente norteamericano Bill
Clinton. El encuentro comenzó oficialmente cuando Clinton recibió a Barak y Al Shara en
un puente del Centro de Fauna y Pesca local. Más tarde, el presidente norteamericano se
reunió individualmente con cada uno. A la noche hubo una cena de gala. Clinton consideró
que esos encuentros constituyeron un buen comienzo.
Ese tipo de dichos y hechos públicos habían sido más importantes en el primer encuentro
de alto nivel sirio-israelí, realizado el 15 de diciembre en Washington para romper
el hielo entre Barak y Al Shara. En esta ocasión, los protagonistas serán los
expertos técnicos sirios, israelíes y norteamericanos, que tratarán los distintos
diferendos entre Siria e Israel. Según reveló ayer una fuente siria, habría cuatro
grupos de trabajo: fronteras, agua, asuntos de seguridad y normalización de relaciones.
Un grupo negociará por vez en el hotel local. Los negociadores están virtualmente
recluidos. Además de lo remoto de Shepherdstown, Clinton les pidió ayer a los delegados
que apaguen sus teléfonos celulares mientras duren las discusiones. Si todos los grupos
de trabajo llegan a un consenso, entonces se presentará lo acordado ante Barak y Al
Shara, que le darían su apoyo formal. Los tiempos parecen ser muy fluidos. Un enviado
israelí estimó ayer que el encuentro duraría alrededor de 10 días, mientras que uno
sirio aseguró que mientras los israelíes demuestren seriedad, seguirá.Más
allá de las diferencias entre ambas partes, ayer las dificultades inmediatas parecían
estar relacionadas con el orden en el que se tratarán los temas de discusión.
Básicamente, Barak quiere dejar hasta el final las negociaciones sobre las fronteras y el
agua (temas que son virtualmente sinónimos, ver recuadro). Los israelíes también
buscarán garantías de que el eventual tratado de paz incluya un cronograma para su
aplicación. Pero un negociador sirio no dejó dudas ayer de que insistiremos en
empezar con el tema más importante: la retirada israelí hasta las fronteras de
1967. Lo que es seguro es que el gobierno israelí está dispuesto a retirarse de la
mayor parte de las Alturas del Golán. Las disputas son esencialmente sobre qué recibirá
a cambio de Siria. Por lo pronto, Barak le pidió ayer de largada 25.000 millones de
dólares a Clinton para el reasentamiento de los colonos judíos en el Golán. Antes de
partir el domingo hacia Estados Unidos, el premier israelí le había advertido a su
pueblo que no se hiciera ilusiones: La paz con Siria tiene un precio muy doloroso y
muy duro, pero que es necesario.
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