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EL EMPRESARIO JUAN CARLOS ABARCA DEBUTO COMO INTERVENTOR DEL CANAL ESTATAL
“Para ATC, Sofovich fue como Alderete”

La consigna de la conducción será que hay que salvar el futuro del canal, que tiene una deuda de 70 millones y gasta 35, por año, en sueldos. “Hay muchos ñoquis”, diagnosticó ayer el ex gerente de General Motors y Pérez Companc, que encontrará problemas por doquier.

El gesto adusto de Abarca, en su primer día como funcionario.
La conducción encontró irregularidades en casi todas las áreas.

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Por Carlos Polimeni

t.gif (862 bytes)  El flamante interventor, Juan Carlos Abarca, afirmó ayer que ATC tiene un símbolo de la corrupción del mismo nivel que representa para el PAMI Víctor Alderete: el ínclito Gerardo Sofovich. El nuevo hombre fuerte del canal, que ocupó funciones gerenciales en empresas del nivel de General Motors y Perez Companc durante los últimos treinta años, anticipó que dedicará una parte de sus próximos esfuerzos a estudiar la crítica situación económicofinanciera que hereda, y no dudó en suponer que uno de los problemas es que tiene 750 empleados. “Hay muchos ñoquis”, llegó a decir en un rapto de espontaneidad dentro de un discurso de tono medido, pero lleno de directas e indirectas hacia la alborotada situación interna de la emisora. “Voy a tratar de charlar con todos los sindicatos y a tratar de que entiendan que tenemos que salvar el canal, porque si no vamos a quedar todos en la calle”, explicó. Abarca esbozó en su primer día de gestión una idea que será una de las consignas de su conducción, que es “hay que salvar el canal”. A espera del inicio de ese salvataje, la programación de la emisora estuvo conformada entre el sábado y ayer por películas --entre ellas las notables "Rapsodia en agosto", de Kurosawa y "Bleu", de Kieslowski-- videos experimentales, documentales de diverso nivel y programas realizados por la UBA, por lo que transmitía un perfil de canal cultural. Algo venido a menos, en rigor. Abarca no tendrá que discutir con nadie a la hora de tomar decisiones, ya que su intervención reúne el poder de decisión del directorio, presidido por Horacio De Lorenzi, que cesó con su arribo. La premisa de la conducción es comenzar un proceso de saneamiento interno que conduzca a que en marzo se lance una nueva programación. Claro que para eso hay que conseguir presupuesto..., y ahí empiezan los problemas. El interventor, que debe saber que el que mucho abarca poco aprieta, deberá dedicarse a solucionar problemas en varios frentes. El del personal no será menor, luego de su alusión inicial a la sobredimensión, palpable, de la planta permanente. "Nuestra preocupación esta semana pasa por poder pagar los sueldos, y para eso estamos pidiendo plata prestada", contó anoche a este diario Darío Lopérfido, Secretario de Cultura y Comunicación, en cuya área está el devaluado canal oficial.El empresario interventor, que tiene 58 años y un perfil apolítico, conforma un equipo de conducción que incluye a cinco nuevos funcionarios, dos de los cuales ya venían trabajando en la emisora, por decisión de Lopérfido. Uno es el realizador Rodolfo Hermida –responsable de recordados programas como “El galpón de la memoria” y “El monitor argentino”–, que quedó confirmado como responsable de los programas que saldrán al aire. Su cargo es director de Programación. El otro que ya venía trabajando es el ex secretario de medios de la UBA Luciano Olivera, a cargo de la Dirección de Producción Operativa. “Trabajaremos en conjunto, como un buen equipo: Hermida decidirá qué va al aire, yo estaré a cargo del proceso por el cual esos programas llegan al aire”, puntualizó ayer Olivera a Página/12. Los otros tres hombres del nuevo elenco de conducción son César Gervasi, un histórico del canal, a cargo de Ingeniería; Miguel Angel Di Leo, de Recursos Humanos, y Hugo Barrientos, de Administración y Finanzas. El equipo deberá ponerse a la tarea de reducir el déficit de la emisora, mientras diseña un modelo de gestión que permita recuperar una pantalla viciada de nulidad televisiva.La primera parte no es fácil: ATC tiene un déficit de 70 millones de dólares, gastó el año pasado 35 millones en sueldos y no ingresó ni siquiera la décima parte por publicidad. El presupuesto que recibió, por decisión parlamentaria, para el año pasado, fue de 13 millones. El canal tiene históricamente, lo saben hasta los mendigos que circundan su edificio en Avenida Figueroa Alcorta, innumerables nichos de corrupción. Como ejemplo, basten estos datos, relevados por la autoridades entrantes:u En una reunión de gerentes al finalizar la gestión, se presentó a sus pares un gerente al que el resto no conocía. El hombre, se comprobó después, simplemente cobraba un sueldo en el canal, pero no trabajaba.u Un director saliente pasó, y cobró, vales de gasto de nafta por cinco mil dólares, durante el pasado mes de diciembre. u En el mes de noviembre, se pagaron 250 mil dólares por aportes artísticos a personas que no tenían programa alguno en el aire.u Existía una serie de contratos vigentes, es decir que se cobraban, a figuras cuyos programas fueron levantados hace mucho tiempo, o que nunca llegaron a salir al aire. Estos ejemplos, pequeños y más bien anecdóticos –las malas lenguas dicen que las comisiones de diez por ciento para cada compra fueron tan normales que a nadie asombraban– formaban parte de la concepción-ATC de las conducciones que se sucedieron en la última década, según prueba la historia misma de las gestiones. Al irse, Sofovich dejó en el canal una deuda superior a los 50 millones de dólares, que ocasiona varios pedidos de quiebra. Las administraciones siguientes elevaron esa cifra a los 70 millones. Abarca, al ser entrevistado ayer por la tarde por Página/12, dejó clara su sensación de que si bien Sofovich fue el Alderete de ATC, también son responsables de su mal manejo sus sucesores, mucho menos conocidos por la opinión pública. El último presidente del directorio era el contador Horacio De Lorenzi, al que secundó hasta el final Rodolfo Brissi. Luego de la asunción del gobierno de Fernando de la Rúa, habían renunciado otros miembros del directorio, de plena cepa menemista, entre ellos la otrora locutora radial Susana Fontemachi, Norberto Rozetto y Osvaldo Giaccio. Los otros interventores del canal en la última década del siglo pasado, durante los gobiernos sucesivos de Menem, fueron René Jolivet, Julio Ricardo y Horacio Frega. Que la ex modelo Liliana Caldini, ex esposa de Cacho Fontana, haya tenido un nivel de decisión en programación, siendo neófita en el área, da una idea del descontrol con que se movía el canal, aseguran los nuevos funcionarios.La recuperación de la pantalla en una política de austeridad es también una tarea compleja. ATC mide en conjunto, de promedio, menos de un punto de rating. Telefé lidera las mediciones con un promedio superior a los 11 puntos. Para alcanzar al cuarto en la cola de la competencia, América 2, el canal debería cuadruplicar su rating, lo que sería, en corto plazo, una hazaña. De cualquier modo, ni equivocándose a propósito la nueva conducción podría concretar una programación tan mala como la que tenía el canal en pantalla, con iconos como Lita de Lazzari, Mario Socolinsky, Lucho Avilés, Pedro Olgo Ochoa, Ante Garmaz o Las Trillizas de Oro. Durante el fin de semana y ayer, hubo cambios en la pantalla: desapareció el logo, comenzó a cambiar ¡y a modernizarse! la artística, y salieron al aire separadores con entrevistas a personalidades de todo calibre respondiendo a la pregunta sobre qué espera de un canal público. Las nuevas autoridades incluso podrían evaluar cambiar el nombre, que parece remitir a una época en que el color era importante. En los cortes del programa "Milenio tropical", ATC informó el domingo que estaba en el aire por un contrato con la anterior conducción.“Uno de los datos más alentadores que tenemos es que la gente empezó a notar el cambio, después de mucho tiempo de pantalla muerta: el viernes por la noche pasamos el concierto de fin de año de la Filarmónica de Viena, dirigida por Riccardo Mutti, una joya, y el sábado se saturó el conmutador de llamados de felicitación y aliento”, narra Olivera. Lo curioso es que el programa, una emisión de la OTI, estaba disponible para ATC, que había elegido no programarlo. “Lo que hay es mucha buena onda del público, que tiene un mensaje claro: salven al canal, hagan algo por esto que mantenemos con nuestros bolsillos”, agregó. Los cambios, empero, no llegaron todavía al área de noticias, aunque ahora los noticieros no parecen house organs de la Casa Rosada. La Secretaría a cargo de Lopérfido sigue negociando con Eduardo Cura, ex responsable de “Telenoche Investiga” y “Edición Plus” para que asuma la Dirección de Noticias.

 

La nueva conducción comenzó ya a cambiar la pantalla del canal.
El mayor problema es cómo conseguir dinero para lo que vendrá.

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