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El derrumbe de la Bolsa americana, que bajó 3,2 por ciento, arrastró al resto de las principales plazas mundiales. El Dow Jones registró ayer la caída más importante desde el viernes negro del 27 de octubre de 1997, cuando la crisis asiática amenazaba extenderse a los mercados desarrollados. Ahora no es el temor a una recesión mundial la que invadió a los recintos, sino lo que los operadores resumieron como el Efecto 2000. Este refiere no al miedo de probables fallas en las computadores, sino, precisamente, a que no las hubo, lo que habilita a la economía estadounidense a seguir a un ritmo de crecimiento infernal. Esa fortaleza convoca, entonces, al fantasma de un ajuste para arriba de la tasa de interés de corto plazo, en un contexto donde el banquero más famoso, Alan Greenspan, fue confirmado por un nuevo período al frente de la Reserva Federal. En resumen: el temor a un suba de la tasa desplomó las bolsas, que ya habían rendido muy buenos frutos a lo largo del año pasado. Buenos Aires, en tanto, retrocedió 5,2 por ciento. El comportamiento de la plaza local sumerge en un profundo desánimo a los operadores. Cuando los mercados bursátiles eran una fiesta, alcanzando máximos históricos como en Brasil, México, Estados Unidos y varios europeos, Buenos Aires se mantuvo al margen. Negocios escasos y papeles sin reacción dominaban el panorama en la rueda. Ahora, que esos mercados que gozaron de una dulce bonanza realizan un ajuste de las cotizaciones por toma de ganancias, Buenos Aires los acompaña. Es para llorar, exageró el analista de uno de los principales bancos de inversión extranjeros, indicando que la plaza local no sube cuando todas las otras lo hacen, y baja fuerte cuando el resto realiza el lógico ajuste de precios. El balance de la sesión arrojó apenas 4 alzas, lideradas por Citicorp, que subió 8,2 por ciento, debido a que Telefónica la retirará de cotización luego de la operación concluida con Hicks, Muse & Tate (ver aparte). Las bajas fueron 36, siendo la de peor performance Comercial del Plata, que retrocedió 8,3 por ciento, seguida por Acindar, con una caída del 6,7 y Siderca, que perdió 6,6 por ciento. Esa misma tendencia negativa se repitió para los bonos de la deuda. Los papeles de más movimiento como los Global 17 y global 27, perdieron 3,1 y 2,2 por ciento, respectivamente. En tanto, los Brady cerraron con el Discount a 79,750 dólares (-1,5%); el FRB a 89,875 (-1,5%); y el Par a 64,875 (-1,5%). Estos retrocesos fueron explicados por Andrés Azicri, head portfolio manager del Merchant Bankers Asociados, de la siguiente manera: Después del importante rally de los bonos del mes pasado, se precipitaron tomas de ganancias ante el temor de que la Reserva Federal retoque la tasa de interés durante el año. En ese sentido se refirió el principal analista financiero de Morgan Stanley Dean Witter, Byron Wien, quien predijo que la FED aumentará un 1 por ciento la tasa de interés antes de mitad de año para enfriar la economía estadounidense y evitar así presiones inflacionistas. Según sus cálculos, con esa medida el promedio Standard & Poors 500, que registra la evolución de las principales 500 empresas de Wall Street, perderá un 25 por ciento de su valor. Por lo pronto ayer el S&P perdió 3,8 por ciento, mientras que el Nasdaq cayó 5,6 por ciento, su mayor pérdida en puntos en su historia en un solo día. Wien también aseguró que la tasa de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a treinta años subirá hasta el 7,5 por ciento anual, lo que afectará a los mercados bursátiles. Ayer, esa tasa trepó a 6,7 por ciento, para terminar a 6,6. La tregua de la tasa de interés en diciembre ha terminado y la gente esta preocupándose por ello, dijo Paul Horne, economista de mercado de valores de Salomon Smith Barney. El consenso en la city es que la Fed ajustará un cuarto de punto en su reunión del 1º y 2 de febrero, y otro cuarto en su encuentro del mes siguiente. De todos modos, un grupo reducido de corredores piensa que no se realizarán esos ajustes sucesivos, puesto que el derrumbe de las cotizaciones actuará como el factor queenfriará la economía, por lo tanto la Fed no tendría necesidad de retocar la tasa. El efecto riqueza sostienen generado por la impresionante suba de la Bolsa, y que se ha convertido en el motor de la economía, dará lugar a una merma del ingreso futuro de los consumidores por la caída de las cotizaciones, lo que derivaría en un menor crecimiento y en un freno a las intenciones de la Fed de subir la tasa. Pero ese razonamiento es el minoritario entre los financistas. La mayoría cree que habrá una ajuste para arriba y, vale recordar, que esa suba afectará las finanzas de la economía argentina debido a su elevado endeudamiento.
TELEFONICA Y HICKS SE DIVIDIERON LOS ACTIVOS
DE CEI Mediante
una enredada madeja de canje de acciones, compra y recompra de participaciones
empresarias, Telefónica de España y el fondo inversor texano Hicks Muse delimitaron sus
campos de acción en el terreno de las telecomunicaciones y medios de comunicación. La
operadora ibérica logró así acceder al control mayoritario de Telefónica de Argentina,
que hasta ahora compartía con CEI (este último, controlado por Hicks Muse). El grupo
texano, a su vez, será cabeza de una nueva empresa que tendrá el control de
Cablevisión, principal operador de cable del país.
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