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LITERAS PIDIO A GARZON PRECISIONES SOBRE LOS REPRESORES
“La causa sigue abierta”

El juez a quien el Gobierno giró el pedido de detención de 48 represores enviado por el magistrado español le solicitó a éste mayores detalles sobre los imputados. El ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, interpretó que la medida de Literas fue rechazar el pedido de Garzón, pero sus dichos fueron replicados por el mismo juez federal: no hubo rechazo alguno. El tema fue tratado en el gabinete nacional.

El juez federal Gustavo Literas pidió más precisiones a su par español Baltasar Garzón.
Además de datos personales de los acusados, delitos y leyes, solicitó fotografías y huellas dactilares.

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Por Irina Hauser y Victoria Ginzberg

t.gif (862 bytes)  “La causa está abierta”, dijo el juez Gustavo Literas a Página/12. Hizo la aclaración después de haber enviado a través de la Cancillería un pedido para que su par español Baltasar Garzón complete datos que faltaban en el pedido de captura librado contra 47 militares y un civil argentinos acusados de genocidio, torturas y terrorismo. El magistrado español deberá agregar detalles sobre qué hechos se le imputan a cada uno de los procesados, cuándo y dónde se cometieron, qué delitos equivalentes prevé la legislación argentina y contra qué personas se perpetraron los crímenes, entre otras cuestiones.
El ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, expresó su propia interpretación sobre el planteo de Literas, diferente en algunos puntos de la que le dio el propio magistrado. “El juez consideró que los elementos que le habían llegado no eran suficientes como para ni siquiera analizar prima facie la pertinencia y procedencia de la petición –tradujo el ministro–, por eso ni siquiera rozó a la cuestión de fondo y también dejó a salvo su competencia y estableció cuál era el incumplimiento del fax remitido por Interpol respecto de las exigencias del tratado” de cooperación entre Argentina y España.
El tema, que desde la semana pasada ocupa un lugar central en la agenda gubernamental, fue abordado ayer en la reunión de gabinete. Allí, el ministro del Interior, Federico Storani, explicó las características técnicas del proceso y reiteró que considera “extremadamente difícil” que la disposición prospere. El presidente Fernando de la Rúa salió a reforzar las afirmaciones de sus ministros: “El juez lo ha rechazado (al pedido). Considera que no reúne los mínimos requisitos”.
Declaraciones van, declaraciones vienen, Literas y Gil Lavedra se pasaron la tarde pronunciando frases encontradas. Para el ministro “la decisión judicial ha sido no hacer lugar al pedido tramitado por el juez Baltasar Garzón”. Literas advirtió que “no se trata de un rechazo”, sino de un pedido para “que se cumplan los recaudos establecidos por el tratado de cooperación entre Argentina y España”. Sin embargo, sus allegados admitieron que las tres hojas remitidas desde España eran “incompletas “ y “precarias”, al punto que, señalaron, “en ningún lugar se cita el tratado”.
“No es posible que estos hechos prosperen jurídicamente en el país por una cuestión de soberanía; es imposible hacer entrar este pedido en los convenios entre España y Argentina, sin perjuicio del cauce que los jueces españoles quieran darles a sus disposiciones”, dijo Gil Lavedra. Literas matizaba: “No quiero cometer los mismos errores que los gobiernos de facto. Lo que le solicito a Garzón es para evitar nulidades o impugnaciones para eventuales procesos de extradición”.
Los pedidos de captura que recibió Interpol Argentina anteayer constituyen la primera partida que se desprende del auto de procesamiento contra 98 represores argentinos librado por Garzón el 2 de noviembre pasado, luego de que en octubre del año pasado la Audiencia Nacional ratificara por unanimidad la competencia del juez para investigar los crímenes ocurridos durante las dictaduras en Chile y Argentina. Con ese documento el magistrado pedía la captura internacional de los acusados en cualquier lugar del planeta, incluso en territorio argentino. La lista incluía, entre otros, a Emilio Eduardo Massera, Jorge Rafael Videla, Alfredo Astiz, Antonio Domingo Bussi, Guillermo Suárez Mason, Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Eduardo “El Tigre” Acosta y Antonio Pernías.
La iniciativa de Garzón, anticipada por Página/12 en octubre, obligó a la Alianza a fijar una posición. Una vez concretado el pedido, el nuevo gobierno optó por derivar la resolución a la Justicia. Fue la manera que eligió para diferenciarse de la gestión de Carlos Menem, quien en 1998 había firmado un decreto que rechazaba la colaboración con el proceso porgenocidio sustanciado en la Audiencia Nacional de España. De todas maneras, los nuevos gobernantes se encargaron de bajar las expectativas.
Carlos Slepoy, abogado de la Asociación Argentina Pro Derechos Humanos de Madrid, evaluó como un hecho positivo “que se haya dado traslado a la Justicia” y que “el juez Literas requiriera nuevos datos porque implica un reconocimiento de la existencia de este juicio”. Sin embargo, manifestó que las declaraciones del titular de Justicia y de Interior “desmerecen la actitud que han tenido”.
“Están tratando de marear la lombriz –advirtió Slepoy–. Intentan crear una imagen de Garzón como alguien improvisado cuando los improvisados son ellos; hace tiempo sabían que iba a llegar este pedido. Deberían tener una posición más clara. Se les presenta una posibilidad histórica de lavar la mancha que significan las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y dar un paso histórico en la consolidación de la democracia en la Argentina”.
Por lo pronto a Literas –que es el mismo magistrado que levantó el pedido de captura contra el banquero menemista Raúl Moneta y el que lleva la causa del accidente del avión de Lapa– le preocupan los errores del pedido de Garzón. Además de datos personales de los acusados, delitos y leyes, solicitó fotografías y huellas dactilares. Recién cuando reciba la nueva documentación se dedicará a definir si la captura es procedente.
El camino se perfila sinuoso y está cantado que el caso terminará en la Corte Suprema ante la apelación de una u otra de las partes. Fuentes judiciales explicaron que en el proceso podrán ir presentándose cuestionamientos “tales como definiciones de territorialidad, firmas de convenios contra genocidio posteriores a los hechos, doble imputación, planteos de cosa juzgada”. De hecho, ya hay discusiones claves sobre el tapete. Por ejemplo, los abogados que actúan en el juicio en España sostienen que los militares que ya fueron juzgados (que es la minoría), lo fueron por homicidios o torturas pero no por delitos de lesa humanidad. En contraposición, el gobierno argentino sostiene que “los hechos por los que se los juzgaría son los mismos, aunque se haga referencia a otros delitos, de modo que no se los juzgará dos veces”, en palabras de Gil Lavedra.
Una controversia que debería saldarse si el tema sigue su curso y se empiezan a tramitar las extradiciones es el hecho de que la Argentina no prevé la extradición de nacionales. En este sentido Slepoy manifestó que “los acusados entonces deberían ser sometidos a la Justicia argentina por los delitos por los que se los acusan en España, es decir por genocidio”.

 

“El pedido cruza fronteras”

“Que España enjuicie, o siga el juicio a aquellas personas que violaron los derechos de ciudadanos españoles a ninguno nos parece mal. Al contrario, creemos que avanzamos ineluctablemente hacia medidas como ésas. Lo que pasa es que perfeccionar esas medidas sería tener un Tribunal Penal Internacional, que pudiera abarcar desde un lugar inatacable a todos los países donde se cometieran crímenes de lesa humanidad.” La ministra de Desarrollo Social y Medio Ambiente, Graciela Fernández Meijide, fijó así su posición sobre el proceso que lleva adelante el juez español Baltasar Garzón. Meijide, quien fue una de las primeras testigos en presentarse ante el magistrado español –no sólo convocada en su calidad de madre de un desaparecido sino por su actuación en la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas– defendió, en el programa radial “Turno Tarde”, la decisión oficial de derivar el tema a la Justicia pero se mostró reservada al opinar sobre Garzón: “Es un juez español que atiende a lo que marca la Constitución española. Pero su pedido aparece atravesando las fronteras”.


“Injerencia insolente”

El ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, rechazó ayer el pedido de prisión internacional contra él y otros 47 represores de la última dictadura militar que libró el juez español Baltasar Garzón. “Me parece una insolencia de este juez pretender juzgar hechos ocurridos en la Argentina y producidos por argentinos, es una injerencia insolente sobre nuestra soberanía que de ninguna manera cabe, ni siquiera, prestarle atención”, dijo Menéndez. Y agregó que “este tal Garzón no existía cuando a nosotros nos atacó la subversión marxista para apoderarse del país y transformarlo en un país comunista”.
El ex jefe del campo de concentración La Perla, quien fue procesado en 1985 por la violación a los derechos humanos e indultado por el ex presidente Carlos Menem, insistió ayer con la teoría de los represores de la década del 70: “Hubo una guerra revolucionaria y contrarrevolucionaria en la Argentina”, aseguró Menéndez, quien próximamente deberá declarar en el Juicio por la Verdad que se sigue en Córdoba.


Un respaldo a la Justicia

Estela Carlotto*.
Confianza con preocupación
“El pedido de Baltasar Garzón ya está encaminado por el Gobierno en la Justicia. Ahora es una de las facultades del juez Literas solicitar precisiones y no es ningún indicio de que no se vaya a actuar como corresponde. La avanzada de opiniones negativas me preocupan porque parecen presagios de una respuesta negativa. Si queremos que se respete la Justicia, debemos darle tiempo para que se estudie el caso. Sigo confiando en que es posible una respuesta positiva porque Baltasar Garzón no va a pedir algo que no corresponda.”
* Abuelas de Plaza de Mayo.

Hebe de Bonafini*.
“Perdonaron a asesinos”
“Hay que pensar las cosas que hicieron los radicales para saber cómo van a actuar ahora. En la dictadura tuvieron la mayor cantidad de intendentes y embajadores; Raúl Alfonsín y Eduardo Amadeo hicieron la ley de presunción de fallecimiento para los desaparecidos; la parodia del juicio y las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Toda esta historia es muy pesada. Cuando uno perdona asesinos, es porque se perdona un poco a sí mismo. Ellos no van a conceder nada, ya hicieron públicas sus declaraciones Federico Storani y Ricardo Gil Lavedra.”
* Asociación Madres de Plaza de Mayo.

Mabel GutiErrez*.
Verdades a medias
“El Gobierno actuó correctamente al derivar el pedido de Baltasar Garzón a la Justicia. Es lo que Menem nunca hizo. Sobre los datos que Literas reclama tengo entendido que se piden recién cuando las personas están detenidas, por lo que no sería correspondiente. Pero, lo lógico es que no extraditen a los militares que están presos en el país porque es aquí donde deben cumplir su condena aunque hay muchos militares de la lista enviada que no han sido juzgados y deben ser extraditados según los tratados internacionales. El argumento de cosa juzgada es válido sólo para aquellos que ya están presos.”
* Familiares de Desaparecidos y Detenidos por razones políticas.

Simon Lazara*.
No polarizar la discusión
“Yo no conozco el texto que mandó Garzón y no puedo opinar si faltan o no elementos. Creo que lo peor que puede pasar en el país es que se plantee una polarización entre impunidad o no impunidad. Lo importante es ver realmente si hay condiciones materiales y legales para abrir juicios en Argentina por desaparición forzada de personas –que es un delito permanente– a quienes no fueron juzgados. Hacer posible esta discusión es una gran oportunidad para saldar las deudas de la Justicia con el estado de derecho.”
* Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

Nora Cortiñas*.
“No hay cosa juzgada”
“Estamos convencidas de que el Gobierno tiene que responder positivamente. Esperamos que todo lo que se dijo en la campaña electoral de terminar con la impunidad y la corrupción sea verdad porque nuestra lucha es contra la impunidad. No se trata de una cosa juzgada porque en Argentina las juntas fueron condenadas por asesinatos y torturas, pero no por genocidio y torturas como plan sistemático. Si no son juzgados los crímenes de lesa humanidad, si las leyes de Obediencia Debida y Punto Final no son anuladas y si no se declaran inconstitucionales los indultos en nuestro país no habrá justicia.”
* Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.

 

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