Las cosas
marchan viento en popa, pero para Israel algunos frentes de paz avanzan más que otros. En
Sheperdstown, Estados Unidos, las negociaciones entre Israel y Siria para alcanzar un
acuerdo sobre su disputa de 40 años se detuvieron y volvieron a reanudarse. El punto de
conflicto es qué se discute primero: si la seguridad, como quiere Israel, o las
condiciones de la retirada del ejército israelí de las Alturas del Golán, como desea
Siria. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, James Rubin, afirmó que
el programa de acción seguirá adelante, pero no detalló cómo. Mientras
tanto, en un hotel de Jerusalén, los negociadores israelíes y palestinos acordaron la
tercera y cuarta retirada de Israel de territorios de Cisjordania que serán cedidos a la
Autoridad Nacional Palestina (ANP). La retirada comenzaría mañana y para el 20 de enero
quedaría completa, cumpliendo con casi todo lo pactado en los acuerdos de Sharm el-Sheij
de setiembre. La primera retirada israelí, correspondiente al cinco por ciento de
Cisjordania, debería cumplirse el 15 de noviembre. Pero los negociadores palestinos se
habían negado a aceptar las zonas elegidas por Israel para entregar. Ahora hemos
llegado a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, afirmó el jefe de la
delegación palestina, Saeb Erekat, aunque no aclaró si los israelíes cambiaron los
mapas o si los palestinos se resignaron. La segunda retirada se cumplirá a partir del 20
de enero día en que el líder de la ANP, Yasser Arafat, se reunirá con
Clinton y comprende otro 6,1 por ciento de Cisjordania. Erekat también indicó que
se examinó la cuestión de la apertura de un segundo corredor entre Cisjordania y Gaza a
través del territorio israelí, pero que aún no se logró ningún acuerdo. El jefe de
los negociadores israelíes, Yiosi Eran, señaló que también se logró un acuerdo sobre
la creación de dos zonas industriales israelo-palestinas en Rafá, en el sur de la Franja
de Gaza, y en Jenin, en el norte de Cisjordania. Con estos puntos cumplidos (más la
liberación de presos palestinos por parte de Israel), lo que queda en las negociaciones
israelo-palestinas es el núcleo más duro: la eventual creación de un Estado palestino y
el estatuto de Jerusalén. Mientras tanto, en Estados Unidos, los representantes
israelíes y sirios parecen más bien lejos de cualquier núcleo duro. Claro que el primer
encuentro, después de cuatro años de negociaciones interrumpidas, había sido el 15 de
diciembre. Justamente, los sirios aducen que, al momento de interrumpirse las
conversaciones, se estaba discutiendo la retirada de Israel de las Alturas del Golán. Los
israelíes opinan que fueron cuestiones de seguridad las que se estaban discutiendo en
1995. Cuando no se garantizó que el Golán fuese el primer tema, cancelaron la cena
del lunes y salieron de las conversaciones, declaró un funcionario israelí. Ayer
por la mañana, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, reunió a las
delegaciones, presididas por el premier israelí Ehud Barak y el canciller sirio Faruk
al-Shara para limar las asperezas. Lo consiguió y el mismo Clinton recorrió por la tarde
los 100 kilómetros que separan Sheperdstown de Washington para continuar con las
conversaciones. Clinton ha dicho que volvería sólo si se le garantizaba que valía
la pena, aclaró James Rubin. Pero ningún funcionario cercano a los contactos en
Sheperdstown pudieron aclarar en qué consistió el acuerdo, o sea, qué se discutirá
primero: la cuestión de la seguridad o la cuestión del Golán.En todo caso, en lo que
respecta a la seguridad, Israel ya asentó sus demandas. Según el diario israelí
Haaretz, Barak le pidió a Clinton una ayuda militar de 17.000 millones de dólares, que
en los papeles es un tremendo arsenal: helicópteros de combate Apache, aviones-espía
Awacs, dos sistemas de defensa antimisiles, una estación terrestre para recoger
información de los satélites militares norteamericanos y misiles Tomahawk, lo cual
violaría un tratado de 1987 por el que se prohíbe la venta de misiles de más de 300
kilómetros de alcance. Entretanto, las repercusiones en Siria e Israel de lo que ocurre
en Estados Unidos es dispar. Los medios oficiales sirios saludaron el inicio de las
negociaciones y el diario árabe internacional Al Hayat informó que el gobierno sirio
detuvo a cientos de militantes de diversos grupos integristas para la ocasión. En Israel,
la derecha opositora del Likud está poniendo el grito en el cielo. Y los representantes
del cielo, en este caso un grupo de rabinos de la derecha sionista, publicaron ayer un
halajá (dictamen rabínico) por el que se prohíbe entregar el Golán.
LA GUERRA CAMPESINA EN COLOMBIA
Cruz Roja secuestrada
¿Tregua?
¿Qué tregua? En Colombia no hay fiestas ni feriados cuando de secuestros y disparos se
trata. Ni los guerrilleros del guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN) ni los
militares parecen dispuestos a perder días de enfrentamiento por el simple hecho de que
un nuevo milenio comenzó. Pero ayer el mayor golpe no vino de esas filas: el
secuestro masivo de 37 funcionarios en la sede del Comité Internacional de la
Cruz Roja (CIRC) fue el desenlace provisorio de la toma del edificio después de 20 días
de protesta por parte de 250 campesinos desplazados de sus hogares por la guerra interna
entre el ejército, las guerrillas y los paramilitares. Los campesinos llegaron a Bogotá
15 días atrás desde diferentes puntos del país especialmente de los conflictivos
departamentos de Antioquia, Tolima y Huila con la intención de
presionar al presidente Andrés Pastrana para que dé una solución
definitiva al millón y medio de desplazados que se quedaron sin hogar por los
continuos saqueos y enfrentamientos armados. Según el líder de la protesta, Gustavo
Cepeda, el gobierno debe entregarle a cada familia 8000 dólares para poder trasladarse a
otras tierras y reiniciar sus vidas. Nos tocó entrar para ver si así
el gobierno nos pone atención, porque hasta ahora ningún funcionario se ha acercado
siquiera a escucharnos, pese a que ya llevamos 20 días aquí, adelantó Cepeda. Los
hombres, mujeres y niños del grupo entraron en el edificio después de romper los vidrios
de la puerta principal. Eran las 10 de la mañana y en la sede estaban trabajando 37
funcionarios, que en un principio quedaron retenidos, aunque los campesinos
aseguraron que ellos pueden entrar y salir cuando quieran. Horas después, el
vocero del CIRC, Carlos Ríos, confirmó desde su oficina tomada lo que la policía local
ya había adelantado: Estamos secuestrados, no nos dejan salir. El CIRC, en
respuesta, decidió suspender sus actividades en Colombia.
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