Por José Natanson Los tironeos cotidianos por la
ANSeS constituyen la interna más caliente del gabinete de la Alianza. El protagonista
excluyente de estas disputas es Melchor Posse, quien se resiste a ceder espacios en la
conducción de un organismo que maneja la friolera de 23 mil millones de pesos. El ex
intendente se opone en sordina a la inclusión de algunos hombres ajenos a su entorno
como Guillermo Nielsen en la conducción colegiada de la ANSeS, una actitud
que generó disputas con el ministro de Economía, José Luis Machinea, y con su superior
inmediato, el ministro de Trabajo Alberto Flamarique.
La discusión comenzó el 15 de diciembre, el día en que Posse debía jurar como
secretario de Seguridad Social. El ex intendente de San Isidro, que aspiraba a nombrar a
hombres de su confianza en los puestos claves de la ANSeS, amenazó con dar un paso al
costado. Sin embargo, luego de dos tensas reuniones, Posse, Flamarique y Fernando de la
Rúa se pusieron de acuerdo: el ex intendente aceptó la propuesta del Presidente de dotar
a la ANSeS de una conducción colegiada y se llevó el compromiso de contar con un amplio
margen de maniobra en la dirección del organismo. Al día siguiente juró en el cargo.
La disputa resurgió en los últimos días. Los tironeos se centran en la decisión de
Posse de resistir cualquier intento por recortar su capacidad de maniobra en la ANSeS.
Aunque está claro que será el presidente de la entidad, el ex intendente estará
secundado por un vice y un directorio integrado por cinco miembros, que se ocuparán de
las áreas de finanzas, seguridad social, informática, litigios.
La decisión del ex intendente tiene un efecto concreto: Posse se opone a la
incorporación de algunos técnicos que no le responden en el directorio de la ANSeS. Uno
de ellos es Guillermo Nielsen, un experto en temas previsionales que trabajó junto a
Eduardo Angeloz en Córdoba. Nielsen es un hombre cercano a José Luis Machinea, con el
que trabajó en la FADE, y tiene un diálogo más que aceptable con Flamarique.
La actitud del ex intendente generó tironeos en el seno del gabinete de la Alianza y es
el dato que explica que el decreto por el que se establece la nueva conducción del
organismo aún duerma a la espera de la firma de De la Rúa.
La disputa no es menor. La ANSeS es uno de los organismos más poderosos del Estado: paga
tres millones y medio de jubilaciones y pensiones del régimen de reparto y siete mil del
sistema de jubilación; se encarga de distribuir un millón de asignaciones familiares;
cuenta con 110 mil seguros para desocupados y 20 mil programas de empleo para familias de
bajos recursos. Su presupuesto anual es uno de los más altos del país: 23 mil millones
de dólares.
Aunque la designación en la Secretaría de Seguridad Social le permitió a Posse
recuperar algo de su capital político, lo cierto es que su situación política es
delicada. El ex intendente había apostado todo a un triunfo en la provincia de Buenos
Aires. Para alzarse con la candidatura a vicegobernador resignó espacios en las listas
legislativas y cedió a su archienemigo Leopoldo Moreau la jefatura del radicalismo
provincial.
Los voceros de Posse insistieron en negar cualquier disputa, pero lo cierto es que los
tironeos por la ANSeS constituyen la interna más relevante del gabinete de la Alianza,
que se reunirá hoy por la mañana en la Casa Rosada.
Una vez que terminaron de definir los diferentes cargos, en la Alianza vislumbraron como
principal hipótesis de conflicto la relación entre Graciela Fernández Meijide y Cecilia
Felgueras. Sin embargo, la delimitación estricta de las competencias sumada a la actitud
cautelosa de los dos mujeres fuertes del Gobierno, disipó los temores.
Descartada la disputa entre Graciela y Cecilia, todos los focos del Gobierno se encuentran
depositados en Posse, que resiste cualquier maniobra para limitar su poder en la
conducción de la ANSeS.
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