El anuncio
del cierre de la planta de Massalín Particulares en Goya, Corrientes, movilizó a todo el
gobierno nacional en la búsqueda de una salida que evite la drástica decisión
empresaria. El presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, recibió a los máximos
directivos de la empresa, que habían responsabilizado a la suba de impuestos a los
cigarrillos por la inviabilidad de la planta correntina. Lejos de rever la
decisión, los empresarios reclamaron al Gobierno una actitud más firme para combatir el
contrabando de cigarrillos. El Gobierno prometió trabajar en el tema, confiando en que
ésta puede ser la vía para solucionar el conflicto, que amenaza volver a encender la
crisis en la provincia de Corrientes. Durante la mañana, las expresiones de los
funcionarios de Economía conllevaban un tono de fuerte condena contra la actitud de la
filial local de Philip Morris. Pablo Gerchunoff, jefe de asesores del Palacio de Hacienda,
calificó como una picardía el anuncio del cierre y atribuirlo a la reforma
impositiva. La empresa tenía hace un año y medio la intención de cerrar esa
planta, en la que hacía años había dejado de invertir. Cierra esa planta porque es
obsoleta, señaló. Tras la reunión de Rafael Argüelles, presidente, y Jorge
Vives, director ejecutivo de Massalín, con De la Rúa, cambió el tono del discurso
oficial. Rodolfo Terragno, jefe de Gabinete, asumió el argumento de la empresa,
señalando que Massalín pierde un 12 por ciento del mercado a manos del
contrabando de cigarrillos, que salen de la Argentina sin pagar impuestos y luego
reingresan y son vendidos como si hubiesen tributado. Admitió, incluso, que a la
empresa le resulta muy difícil mantener la planta de Goya con una
competencia desleal de esa magnitud. Terragno se mostró optimista y consideró que
la planta no va a cerrar, ya que el Gobierno solucionará
rápidamente el mayor problema de las tabacaleras, a través de un proyecto
contenido en la ley de emergencia fiscal que endurece la lucha contra la evasión y el
contrabando.En su comunicado del miércoles a la Bolsa, Massalín había sugerido
sutilmente la responsabilidad de su competidora en el contrabando. Señaló en éste que
una de las vías de esa maniobra es el reingreso clandestino a la Argentina de
productos fabricados en el país y exportados para su consumo en países limítrofes: cabe
señalar que Massalín Particulares no realiza exportaciones a países limítrofes.
Sólo hay dos fábricas de cigarrillos en el país: la otra es Nobleza Piccardo.
Hablamos con el Presidente sobre la necesidad de llegar a un solución integral para
todo el sector tabacalero y en particular combatir el contrabando de cigarrillos, que
produce una evasión de 200 millones de dólares anuales, fue la versión que dio
Argüelles sobre el encuentro en la Casa Rosada. Negó, asimismo, que el anuncio del
cierre haya constituido una amenaza al Gobierno. Vives, por su parte, refutó
las apreciaciones de Gerchunoff. En la planta de Corrientes hemos hecho todas las
inversiones necesarias, en tecnología, capacitación, en equipos, sostuvo. Para
justificar un eventual cierre, Argüelles agregó que como responsables del manejo
de la empresa, tenemos la obligación de seguir analizando las mejores alternativas para
optimizar las ganancias de los accionistas. Precisamente, estos últimos ayer se
vieron afectados por una baja en el valor de la acción en un 9 por ciento, tras el
anuncio del cierre. Terragno aseguró que en cuestión de horas pondrá la
solución en manos de De la Rúa, a través de una herramienta para derrotar al
contrabando que elabora en conjunto con Machinea.
AHORA ESTIMAN QUE LA MEJORA ECONOMICA TARDARA
EN LLEGAR
La gente la sentirá en seis meses
El equipo
económico prefirió ayer mostrarse más cauto al evaluar el impulso de la reactivación.
Recién estamos iniciando el camino de la recuperación, puntualizó el
secretario de Programación Macroeconómica, Miguel Bein. La aclaración tuvo lugar ante
la repercusión que generaron las declaraciones de anteayer de José Luis Machinea, quien
prácticamente emitió el certificado de defunción de la recesión. Hemos
recuperado un 30 o 40 por ciento de lo perdido en el año y medio anterior. Y para llegar
a los niveles de producción previos al inicio de la crisis, todavía vamos a necesitar
entre seis y ocho meses, advirtió Bein. En el Palacio de Hacienda consideraron que
asumir una posición por demás optimista podría resultar contraproducente. Por un lado,
porque se corre el riesgo de defraudar expectativas de una pronta mejoría económica. Por
el otro, porque se contaría con menos elementos de negociación política para conseguir
el apoyo del justicialismo a las leyes que el Poder Ejecutivo se apresta a remitir al
Congreso. Argentina tiene la posibilidad de crecer un 4 por ciento este año. Pero
es importante que el Congreso apruebe las iniciativas contempladas en la ley de emergencia
fiscal, para que esta oportunidad de crecer realmente se materialice, apuntó
Bein.Por su parte, Machinea expresó su confianza en que el justicialismo prestará
su colaboración para que estas leyes avancen, y aseguró que los legisladores de la
oposición son conscientes de la situación de crisis que vive el país, que de
cualquier manera, no hemos inventado nosotros. El ministro se abstuvo de insistir
con su afirmación de que la recesión terminó. Su jefe de asesores, Pablo
Gerchunoff, también aclaró que la economía comenzó a reactivarse, no digo de
manera muy importante, pero sí moderada.No debemos caer en la ilusión de
pensar que esto (por la reactivación) llega inmediatamente a la gente. Para que se
transforme en aumento de empleo, en disminución de la pobreza y en una mayor certidumbre
para todas las familias, habrá que esperar unos seis meses, subrayó Gerchunoff. En
tanto, Domingo Cavallo consideró que la reactivación se va a demorar y
cuestionó directamente al Gobierno por esa situación. Los indicadores económicos
mostraban que se estaba saliendo de la recesión, pero el paquete impositivo cambió las
expectativas. Se ha instalado un malhumor que llevará a una retracción del consumo y de
la inversión, estimó el ex ministro de Economía.
El FMI promete respaldo El Fondo Monetario Internacional tratará de ayudar a la Argentina a través
de un marco amplio de negociación. El subdirector de la entidad, Stanley
Fischer, explicó en rueda de prensa que todas las posibilidades están por el momento
abiertas y que no se descarta ni reforzar el programa de tres años
actualmente en marcha (puesto en vigencia durante la presidencia de Carlos Menem) ni
tampoco la posibilidad de crear uno nuevo. José Luis Machinea viajará este fin de semana
a Washington para entrevistarse el domingo con Fischer y pedirle una reprogramación de
las metas del acuerdo vigente. En 1999, la Argentina incumplió las metas fiscales
pactadas en este programa, del que todavía no ha utilizado cerca de 2000 millones de
dólares en créditos. |
|