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Por Adrián H. Mouján
El ministro del Interior, Federico Storani, se reunió el miércoles con el titular de la SIDE, el banquero Fernando de Santibañes, quien le aseguró que la posibilidad de que Oviedo esté en Corrientes, Misiones o Formosa debe descartarse, ya que los agentes de inteligencia habían rastrillado esas provincias. Oviedo pareció darle la razón al banquero al asegurar que "desde el nueve de diciembre que estoy en mi país. En los próximos días voy a ir recibiendo a la prensa internacional. Naturalmente no le digo dónde estoy exactamente porque mi cabeza tiene precio: un millón de dólares vivo y dos millones, muerto". Con la palabras de Oviedo repitiéndose en todos los medios, Rocha sostuvo ayer un encuentro de carácter informal con Storani, demostrando la importancia que Washington le otorga al tema. La visita implicaba que al encargado de negocios no lo convence la teoría de que el ex militar ya dejó la Argentina. Desde Washington, el Departamento de Estado sigue con especial atención el devenir de la situación de Oviedo, quien se fugó el 9 de diciembre y aún no fue hallado ni por el gobierno argentino ni por el paraguayo. Oviedo se dedicó a conceder reportajes radiales en los que reiteró su deseo de presentarse en las elecciones para vicepresidente que se realizarán en Paraguay. La urgencia de Washington por conocer el paradero del militar se relaciona con la agitada situación interna que vive el Paraguay, donde acaba de romperse la coalición gobernante. Una aparición de Oviedo tornaría peligrosa la situación institucional del país. Entre la semana pasada y ésta, Storani negó que Oviedo estuviera en la Argentina y desmintió especialmente la versión que señalaba que el ex militar paraguayo había cenado en la casa del gobernador misionero, Carlos Rovira."Esa posibilidad fue investigada y quedó descartada", señalaron colaboradores de Storani, quien la dejó de lado luego de recibir una precisa negativa de De Santibañes. Con Oviedo en situación de paradero incierto, el gobierno aliancista trabaja a destajo para encontrar al militar y deportarlo, o como mínimo para descartar completamente que se encuentre en territorio argentino. La primera de las posibilidades significaría un triunfo para De la Rúa, que así podría exhibir otro gesto de diferenciación con su predecesor, Carlos Menem. En la Casa Rosada reconocieron que el tema "siempre preocupó y aún preocupa", aunque admitieron que la investigación se detuvo luego del estallido social en Corrientes, donde murieron dos trabajadores. Esta preocupación la mostró ayer Gil Lavedra, que subrayó que si Oviedo está en la Argentina y "cupiera", el gobierno de De la Rúa lo podría "extraditar" al Paraguay, que lo reclama por el asesinato del vicepresidente José María Argaña y de siete jóvenes durante una manifestación. Oviedo llegó clandestinamente a la Argentina el 28 de marzo pasado y rápidamente fue asilado por el gobierno de Menem, que lo protegió hasta que la incontinencia verbal del general paraguayo obligó a enviarlo a una estancia en Tierra del Fuego. Ni el frío ni la lejanía impidieron que Oviedo guardara silencio.
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