La Ciudad de
Buenos Aires tiene, desde ayer, un diez por ciento más de espacio verde: el gobierno
porteño recuperó las 70 hectáreas del Parque Sarmiento. Había sido concesionado en
1991 por el ex intendente Carlos Grosso, y clausurado en 1998 por graves
irregularidades. El estado en que se encuentra es aterrador, según los
funcionarios que intervinieron en el operativo, dirigido personalmente por el jefe de
gobierno comunal. La primera etapa de su rehabilitación permitirá volver a utilizar las
canchas de fútbol, las de tenis y hacer el asadito bajo los árboles. Confían en lograr
esto antes de que termine el verano pero recién la semana que viene se sabrá cuánto
llevará restablecer la luz (las cajas de electricidad fueron destruidas) y los
sanitarios. Lo cierto es que el Parque Sarmiento no volverá a ser
concesionado, según aseguró a este diario la secretaria de Promoción Social,
Lidia Satragno, Pinky. Ayer a las 11.30 de la mañana, las camionetas del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires llegaron al Parque, ubicado entre las avenidas General Paz, Ricardo
Balbín y Crisólogo Larralde, en el barrio de Saavedra. El operativo fue dirigido por el
jefe de gobierno, Héctor Olivera, y la secretaria de Promoción Social, Lidia Satragno,
Pinky. El Parque, clausurado desde noviembre de 1998, se hallaba en total abandono; el
césped se había convertido en un pastizal de 60 centímetros de alto, que, al secarse,
había alarmado a los vecinos por peligro de incendio.Veintiocho personas estaban viviendo
en el Parque, albergándose en las casetas de seguridad y en trailers del desaparecido
Circo Rodas, uno de ellos habitado por el que había sido dueño del circo. De ellos se
ocupó el programa Buenos Aires Presente (BAP), que atiende a quienes viven a la
intemperie o en la indigencia. En febrero de 1991, durante la gestión del ex intendente
Carlos Grosso, el Parque había sido concesionado a una unión transitoria de empresas
formada por Pinatur S.A. y Celia S.A. En 1996, el contrato fue revocado por graves
incumplimientos de la concesionaria, y en noviembre de 1998 se procedió a su
clausura preventiva. Desde entonces y durante más de un año, los concesionarios
interpusieron muchas chicanas procesales dijo a este diario Lidia
Satragno, pero ahora, superadas las trabas judiciales, pudimos recuperar el
predio.Eso sí, lo encontraron en un estado lamentable. El gimnasio tenía el
techo roto como si hubiese sido bombardeado, observó Enrique Olivera, mientras
Pinky deploraba: Era el gimnasio más grande de la Argentina, la cancha de básquet
tenía un piso flotante como el que usa la NBA en Estados Unidos, y lo han
destruido. Además la piscina cubierta climatizada, de las más modernas que
existían en la Argentina, la vaciaron y la usaban para dar recitales de rock. El
Parque tiene también una pileta olímpica al aire libre, otra para saltos ornamentales y
dos enormes piscinas para esparcimiento, con una capacidad total de 70 millones de litros
de agua, pero la sala de máquinas donde están las bombas se halla inundada. Vamos
a empezar por recuperar un 25 por ciento del Parque, donde están las 16 canchas de
fútbol, las de tenis, los frontones, y espacio verde con árboles y parrillas para el
asadito, anunció Pinky a este diario. La limpieza de este sector se inició ayer
mismo pero la fecha de apertura recién la sabremos la semana que viene, cuando
hayamos evaluado cuánto vamos a tardar en restituir los servicios de agua, luz y
sanitarios. El gobierno porteño aspira a habilitar este sector antes de que termine
la temporada veraniega, y la Legislatura reservó ya 1.200.000 pesos para las
reparaciones, que serán más complejas en las piletas y gimnasios. El acceso al Parque
será gratuito. Sólo si es imprescindible, algunos servicios tendrán un arancel
mínimo, no con propósitos comerciales sino para ayudar al mantenimiento, prevé
Satragno. El arancel se aplicaría a colegios privados que no tienen campo de
deportes y podrían rentar espacios durante algunas horas. Lo seguro es que el
Parque Sarmiento no se va a concesionar a nadie, aseguró Pinky.
UNA EXPEDICION MILITAR QUE TOMO 38 DIAS
Llegada triunfal al Polo Sur
Treinta y
ocho días de viaje con cincuenta grados bajo cero. Esas fueron las condiciones de la
travesía que terminaron ayer siete militares argentinos que llegaron al Polo Sur, en lo
que constituyó la primera expedición de ese tipo desde 1965. El grupo recibió las
felicitaciones de Fernando de la Rúa, quien se comunicó con el jefe de la expedición
para transmitirle su orgullo y profunda emoción por los resultados de la
misión. La expedición tuvo, entre otros objetivos, analizar la conducta humana en
condiciones climáticas extremas, de lo cual sin duda a esta altura ya tienen suficientes
conclusiones. El grupo de militares efectuó el recorrido a bordo de motos de 540
centímetros cúbicos de cilindrada, equipadas con una central meteorológica móvil, una
radio HF, bolsas térmicas, elementos médicos, una cámara de video, comidas congeladas
para calentar, una carpa, repuestos y tambores de combustible. La llegada al destino se
produjo en la noche del miércoles en perfecto estado a los 90 grados de
latitud sur de la zona antártica. Allí plantaron la bandera argentina, según contó el
jefe de la misión, teniente coronel Víctor Figueroa. Fue él quien ayer oyó, al otro
lado del teléfono, la voz del presidente. Los felicito por el gran esfuerzo, la
vocación y la voluntad de sacrificio, le dijo De la Rúa por medio de una triple
conexión radial que se realizó entre la Casa de Gobierno, el Polo Sur y la sede del
Comando Antártico del Ejército Argentino.La llegada fue muy emotiva luego del
enorme esfuerzo que tuvimos que hacer, comentó después Figueroa. La travesía,
iniciada el pasado 28 de noviembre, también se propuso analizar la cualidad de la
superficie de hielo para poder determinar cambios en las diversas vertientes de los
glaciares, y efectuar una revisión toponímica de accidentes
geográficos.
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