Por Carlos Polimeni En el Instituto
Nacional de Cine y Artes Visuales ha habido actos de corrupción, que derivarán en una
investigación completa de la gestión de Julio Mahárbiz, que podría extenderse hasta su
patrimonio personal. Esa fue la idea que buscó transmitir ayer el secretario de Medios y
Comunicación, Darío Lopérfido, como una forma de responder a las presiones que recibe
de parte de los entidades vinculadas a la industria del cine para que apresure la
designación del nuevo titular del área. El funcionario anunció ayer que el lunes
recibirá a estas entidades para intentar llegar a un acuerdo sobre la próxima
conducción del organismo estatal, luego de haber recibido individualmente al realizador
Fernando Solanas, presidente de una de ellas, Directores Argentinos Asociados (DAC).
Solanas dijo que tiene importantes coincidencias con el diagnóstico del
Gobierno sobre el estado de las cosas en la industria del cine y que comprende la
necesidad de llegar al fondo de la situación económica antes de oficializar una nueva
conducción.Lopérfido maneja informes preliminares sobre la situación económica del
organismo, que indican que tiene una deuda de más de veinte millones de dólares, por lo
que no quiere apresurarse en tomar determinaciones sobre el futuro. Los productores de
cine no están urgidos sólo por ansiedad política: hace largas semanas que el Instituto
no cumple con ninguna de sus obligaciones legales, entre ellas el pago de créditos y
subsidios.Las versiones más firmes indican que el Gobierno designaría una dupla al
frente del instituto, integrada por una persona que se haga cargo de la parte más
artística del manejo, que podría ser la productora y directora Lita Stantic, y por un
funcionario que responda por el manejo económico. Ese es el modelo que impuso, por
ejemplo, en ATC, donde el empresario Juan Carlos Abarca maneja los números y la dupla
Rodolfo Hermida-Luciano Olivera la programación.La imagen que Abarca utilizó el lunes
para hablar de ATC comparó al ex interventor Gerardo Sofovich con el cuestionado ex
presidente del PAMI Víctor Alderete parece haberle gustado a Lopérfido, su
superior inmediato. Mahárbiz es al Instituto del Cine lo que Alderete al PAMI, son
casos parecidos, señaló ayer a Página/12 el secretario, que sostuvo que los
nombrados son todos ejemplos de inescrupulosidad, de mala administración, de
discrecionalidad en el uso del poder. Todos estos funcionarios, insistió, han
hecho una tragedia en sus respectivas administraciones. Y el nuevo gobierno nacional
está decidido a no dejar pasar por alto la impunidad que logre probar. Todas las
consecuencias que puedan tener las malas administraciones, las deudas o cosas no
justificables, tienen que ir a la Justicia, subrayó. Lopérfido no dudó en suponer
que esas investigaciones incluirán el patrimonio de Mahárbiz.La auditoría que la
Secretaría inició en el Instituto, como paso previo a cualquier toma de decisiones,
está a cargo de Paula Mazzucco, una funcionaria técnica. Nuestra idea fue que
debíamos relevar primero el estado del Instituto para que cuando asumieran las nuevas
autoridades, la gente del cine tuviese una información lo más detallada posible de la
situación, que es delicada, explicó Lopérfido. El problema básico es la
relación entre los recursos que va a tener y la deuda que va a heredar. Entre otras
cosas, el Instituto está debiéndole 12 millones de pesos a los productores, 700 mil por
coparticipación y más de 2.5 millones por distintos pagos, vencidos en diciembre. La
auditoría de Mazzucco todavía no pudo encontrar cuánto dinero se debe de subsidios de
1999. Por esta situación, hay veinte films en rodaje o con el rodaje ya finalizado
parados por falta de recursos económicos.La invitación a Solanas, que no
cayó del todo bien en el seno del conflictuado mundo del resto de las entidades, incluyó
un encuentro con el presidente Fernando de la Rúa. Esta segunda reunión se concretó
fuera de todo protocolo, según contó el cineasta. Fue un gesto amistoso de su
parte: De la Rúa supo que yo iba a Casa de Gobierno y me mandó llamar.Tuvimos una breve
charla, de la que emergen nuestro común deseo de relanzar el cine argentino y nuestra
común visión del cine como fenómeno multiplicador de empleo y como cadena de promoción
cultural. La reunión con Lopérfido, describió Solanas, fue amistosa,
sincera y cordial.Solanas comentó que le pareció sensata la posición de
Lopérfido respecto de que hay que estudiar a fondo la situación económica antes de
designar la nueva conducción del Instituto. Dos días antes, el realizador había
participado de una reunión en que seis entidades que agrupan por rubro a los
profesionales del cine local reclamaron una pronta designación del titular del Incaa para
hacer frente a lo que definen como una parálisis de la producción nacional del
cine. La situación en el Instituto es compleja y no se arregla de un día
para el otro. El nuevo gobierno nacional, que encuentra una situación de tanto
endeudamiento, no dispone de un cofre para de movida poner plata sobre la mesa,
planteó el realizador de La hora de los hornos, Sur y El exilio de Gardel, entre otros
films. Por otra parte, Lopérfido me informó acerca de la auditoría que se está
efectuando sobre la marcha del Instituto durante la gestión de Mahárbiz y de la que,
aunque las conclusiones no son definitivas todavía, emerge un cuadro de mal manejo que
podría derivar en presentaciones ante la Justicia, agregó.
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