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Por Patricia Chaina
--¿Cómo imaginan ustedes que debería ser el canal estatal cuando la emergencia haya pasado? Luciano Olivera: --Tiene que ser público, pluralista, y sostener el respeto republicano a las normas de control y seguimiento. Queremos hacerlo atractivo para la iniciativa privada, productoras independientes y avisadores importantes, que hasta ahora tenían ante ATC una política de rechazo, porque la propuesta de pantalla estaba desvalorizada. Recuperarlos. En el caso de las productoras, con otra urgencia de rating que en los canales privados, no vamos a competir con ellos. El nicho es otro. Buscamos una televisión de calidad que desde ahí encuentre prestigio, y en el prestigio todas las ayudas necesarias para que el canal no le cueste a la gente, sino que le sirva. En el servicio de noticias se terminó el house organ del gobierno: la designación de Eduardo Cura es una garantía en ese sentido. El creador de "Telenoche investiga" estará conduciendo el destino de las noticias de ATC. Rodolfo Hermida: --Es una extraña situación estar planificando el futuro y simultáneamente pensar en la curva de la ola, alimentando doce horas de programación de aire, hoy gracias a la solidaridad de la gente. Porque en esta emergencia, donde se homenajea a los mejores programas de ATC y del viejo canal 7, rescatamos "La bonita página", "Hombres de ley", "Situación límite", "Cuentos para ver", realmente lo mejor de esta TV, y los cruzamos con realizaciones independientes de videastas profesionales. Hacia el futuro, lo que imaginamos va cambiando día a día. --Pero debe haber propuestas que ya estén tomando forma. L.O.: --Hay un proyecto muy lindo para marzo, un musical, con grupos de rock, tango y folklore, para hacer recitales unplugged en el estudio 1. R.H.: --Personalmente me gustaría desarrollar un programa semanal de noticias desmenuzadas por especialistas, con una mesa de corresponsales extranjeros. Y una sección o un programa dedicado al tratamiento de las noticias en otros medios del mundo, vía Internet. También queremos convocar a periodistas como Pepe Eliaschev, Carlos Campolongo, Tomás Eloy Martínez, más allá de sus posiciones personales, y hacer un programa con los grandes temas nacionales del futuro, no pensar exclusivamente en la coyuntura. Ya no se hace periodismo de investigación en la TV. Y me imagino que este canal podría tener muchos ciclos periodísticos, porque tiene muchos y buenos estudios. Esto supone una producción buena y barata. --¿Con qué elementos cuentan hoy para comenzar a federalizar la pantalla? R.H.: --Queremos que siga "DNI", por supuesto. Y hay un convenio con el INCAA, que resucitamos, por el que se giraron 50.000 dólares a cada provincia para hacer diez programas en cada una. Se hicieron 240 programas de media hora. Están en el INCAA y se debían exhibir en ATC. Los pondremos al aire porque queremos quebrar la idea de que ésta es una pantalla porteña. Por otro lado estamos intentando coproducir con televisoras internacionales, con Francia, Italia, España y algunas latinoamericanas con las que ya estamos en contacto. --¿Qué programas están ya en carpeta, aunque no estén confirmados? R.H.: --Estamos preparando un ciclo que sería como una versión para TV de los suplementos jóvenes de los diarios, y otro ciclo que estamos evaluando con retratos a músicos de rock. También me gustaría tener un musicalizador, que podría ser Bobby Flores en un programa que podría llamarse "DJ", para que nos deleite con música de su discoteca, aunque todavía no hablé con él. También me gustaría que hubiera una versión Rock and Pop en TV. Otro programa que estamos pensando es algo didáctico sobre tecnología digital, que seguramente esté conducido por Alejandro Piscitelli. Roberto Cenderelli está trabajando con un ciclo sobre los adolescentes y el chateo en las redes digitales. Tienen que volver Dolina y Quique Pessoa. Tendría que volver Fabián Polosecki, si se pudiera volver del lugar de donde él está, que es de donde nunca se vuelve, pero nos interesa rescatar el espíritu que lo animó a hacer "El otro lado". La nocturnidad en todas sus facetas hay que rescatarla. Martín Caparrós podría venir para hacer un programa sobre sus crónicas por el mundo, y tendría que haber otro, que podría llamarse "El mochilero", para mostrar a la Argentina descubierta por ojos extranjeros, seguramente resultaría insólito. Y un programa de cocina regional. El Cuchi Leguizamón o Marcelo Simón, cocinando vizcacha o cordero patagónico. Y entre chistes, anécdotas y empanadas, rescatar nuestra cultura culinaria. Si lo hacen cocineros españoles, y muy bien, ¿por qué no algunos argentinos? Otro de los planes es crear una división documentalista, combinando esfuerzos con videastas o teleastas de todo el país porque, sin desmerecer "Argentina secreta", quiero algo más moderno. De mayor vuelo, profundidad, investigación y participación. --¿Qué ideas barajan para poner en funcionamiento al género de ficción? L.O.: --Cuando llegamos veíamos que las condiciones de realización se podían comparar a las normas del "Dogma 95". Por eso vamos a buscar por el lado del talento y no de la superproducción. El seleccionado de cineastas jóvenes ya está comprometiéndose para un ciclo de cine. Pablo Trapero, Bruno Stagnaro, Adrián Caetano, Lucrecia Martel, Diego Kaplan, entre otros. Presentarán guiones y con 5000 dólares y una cámara y un equipo de producción mínimo, la idea es que puedan producir casi en "Dogma 95". Por ahora no podemos producir a lo Spielberg. R.H.: --Pero también apuntamos a otro ciclo para poner esta fábrica en funcionamiento. Hay una idea para hacer "Diez relatos policiales", de los mejores escritores argentinos, Borges, Bioy, Walsh, con dirección de cineastas como Aristarain, Piñeyro, Mignogna, Spiner, Doria, Sorín. L.O.: --También con los archivos hay muchas posibilidades. Una de ellas es reconstruir, a través de imágenes de los noticieros, un día de la Argentina, y por otro lado convocar a los protagonistas de esas noticias para ver qué hacen hoy. Es un trabajo de producción porque muchos personajes son ignotos. R.H.: --Otra idea con archivos es un programa sobre expedientes secretos, casos policiales de la Argentina sin resolución, analizados por Rogelio García Lupo, José María Pasquini Durán o Félix Luna, el que se anime, porque la historia argentina tiene que ser puesta en televisión y analizada. Y tiene que ser una televisión polémica para que sea atractiva, de eso estoy seguro. Nos estamos olvidando del humor, quizá porque faltan los grandes capocómicos, pero no estaría mal contar con Diego Capusotto o con Fabio Alberti para programas de humor.
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Rodolfo Hermida, el nuevo
director de Programación de Argentina Televisora Color, camina por un amplio pasillo
entre las islas de edición del canal estatal. Un grupo de técnicos lo mira pasar. Uno de
ellos exclama sonriendo: "Ya tiene capitán el barco". El cuadro pinta la
situación de salvataje a la que se arriesga la nueva conducción de programación del
canal, un área que Hermida comparte con Luciano Olivera, nuevo director de Producción y
Operaciones. Ambos comenzaron a diseñar una programación de emergencia, que curiosamente
le está reportando a la emisora los primeros programas que superan los dos puntos de
rating en el competitivo horario de 21 a 24. Una hazaña si se recuerda que, en los
últimos dos años, el promedio del canal era inferior a un punto. Ahora, sin embargo,
viene lo más difícil, porque "Argentina Televisora Color está en
rehabilitación", coinciden en la entrevista con Página/12. "La estamos
logrando gracias al apoyo desinteresado de mucha gente, pero la futura programación, que
llegará en marzo, deberá ser sobre todo entretenida. El peor enemigo de la TV es el
aburrimiento y la solemnidad. Ahí viene el desafío, porque también tiene que ser
creativa".