Desde Dolores
El ex
comisario mayor Víctor Fogelman intentó defender su actuación durante la investigación
del crimen de Cabezas, pero no pudo disimular sus dudas, sus titubeos y su
oportuna falta de memoria. No me acuerdo, no lo tengo presente
fueron muletillas que usó ante cada pregunta comprometedora de las casi dos horas que
duró su testimonio en el juicio oral. El ex director de investigaciones de la Policía
Bonaerense ayer volvió a demostrar que la instrucción bajo el mando del juez José Luis
Macchi fue un inmenso agujero negro en el que no se profundizó ninguna de las pistas que
comprometían a la fuerza policial. Aunque fue excluido de la fuerza al arribar Aldo Rico
al Ministerio de Seguridad de la provincia, después de declarar ante la Cámara penal de
Dolores, Fogelman salió rodeado de diez policías, como si se tratara de un testigo en
peligro. Sin embargo, como él mismo reconoció ante los periodistas al finalizar su
declaración, el único peligro que debió sortear ayer fueron las preguntas de los
abogados defensores de los diez imputados. Y no salió indemne, todo lo contrario.Con
media hora de atraso, que hizo crecer las expectativas, a las 5 de la tarde apareció
Fogelman en la pequeña sala de audiencias del primer piso del Tribunal. Vestido con un
saco azul oscuro, atildado, formal, el colaborador del juez Macchi durante la instrucción
del caso Cabezas respondió las incisivas preguntas de los defensores y se alivió ante
las preguntas de los letrados de la querella, que no cuestionan su accionar durante la
investigación. La frágil memoria de Fogelman dejó dudas, especialmente cuando tuvo que
explicar cuáles fueron las medidas tomadas ante ciertos hechos que hacían sospechar que
varios miembros de la policía tuvieron un rol activo en el operativo de secuestro y
asesinato de Cabezas y en su posterior ocultamiento. El ex comisario mayor, oriundo de
Bahía Blanca, con 34 años de servicio en la fuerza como destacó
naufragó en varios puntos oscuros durante su declaración.u Fogelman tuvo bajo su mando
al comisario inspector Oscar Caballo Viglianco, jefe de investigaciones de la
brigada de Dolores en enero de 1997. Sobre Viglianco recaen sospechas muy fuertes, basadas
en pruebas ya confirmadas durante el juicio oral, que lo implican en el operativo que
terminó con la vida del reportero gráfico y posteriormente en el desvío de la
investigación. El sábado 25 de enero de 1997, horas después del descubrimiento del
cadáver en la cava de General Madariaga, Viglianco le dijo a Cristina Robledo, la mujer
de Cabezas, que su marido había sido asesinado con dos disparos, aunque todavía no se
había realizado ninguna autopsia y se desconocía la causa exacta de muerte. Ayer, el
abogado de Gregorio Ríos, Jorge Sandro, le preguntó a Fogelman si conocía esa
información. No sé nada, respondió inicialmente. Añadió que sabe
por los medios lo que Viglianco le informó a la viuda, a pesar de que
como reconoció luego recién en la segunda autopsia se supo que había
dos orificios de entrada de proyectil. u El 28 de enero, tres días después del
crimen, fue hallado en las cercanías de la casa del empresario Oscar Andreani un papel
escrito por el Caballo Viglianco. El papel decía: dos tiros,
arma-auto, marcaesposas, Jos, Luis, per y Roberto
Escobar. Fogelman ayer se limitó a decir: Recuerdo vagamente el texto de ese
papelito y sé que era de Viglianco. Me dijo que era una anotación como tantas otras que
después desechó. La defensa le preguntó si investigó ese trozo de papel.
No sé a qué obedece esa anotación. Tampoco sé si tiene alguna connotación más
importante para la causa, respondió. u Durante el secuestro de la presunta arma
homicida, en la casa de Martínez Maidana en Mar del Plata, Viglianco volvió a hacer de
las suyas:se guardó el revólver Colt calibre 32 en la cintura. Para Fogelman como
dijo ayer no se habrían guardado las formas, pero ése no era un
motivo como para excluirlo de la investigación. Las irregularidades cometidas por
Viglianco sólo fueron castigadas con la pérdida de poder de mando. Quedó con
gente por arriba, explicó Fogelman.u Daniel Cibert y Alberto Capay son dos testigos
que reciben crédito de la querella y a los que la defensa de Gregorio Ríos quiere
desacreditar. Fogelman dijo ayer no recordar cómo llegaron a declarar en la causa.
No tengo presente cómo llegó Cibert a la causa, explicó. Sobre Capay,
afirmó: Me parece, no estoy seguro, que una persona que estaba a cargo de
investigaciones en la costa dijo que podía saber algo.u El ex oficial inspector
Jorge Cabezas tenía durante el verano de 1997 un vehículo en el que apareció un
algodón con restos de cabello humano. Ante la pregunta inevitable, si habían realizado
pericias, Fogelman contestó difuso: Presumo que se realizó algún peritaje, pero
no lo tengo presente.u Al suboficial mayor de la Policía Bonaerense Carlos Stoghe
se lo comenzó a investigar el 30 de enero de 1997, porque uno de los identikit coincidía
casi fotográficamente con su persona. Fogelman explicó ayer que la camioneta en la que
se movilizaba Stoghe podía corresponder a una que podría haber estado cerca de la
cava, pero después volvió a pronunciar las palabras mágicas: No sé cuál
fue el resultado de la investigación sobre su persona. Durante el crimen, Stoghe
dijo que estuvo en Florencio Varela. Ayer, Fogelman reconoció que se debió haber
investigado la coartada. u Hasta me dio pena porque yo lo conocí de
chico. Con esta afirmación, Fogelman reconoció que se reunió en Castelli con
Gustavo Prellezo, presunto autor material del crimen y ex alumno suyo en la escuela de
policía Vucetich, para interrogarlo. Todas las investigaciones, tuvieran o no que
ver con policías, fueron investigadas por igual, dijo Fogelman ayer. Al salir,
confesó a los periodistas que sentía mucho calor por lo que había pasado
dentro de la audiencia. Y añadió: Es muy difícil que uno pueda acordarse de
todo. Informe: Martín Piqué.
Gregorio Ríos, el
sospechado jefe de los custodios de Yabrán.
Fogelman ni se acordaba cómo llegaron dos testigos en su
contra. |
|
Rabdomante, alambre,
varita
La extraña figura del adivinador, mago y descubridor de objetos perdidos Néstor
Vinelli, conocido como el rabdomante, volvió a aparecer ayer en el juicio
oral por el crimen de Cabezas y puso en ridículo al comisario mayor retirado Víctor
Fogelman. Consultado acerca de los pasos seguidos para localizar la máquina fotográfica
del reportero gráfico, a Fogelman no le quedó más remedio que referirse al discutido
rabdomante. ¿En sus 34 años de servicio como policía fue instruido en los
fundamentos científicos de la rabdomancia? le preguntaron.Con un largo suspiro,
respondió negativamente a la maliciosa pregunta.La cámara fotográfica fue hallada por
un bombero en las aguas del Canal 1, en el trayecto entre General Madariaga y La Plata.
Lo que dijo el comisario
No ha
sido una función nuestra determinarlo (al móvil del crimen) sino del juez (José Luis)
Macchi.
(Las 56 pistas)
se investigaron todo lo posible. No recuerdo haber dejado alguna circunstancia afuera. Si
algo se pasó no fue por mala voluntad, sino que las tareas nos estaban
sobrepasando.
(Sobre el ex
oficial de Santa Teresita, Juan Carlos Salvá) fue una investigación que se llevó hasta
el límite y no se hallaron pruebas.
(Sobre los custodios
de Alfredo Yabrán) Con (Roberto) Archuvi, (Félix) Regales, (Carlos) Cascio se hizo
todo lo que se pudo hacer en una investigación y no se pudo llegar a más.
(El entorno del empresario) no estuvo vinculado a los pepitos.
(Sobre el
funcionario de Defensa Civil bonaerense, Néstor Vinelli, que encontró la cámara
fotográfica de Cabezas) No tenía elementos tecnológicos, sólo era una varita de
alambre. A partir del momento en que le tomamos declaración no volví a verlo nunca más.
Ha declarado tanta gente con razón y con mentiras que pensé que Vinelli no le haría
daño a la causa.
Algún contacto
tendría que existir, pero no se pudo establecer de qué manera esa arma (utilizada en el
crimen de Cabezas) pudo llegar al actual grupo de imputados.
(Después de la
detención de Prellezo) fui a interiorizarme de su verdadera identidad, ya que lo conocí
como cadete de la Escuela Vucetich. Hablamos de su paso por la escuela y en un momento
hasta me dio pena y me causó una fuerte impresión.
Se ha hecho
tanto y se ha escrito tanto en esta causa que no puedo precisar muchas de las cuestiones
que se me preguntan.
No recuerdo.
Había tanta información en esa época que nos hacía zozobrar.
La vorágine
del trabajo nos llevaba por delante.
Hay infinidad
de cosas y detalles que con el tiempo se van borrando.
Si querían
saber cómo trabajaron los distintos grupos de la `Comisión Caso Cabezas por qué
desistieron (las partes) de tomarle declaración a cada uno de sus jefes que en principio
habían sido citados.
Ellos conocen a
la perfección cada pedacito de la investigación que les tocó trabajar y para
reconstruir todo esto (los abogados) no pueden pretender que me acuerde de memoria casi 50
mil fojas.
(Sobre la nota de la
revista Noticias Maldita Policía) Me produjo pesadumbre porque soy policía
de vocación. Me dolió mucho, fue un gran dolor.
Si hubiera
habido más policías involucrados también estarían acá.
|
|