Por José Natanson
Antonio de
la Rúa cortó su teléfono celular y sonrió a los asistentes a la fiesta de cumpleaños
de Cecilia Felgueras. Al final, parece que se animó, dijo el hijo del
Presidente. Se refería a una demorada decisión de su padre: el jueves por la noche, a
casi un mes de asumir en el cargo, Fernando de la Rúa juntó coraje y durmió por primera
vez en la quinta de Olivos. Llegó tarde, casi por sorpresa, y tuvo poco tiempo para
apreciar los pocos cambios que su esposa le había imprimido a la residencia oficial:
algunos muebles en otro lugar, sillones retapizados y modificaciones en las cortinas de
terciopelo bordó con vivos dorados heredadas del menemismo. Toda casa, después de
muchos años, necesita, como dicen los italianos, una refrescata,
explicó De la Rúa ayer por la mañana. Al jefe radical nunca le gustó dormir fuera de
su casa, un elegante piso en Recoleta: durante la campaña, en las eternas giras por el
interior, muchas veces De la Rúa modificaba los planes para volver por la noche a su
departamento de la Capital.Luego del 10 de diciembre, cuando ya había asumido la
Presidencia, De la Rúa dijo que se mudaría en Navidad. Después fijó el comienzo del
año como fecha límite. Pero siguió volviendo a su casa todas las noches, lo que causó
una pequeña conmoción familiar: sus hijos, Antonio y Fernando Aíto de la
Rúa, estudiaron el año pasado la posibilidad de irse a vivir solos, pero postergaron la
mudanza a la espera del triunfo de octubre: una vez que su padre se instalara en Olivos,
razonaron, el departamento de Montevideo quedaría a su disposición. Sin embargo, con el
paso del tiempo fue quedando claro que el Presidente no tiene mucho interés en utilizar
las instalaciones oficiales. La del jueves fue la primera noche de De la Rúa en Olivos.
El Presidente conversó brevemente con su mujer, confirmó que ya estaba todo listo para
el desembarco y sorprendió a casi todos sus familiares, que como Antonio se
enteraron a último momento de la abrupta decisión.De la Rúa llegó tarde y tuvo poco
tiempo para apreciar los cambios que su esposa hizo en la quinta. Carlos Menem se había
llevado en diciembre los animales del zoológico (ex) presidencial a Anillaco, las
raquetas de tenis, los palos de golf, los trajes y los libros. Los muebles quedaron
intactos y fueron modificados por Inés Pertiné. Estaba muy oscuro. Llegué tarde y
cansado, comí y me fui a dormir, describió el Presidente su primera noche en
Olivos. No tiene sentido poner más mobiliario, no hace falta más de lo que ya hay.
Es una cuestión de austeridad, agregó De la Rúa. El Presidente parece decidido a
asumir de a poco las comodidades reservadas para los jefes de Estado. Ayer por la mañana
se levantó en Olivos, desayunó un té y subió por primera vez al
helicóptero presidencial, que lo trasladó en minutos hasta el helipuerto de la Casa de
Gobierno. Allí saludó a los periodistas acreditados y los llevó a recorrer la Casa
Rosada. Quizá porque prefería pasar largas tardes en Olivos, el área que ocupaba Menem
en la Casa de Gobierno era bastante chica, por lo que De la Rúa decidió ampliarla
considerablemente. Además de su despacho, el jefe radical utiliza el que perteneció al
anterior jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, la oficina de Munir Menem y una tercera, en
donde esperan los funcionarios que tienen audiencia. Es el área presidencial, a la que
sólo tienen acceso directo el secretario privado, Leonardo Aiello, y Ana, la
asistente.Allí se instaló un escritorio que utilizó Raúl Alfonsín, uno que
perteneció a Juan Perón y la mesa redonda que De la Rúa ordenó traer desde su despacho
en la Jefatura de Gobierno porteño. En un antedespacho ubicado a un costado de la puerta
de honor descansa el escritorio que fue utilizado por el presidente Carlos Saúl
Menem, 1989-1999, según aclaraun cartel bien visible. Como ven, no lo puse en
un desván, dijo De la Rúa ayer a los cronistas. Durante la recorrida, el
Presidente fue explicando el origen de algunos objetos decorativos: un tablero obsequiado
por el Club Argentino de Ajedrez, su colección de bonsais y una escultura modernista que
recibió el 10 de diciembre junto con la felicitación de Bill Clinton. La sala de
conferencias, que se encuentra momentáneamente cerrada, también será parcialmente
reformada: De la Rúa ordenó cambiar los cortinados y sacar el logo que imita al de la
Casa Blanca.La idea es rotar las reuniones de Gabinete en distintos ministerios. Los
ampliados, en principio, serán en la Casa de Gobierno, cada 15 días, señaló De
la Rúa, y añadió que la quinta de Olivos también podrá ser utilizada para los
encuentros. Vamos a realizar allí reuniones muy amplias, porque quiero que todos
mis colaboradores se conozcan bien, señaló. De la Rúa tenía previsto partir al
mediodía hacia Chapadmalal. El secretario de Turismo, Hernán Lombardi, había salido de
urgencia por la mañana para verificar que todo estuviera listo. Antes de salir en el
Tango 03 junto a su mujer, su hija Agustina y su nieta Sol, De la Rúa se refirió por
última vez a la quinta de Olivos. Lleva su tiempo. Iré de a poco, es una verdadera
mudanza, dijo el Presidente. Y, como si fuera necesario un reconocimiento de las
inclinaciones estéticas de su antecesor, aclaró: Nada de lo que había allí, en
Olivos, me chocó.
Un viaje sin avión
El primer viaje al exterior de Fernando de la Rúa como presidente tendrá como destino
Estocolmo, Suecia, en donde participará del Foro Internacional sobre el Holocausto, que
se realizará entre el 26 y el 28 de febrero. Se trata de un foro amplio, en el que
participarán 400 delegados de 45 países, quienes debatirán propuestas para combatir el
racismo. Estarán, entre otros mandatarios, el alemán Gerard Schroeder y el israelí Ehud
Barak. Una vez que finalice el encuentro, De la Rúa volará a Davos, en Suiza, para
participar del Foro Económico Mundial. Será la primera visita al exterior que realiza De
la Rúa desde su asunción: en el período de transición viajó fugazmente a Brasilia
para entrevistarse con el presidente Fernando Henrique Cardoso. De la Rúa confirmó ayer
que no viajará en el Tango 01, el avión que compró Carlos Menem y que el primer
mandatario prometió vender. Ayer, el jefe radical ratificó que planea desprenderse del
avión y agregó que lo ideal sería adquirir una aeronave de menores
dimensiones para poder viajar al exterior con una comitiva reducida. Reservamos
pasajes en un vuelo de línea, señaló De la Rúa en referencia a su primer viaje
como presidente, aunque aseguró que también se evalúa la posibilidad de alquilar una
aeronave pequeña para concretar esa visita. |
|