Por Romina Calderaro
Los
encargados de la limpieza no entendían nada. Los vendedores de café se miraban entre
sí, sin saber qué hacer. Traidores, les gritaban al unísono las cuarenta y
cinco personas que ayer, tempranísimo, tomaron la municipalidad del departamento de Las
Heras, Santa Cruz. Los encendidos manifestantes eran militantes justicialistas que
ocuparon cargos políticos durante la gestión del intendente saliente, Francisco
Vázquez, y que se resisten a dejar sus puestos ahora que la comuna es gobernada por la
Alianza. El actual intendente, José Luis Martinelli, estuvo ayer encerrado en su despacho
desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, cuando se levantó la protesta.
Pese a que el conflicto se solucionó, Martinelli no logró tranquilizarse: Algunas
de estas personas son muy violentas y amenazaron a mi familia, dijo a Página/12.Las
Heras es un pueblo esencialmente petrolero de 9500 habitantes. Cuando se privatizó YPF,
muchos trabajadores quedaron en la calle, y hoy hay 900 desocupados. Por eso, la gente se
aferra tanto a sus puestos. Sobre todo si perciben sueldos de entre 1800 y 2000 pesos
mensuales, como lo hacían los asesores y secretarios del ex intendente Vázquez. Es
la primera vez que me toca vivir una situación tan desagradable. Pero esta gente tiene
que entender que su gestión termina cuando asume un intendente de diferente signo
político, explicó Martinelli.Martinelli ganó la intendencia el 11 de abril y
asumió junto al gobierno aliancista, el 10 de diciembre. Desde ese día, llega a su
despacho cada mañana a las seis y media de la mañana conozco las lides de
los madrugones, soy médico, explica y después de una breve reunión con los
integrantes de su equipo empieza a trabajar. Ayer, la cosa fue diferente. A las
siete me dijo mi secretario que habían venido a verme. Yo les dije que los iba a recibir,
pero no a todos juntos, que eligieran un delegado, explicó. Y ahí fue cuando se
desencadenó el conflicto. Dijeron que no, que querían entrar todos, y se
atrincheraron en los pasillos. Los manifestantes gritaban e insultaban al personal
de maestranza. A los administrativos no, porque también habían decidido encerrarse en
sus oficinas. Martinelli aprovechó su casi cautiverio para hablar por teléfono y avisar
a los medios de la toma. Lo acompañaban tres policías y algunos funcionarios. Ya el
miércoles, Martinelli había recibido a una nerviosa delegación de ex asesores. No hubo
arreglo: disconformes al saber que no seguirían en sus cargos, decidieron instalarse en
el edificio, pero la policía terminó desalojándolos sin incidentes. La ocupación del
viernes fue peor: Yo no quise que la policía se metiera porque hubiera sido una
batalla campal, afirmó el intendente. Es que en Las Heras, en total, hay sólo
cuarenta agentes y quince de ellos son mujeres.Los manifestantes dejaron el edificio ayer,
alrededor de las tres de la tarde. Calculo que habrán hablado a la capital (donde
reside el gobernador, el justicialista Néstor Kirchner) y les habrán prometido plata. Yo
también hablé más tarde. Hay disponibles 80.000 dólares para indemnizarlos, dijo
Martinelli.¿Tiene miedo? preguntó este diario. Sí, pero no por mí,
por mi familia. En la reunión del miércoles, uno de estos asesores dijo que iba a tomar
represalias con mi familia. Este pueblo es chico y todos nos conocemos con todos. Sabemos
dónde vivimos, donde trabajamos...Otra cosa que preocupa al intendente son los
antecedentes de algunos de los ex empleados. El año pasado, en la ceremonia de
entrega de unas viviendas, tajearon a uno de nuestros colaboradores que había ido a
reclamar que también le dieran una, comentó. Ahora, Martinelli espera que las
cosas se calmen, pero sabe que la situación no es fácil. Sólo tres intendencias
en la provincia están gobernadas por la Alianza: Las Heras, Gobernador Gregores y San
Julián. Esta es la más pobre y además no tenemos muy fluida relación con el PJ
local, dijo.
|