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LOS TESTIMONIOS RECOGIDOS EN EL
CURSO DE LA INVESTIGACION POR EL ROBO DE BEBES
“Los querían blanquitos y recién nacidos”

El complejo habitacional Las Toninas era donde vivían los suboficiales apropiadores. Que sus hijos eran botín de guerra era un secreto a voces. Los testimonios de un sistema perverso.

La jueza ya tiene nombre y apellido, y documentación, de los marinos que se apropiaron de menores.

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Por Raúl Kollmann
Desde Mar del Plata

t.gif (862 bytes)  “Hay un suboficial, de apellido Vera, que la hija fue de una detenida, y otro hombre, Julio Gutiérrez, también marino, que se quedó con un varón. Por su caso nos enteramos que él tenía la ilusión de que le den un chico blanco, pero le quisieron dar uno que era medio negrito. Como no quiso, al otro bebé lo hicieron desaparecer. Esto se hizo bastantes veces. Los únicos chiquitos que importaban eran los recién nacidos y si eran blanquitos. A los más grandes enseguida se los sacaban de encima. Yo sé que mataron algún chico de 10 u 11 años.” Este es uno de los testimonios del horror recogidos en el curso de la investigación por el robo de bebés en la Base Naval de Mar del Plata. Los testigos son vecinos de los marinos, esposas de suboficiales y personas que estuvieron en la Base durante el Proceso. Como adelantó ayer Página/12 en exclusiva, la jueza María Servini de Cubría detuvo a nueve suboficiales de la Marina. Casi todos vivían en el complejo de monobloques Las Toninas, un conjunto de edificios construidos para que sean viviendas de hombres de la Armada. En concreto a los ahora apresados se los acusa de haberse apropiado de bebés que dieron a luz jóvenes detenidas en el centro clandestino que funcionaba en la Base. Como lo menciona uno de los testigos, “los bebés se regalaban como gatitos”.El dramático relato de los declarantes fue recogido en Mar del Plata, adonde la jueza llegó con todo el equipo de investigadores hace aproximadamente un mes. Un allegado a la causa recordó ante este diario los tramos más salientes de las principales declaraciones. En ellas, los testigos señalan nombres y apellidos, tanto de los marinos como de los chicos que serían hijos de desaparecidos. Igualmente, la magistrada no se quedó sólo con el relato de los testigos: se presentó en persona en el Comando en Jefe de la Armada para pedir más información y allanó dos dependencias relacionadas con los beneficios sociales de los marinos. Allí verificó que las partidas de nacimiento y las circunstancias de los partos fueron más que sospechosas (ver aparte). Página/12 intentó comunicarse anoche con la jueza para obtener más detalles de esas diligencias pero Servini de Cubría no respondió los llamados.“Todos sabíamos –dice uno de los testigos– que la señora de Policarpo Vázquez (un suboficial que está detenido desde marzo por apropiación de una beba) salía del edificio simulando estar embarazada, con un almohada a la altura de la panza, y dentro del edificio no estaba embarazada. Estaban bancados por el padre de uno de ellos, de Policarpo o de la esposa, que era oficial retirado de la Base Naval.”“El que le entregó el bebé a Policarpo era un hombre llamado el Turco Astí, que vive en el complejo Las Toninas”, dice otro de los declarantes. “El actuaba en el centro clandestino y en la Escuela de Submarinos. El Turco Astí tiene cuatro hijas, una o dos son de desaparecidos.” Otro testigo confirma: “El turco Astí siempre se jactaba de haber matado un montón de subversivos. Una de las hijas, es hija de detenidos”. Seguramente se trata del mismo “turco” –aunque podría no serlo– que se menciona en otro de los testimonios: “Hay un turco que estuvo en la policía y que es un personaje siniestro. Lo sé porque participó en operativos. Estuvo también en la ESMA. Yo no sé si él se quedó con hijos de detenidos, pero todos sabíamos que regalaba los bebés de los detenidos como si fueran gatitos. Todas las mujeres que viven en el complejo militar de Las Toninas lo saben”. El turco Alberto Astí, es uno de los que durmió anoche detrás de las rejas.Uno de los tramos más estremecedores de los relatos de los testigos se refiere a la presencia de niños en la Base: “Fueron épocas de mucha angustia. Se escuchaban los gritos, los llantos. Una vez me encontrédentro de la Base a dos chicos de tres o cuatro años. No hacían más que llorar, porque ahí tenían a los padres y seguro que veían cómo los tenían. Estaban cerca de la enfermería, deambulando. Yo me acerqué, levanté en brazos a uno y no podía hablar. Lloraba y lloraba. Me señalaba con el dedo a un lugar, el de Buzos Tácticos, pero ahí no me dejaban entrar”.Coincide con la versión de otra de las declaraciones. “Entre nosotros, entre los suboficiales y nuestras esposas, siempre se hablaba sobre los detenidos y lo que pasaba dentro de Buzos Tácticos. Hay uno que se llama Bustos. El mismo mató a los padres de unos mellizos, que estaban ahí detenidos, y se los regaló a una familia amiga de él. Esos chicos tienen ahora entre 20 y 24 años y estudiaron en la Escuela Industrial.” La investigación de Servini de Cubría, iniciada a partir de un dato aportado por las Abuelas de Plaza de Mayo, es una de las pruebas más categóricas de que había un plan sistemático de robo de bebés. La Base Naval de Mar del Plata era una unidad mediana y tan sólo si se toman en cuenta los testimonios recogidos en la causa, se pueden contar más de 20 chicos robados.Por otra parte, se ratifica en dos testimonios distintos la investigación realizada por el periodista de este diario Horacio Verbitsky sobre los vuelos de la muerte. “En la Base Naval de Mar del Plata se hacían partos. Había un enfermero de apellido Romero. Ese le ponía la anestesia a los detenidos, que luego los tiraban al mar”, dice uno de los testigos. Otro declarante sostiene lo mismo: “Romero es un asesino. Inyectaba a la gente para que la tiren al mar”. Amadeo Romero también durmió anoche detrás de las rejas y en la mayoría de los relatos no sólo aparece como enfermero sino como un integrante de grupos de tareas. “Hay otro submarinista –siguen los testimonios–, de apellido Díaz, que se mudó al Paraguay. Se quedó con una nena, hija de una detenida. Recuerdo que la esposa de Díaz me dijo: ‘Mi marido no me dejó llorar el bebé que perdí porque enseguida me trajo una niña de no sé quién’”.“Hay otro suboficial, también de Las Toninas, que se llama Oliva, que tiene dos niñas, hijas de desaparecidos. No sé quién se las entregó. Cristina y Mario González también tienen un hijo de desaparecidos. En el edificio de Las Toninas en el que viven, todos lo saben. Además, los chicos tienen un aspecto que no tiene nada que ver con los padres.”“Hay un suboficial, que se llama Julián Pereyra, que tiene un hijo que es hijo de desaparecidos. El mismo se lo apropió, supongo que matando a los padres.” Otro testigo ratifica: “El hijo de Julián Pereyra es de desaparecidos. Ya no está por acá. Se fue”. Según parece, Pereyra es uno de los prófugos. Entre los detenidos aparece el nombre de Pedro Muñoz, un individuo mencionado varias veces. Uno de los testigos cuenta que Muñoz conocía cómo se separaban los niños blancos de los que tenían tez más oscura. “Yo sé que en algún momento, un suboficial de apellido Muñoz estuvo en un canal de televisión de Buenos Aires y pidió dinero para contar la verdad sobre eso. Después se arrepintió. Seguro que lo apretaron.” En otro testimonio se afirma: “Sé que Muñoz y Vera integraban los grupos operativos. También Romero, el enfermero, salía a hacer operativos”.“Jorge Oliva –dice otro testimonio– siempre contó que sus hijas eran de detenidas. Una se llama María de los Angeles y la otra María de las Nieves. Ellos también se fueron a vivir a otro lado.” Pese a lo que dice el declarante, Oliva fue encontrado y detenido el viernes.“Hay un suboficial que se llama López. Le dicen ‘El Conde’. Tiene dos hijos. El varón no sé cómo se llama, la chica me parece que Norelena.”“Está ese hombre de apellido Bustos, tiene como 1.80 de alto y está a cargo de la seguridad de uno de los edificios de Las Toninas. Los dos hijos que tiene, los dos son hijos de desaparecidos.” En verdad, a partir del relevamiento de los testimonios y de la documentación secuestrada, Servini de Cubría detectó –en principio–unos doce niños que podrían ser apropiados y que obviamente ahora tienen más de 20 años. Si se sumaran más testigos, si otros marinos aceptaran declarar, puede revelarse la identidad de aún más chicos. Cuando los efectivos de la Gendarmería tomaron el viernes casi por asalto los monobloques de Las Toninas, varias mujeres y suboficiales manifestaban su resignación. “Este es un secreto que conocían todos y que tarde o temprano iba a estallar. Aquí en los pasillos, se sabía. La detención de Policarpo Vázquez cayó como una bomba y hay muchos que se mudaron en ese momento. La Base Naval, Buzos Tácticos, la Enfermería, fueron lugares donde pasó de todo. Esa jueza tira de un hilo y hay que ver adónde llega.” En Las Toninas ahora nadie levanta la voz. Todos hablan bajito y no son pocos los que tratan de descubrir quiénes fueron los que destaparon la verdad.

 


 

ALLANAMIENTOS, INTELIGENCIA, DETENCIONES
Los pasos de la investigación

Por R.K.

t.gif (862 bytes) La investigación que llevó a la detención de los nueve suboficiales de la Marina se inició a partir de un documento –una partida de nacimiento– aportado por la abogada de las Abuelas de Plaza de Mayo, Alcira Ríos. Se trataba de la hija de un suboficial relacionado con un hombre ya detenido, Policarpo Vázquez. Los elementos de esa partida de nacimiento hacían sospechar que era falsa y que la niña, ahora ya mayor de edad, podía ser hija de una detenida-desaparecida. En base a un espectacular trabajo de inteligencia realizado por la Gendarmería, bajo la supervisión de la jueza y su secretario ad hoc para causas de desaparecidos, Ricardo Parodi, se detectó a la pareja que figuraban como padres en la partida de nacimiento sospechosa. Además, se ubicaron a otros hombres y mujeres que vivían en el mismo complejo, varios de los cuales finalmente aceptaron declarar, sobre todo por las amenazas que eran moneda corriente en Las Toninas. El relato escalofriante que hicieron esos testigos (ver nota central), permitió profundizar la pesquisa.Los testimonios mencionan no menos de doce chicos que serían hijos de desaparecidos y en base a esos elementos, Servini de Cubría ordenó dos allanamientos claves.u A la Dirección de Instituto de Bienestar de la Armada (DIBA).u Al Instituto de Seguro MilitarEn los dos lugares, a los que sumó su visita en persona al Comando en Jefe de la Armada para reclamar más documentación, la magistrada consiguió los registros de los nueve suboficiales sospechados y confirmó las dudas:u Había expedientes donde los marinos figuraban sin hijos.u En otras carpetas, aparecían cobrando el salario familiar o el subsidio por escolaridad, pero no estaban las partidas de nacimiento.u Las partidas de nacimiento que aparecieron tenían datos extraños. El parto fue en el domicilio particular -.algo más que inhabitual-. o en pequeñísimos pueblitos, donde obviamente resulta más fácil hacer una inscripción falsa.u Hubo un caso en el que la pareja había adoptado un niño, lo cual demostraba sus problemas para procrear, y en 1978 nació “la hermana” en un parto normal.u Hay parejas que figuran sin hijos hasta una edad más bien avanzada y de golpe tienen dos. O aparecen hijos de un matrimonio anterior sobre el que hay pocos datos.O sea que la magistrada encontró otros elementos que fueron respaldando los dichos de los testigos, que además coincidían en cuanto a los suboficiales que tenían hijos de desaparecidos. Con esos datos, en menos de 48 horas, Servini de Cubría ordenó las detenciones, por lo que envió a Mar del Plata a una amplia comisión de la Gendarmería. La magistrada no quiso confiar en nadie y actuó con inusitada rapidez justamente para evitar filtraciones.

 


 

“Supongo que estos chicosfueron traídos de la ESMA”

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, estuvo en el origen de la denuncia que produjo los arrestos en Mar del Plata. Cree que hubo un sistema que trasladaba parturientas y bebés a y de Buenos Aires.

Carlotto está satisfecha por los hallazgos de la jueza.“Estos apropiadores no figuraban en las listas de represores.”

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Por Romina Calderaro

t.gif (862 bytes) Era esperable: Estela de Carlotto está contenta. La investigación que provocó el viernes la detención de nueve marinos por el delito de apropiación de menores se puso en marcha por un dato aportado por las Abuelas de Plaza de Mayo. Mañana, la presidenta del organismo visitará a la jueza María Romilda Servini de Cubría. En diálogo con Página/12, Carlotto analizó las detenciones, arriesgó la procedencia de los chicos que creen sus nietos y explicó cuáles serán los próximos pasos. –Muchos de los detenidos no figuran en el libro de la Conadep.–En general, los que se apropian de los chicos no necesariamente figuran en la lista de la Conadep como represores. Las Fuerzas Armadas tuvieron miles de integrantes en la época de la dictadura y el libro sólo registró 1600. Lo que ocurre es que algunos han hecho trabajos fuera de los campos de concentración o su nombre no ha trascendido. Por eso, los detenidos no son conocidos ni trascendentes. Nosotros teníamos el dato de que estas personas habían recibido chicos y que se jactaban incluso de que eran hijos de desaparecidos.–¿Le parece que pueden encontrarse chicos cuya sustracción no había sido denunciada?, ¿que encuentren más de los que estaban buscando?–Nunca se sabe. Porque nosotros tenemos 240 denuncias, y siempre la estimación es casi del doble. Justamente, en previsión de que hay personas que no han denunciado la desaparición de la joven como embarazada. Han desestimado el embarazo o lo desconocían. También hay chicas que no tenían contacto con sus familiares, que no estaban enterados del embarazo. En otros casos, no hay familiar que los busque. Yo, íntimamente, un poco por deducción, supongo que estos chicos fueron traídos de la ESMA. A mí me resulta sospechoso haber encontrado, por ejemplo, en poder de Policarpo Vázquez una niña nacida en la ESMA. También hay chiquitos como el caso de Liliana Pereyra, que tuvo un varón en la ESMA. Liliana fue secuestrada en Mar del Plata junto con su esposo, parió en la ESMA, tuvo su bebé y luego su cadáver fue encontrado en Mar del Plata. Quiere decir que la volvieron a llevar, a lo mejor la llevaron con su bebé, y quizás uno de estos chicos es hijo de Liliana.–¿Cómo sigue esto? –El lunes vamos a visitar a la jueza para ponernos a su disposición. Y para pedirle que el día que ella lo considere prudente nos haga acceder a la información. De acuerdo a la fecha y el sexo, por nuestra experiencia podríamos intentar determinar a qué familia podrían pertenecer. Porque después, cuando se hagan los análisis de sangre, habrá que pedir el entrecruzamiento con determinadas familias.–¿Tiene esperanzas de encontrar a su nieto Guido?–Yo en este caso no, porque el bebé de Laura nació en el Hospital Militar Central. El que la llevó es un militar y la llevó de nuevo sin su bebé al campo de concentración un militar, de apellido Minicuci. Creo que ese militar ha fallecido, pero seguramente por algún lado voy a obtener algún dato que me dé la certeza de quién fue aquel particular que se lo llevó del Hospital Militar Central a las pocas horas de nacer.–Si se comprueba que los chicos fueron robados. ¿Cómo piensan proceder?–En principio, la jueza citará al joven o a la joven a su despacho, para imponerlo de la verdad, decirle cuál es su historia, contarle que hay una familia que lo busca. Luego contarle quiénes son sus padres y obligarlo a destruir su documento falso e imponerle su verdadero nombre.

 

Simón Lázara *
La reticencia militar

Me parece que fue un hecho muy importante, muy positivo y muy revelador en el marco de las investigaciones que se realizan para determinar la existencia de planes de apropiación de menores. Me parece también que, a la luz de la reticencia que mostró la Armada para entregar documentación, los organismos tenemos que exigirle al Gobierno que les exija colaboración. Es una sorpresa que asuman esa actitud después de la autocrítica. Buscando a fondo se pueden encontrar muchas cosas. Por eso los organismos propiciamos la creación de una Comisión de la Verdad, para que el esclarecimiento de estos hechos se convierta en una cuestión de Estado.* Vicepresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

Nora Cortiñas*.
Un paso muy importante

Es muy importante que la jueza Servini haya encarado este operativo de rescate de documentación y de investigación del plan sistemático de sustracción de menores que ocurrió durante la última dictadura militar. Esto se suma al juicio que también está llevando Adolfo Bagnasco. Seguimos pensando que se tienen que declarar nulas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final para que de una vez por todas, haya justicia y se sepa la verdad. Apoyamos los juicios de la Argentina y los del exterior porque estos crímenes horrendos tienen que ser juzgados en el país donde la Justicia se disponga a hacerlo. Nosotros siempre estamos esperanzadas. Por eso seguimos luchando. * Integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora

 

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