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Aldo Rico se disculpará hoy personalmente con los tres reporteros gráficos a los que amenazó con hacerlos perseguir por la policía. El encuentro es una iniciativa del propio ministro de Seguridad de Buenos Aires, después del reto público que sufrió de parte del gobernador Carlos Ruckauf. Ruckauf no se habla con su ministro desde que se conoció el incidente sucedido en Pinamar, donde hace tres años fue asesinado el fotógrafo José Luis Cabezas. De todos modos, no le pidió su renuncia ni Rico atinó a presentarla. El ex militar carapintada asegura en la intimidad que todo el episodio fue un invento para perjudicar su imagen y su relación con el gobernador. Y que en el entorno del mandatario bonaerense no quisieron escuchar sus explicaciones, pese a lo cual Rico decidió seguir en el cargo porque la subordinación a los mandos es uno de sus valores más altos, reconoció uno de sus colaboradores.Ruckauf no habla con Rico desde el miércoles pasado, señaló un vocero del mandatario bonaerense, quien agregó: Le dijo lo que le tenía que decir y el propio gobernador se disculpó públicamente por el episodio, con lo que Ruckauf dio por terminada la crisis.Ruckauf no disimuló en público su enojo por la actitud de su ministro, un enojo que se parecía bastante a un pedido de renuncia. Sin embargo, el ex militar carapintada no leyó lo mismo y esperó una comunicación más certera de su despido, la que nunca llegó. La segunda línea del gobernador se comunicó con los colaboradores de Rico para tranquilizarlo y pedirle que mejorara su equipo de comunicación. Incluso le ofrecieron apoyarlo con la gente de la Secretaría de Prensa de la provincia. El propio Ruckauf analizó con sus asesores de confianza qué hacer con la comunicación institucional de los temas de seguridad, para evitar que la relación con los medios quede en manos del ex carapintada, que se caracteriza por su mala relación con los periodistas. Pese al encuentro de disculpa previsto para hoy entre Rico y los reporteros gráficos Federico Gustavino, de la revista Noticias; Facundo Pechervky, de La Nación, y Eugenia Cerutti, de Clarín, a quienes amenazó con hacerlos perseguir por la policía, fuentes cercanas a Rico aseguraron que el ministro estaba dolido e indignado por las derivaciones del incidente. Según el militar, todo fue inventado para perjudicar su imagen y su relación con Ruckauf. Ni el gobernador le creyó.Según sus voceros, aunque al ministro le dolió que no fueran escuchadas sus explicaciones sobre lo que realmente había sucedido, decidió aceptar la postura pública que asumió el gobernador y resolvió sobreponerse y seguir adelante con su gestión. Con espíritu castrense, los hombres de Rico aseguran que el ministro tiene una profunda formación de soldado, para quien la subordinación a los mandos es el valor más alto, y esa formación pudo más que su fuerte carácter.
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