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Represores de la ESMA en Inteligencia de la Armada

na12fo02.jpg (8369 bytes) El Servicio de Inteligencia Naval le encargó el espionaje interno, que tiene explícitamente prohibido hacer, al capitán de navíoRaúl Sánchez, señalado como un “operativo” de la ESMA. Para peor,fue ascendido. na12fo03.jpg (8435 bytes)

Por Susana Viau

t.gif (862 bytes)  A pesar de que la actividad le está expresamente prohibida por la Ley de Defensa de la Democracia, el Servicio de Inteligencia Naval (SIN) mantiene en pie las estructuras del espionaje interno. Por si fuera poco, esa tarea la cumple en la actualidad el capitán de navío Raúl Sánchez, denunciado por el sobreviviente Víctor Basterra como “operativo” de la ESMA. Un error en la información publicada en 1984 por el desaparecido diario La Voz había identificado al oficial como Luis Sánchez. El equívoco permitió que a fines de 1998 Raúl Sánchez presentara sus pliegos y ascendiera sin impugnaciones al grado que hoy tiene. Sánchez fue designado en esas funciones por el ex jefe de la fuerza, almirante Carlos Marrón, para suplantar a Alfredo Astiz, cuya presencia en el SIN había sido revelada por Página/12. El pie de la foto obtenida por Basterra en 1982 consignaba que Sánchez operó en la ESMA bajo el nombre de guerra de “Rubén Julio”. En 1981, Sánchez –o Rubén Julio– formó parte de los GT de la Escuela de Mecánica y antes, de acuerdo al testimonio de Basterra, había cumplido servicios en el Operativo Independencia, en la provincia de Tucumán. Según las informaciones obtenidas por Página/12, Sánchez, en su calidad de “operativo” de la Escuela de Mecánica de la Armada, era el “control” de Máximo Nicoletti, el submarinista montonero pasado a las filas navales. Cooptado por la Armada, Nicoletti fue entrenador de submarinistas navales y ya en democracia se integró a la “Superbanda”, el grupo de pistoleros protagonista de resonantes asaltos a bancos y blindados. Cuando en junio de 1997 este diario reveló que Astiz se encontraba cumpliendo actividades para el sector de “información de los países limítrofes” del SIN, en tanto otro ex represor de la ESMA, el capitán de fragata Enrique Peyón actuaba como “agente de calle”, el almirante Marrón produjo una purga que, en verdad, sólo fue tal para la opinión pública. El SIN era comandado en esas fechas por el contraalmirante Roberto Roscoe y su segundo era el capitán de navío Carlos Daviou, un aviador naval señalado por Adolfo Scilingo como uno de los pilotos de los “vuelos de la muerte”. Marrón nombró en reemplazo de Astiz a Raúl Sánchez, por entonces capitán de fragata. Luego, el infante de marina Sánchez pasó a inteligencia interior. Desde ese lugar, sostienen las fuentes consultadas, Sánchez maniobró para proteger las declaraciones que el ex almirante Emilio Massera debió efectuar ante el juez federal Adolfo Bagnasco. El año pasado obtuvo el acuerdo del Senado y ascendió a capitán de fragata. Para que esto ocurriera se confabularon dos factores: el error en el nombre y la actitud más que favorable del presidente de la Comisión, el senador Jorge Villaverde, alineado en la franja duhaldista del PJ.Debe reconocerse que la comisión no puso mucho empeño en chequear los antecedentes de los hombres a los que debía premiar con el ascenso. Uno de ellos fue el capitán de fragata Guillermo Suárez Mason, hijo del general con apodo ornitológico. El otro aprobado para el grado inmediato superior fue el capitán de fragata Carlos Piccone, destacado igualmente en el SIN. Piccone habría colaborado también en actividades de la ESMA hasta que en 1978 fue destinado a la Base Naval de Puerto Belgrano. En 1986, siendo capitán de corbeta, Piccone recaló en el octavo piso del Edificio Libertad, donde se encuentra la sede de la Oficina de Asuntos Jurídicos, encargada de monitorear los casos de los miembros del arma denunciados por violación a los derechos humanos. Con el pase a retiro del jefe de Jurídicos, capitán de navío y aviador naval Enrique Isola, Piccone tomó la posta. Informaciones procedentes de los mismos marinos sindican a Piccone como responsable de los archivos microfilmados de la ESMA.Algunos de los sobrevivientes de la ESMA intuyen que el capitán de navío Sánchez podría ser persona idónea para dar noticias de la suerte corrida por el montonero René Haidar, secuestrado en octubre de 1982 y”trasladado” el 28 de diciembre del mismo año en un Skyvan de la Prefectura.

 

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