OPINION
Todavía deben esperar, buitres
Por Juan José Panno |
No fue gol;
pegó en el palo. Pudo haber sido gol (y hubiese sido sublime muerte súbita o glorioso
gol de oro), pero la jugada no tuvo el desenlace definitivo que de él se esperaba. El
genio esta vez defraudó, no estuvo a la altura de las circunstancias, aunque para ser
justos no deberá adjudicársele toda la responsabilidad. Hizo todo lo posible para
convertirse en el Gardel de Medellín, pero él no podía saber que cuando estuviera
envuelto en las llamas aparecerían los bomberos uruguayos para apagar el incendio y
postergar la definición.
No fue gol y por lo tanto quedaron atragantadas las frases que debían escribir, con
sangre de vampiro, las peores necrológicas:
No
se bancó el éxito.
No
supo ser feliz.
Tuvo
el final que se merecía.
Murió
como vivió.
Su
muerte tiene que servir de ejemplo a los jóvenes.
Postergadas las necrológicas, postergadas las ediciones especiales, los homenajes
sinceros y emotivos y los falsos e inescrupulosos, postergado el llanto auténtico y
deseado y la sonrisa cínica de los que advirtieron con tono moralizador que esto iba a
ocurrir inevitablemente, todo quedó para una mejor oportunidad.
Los gritos sagrados no podrán oírse por ahora.
Tendría que haber sido gol, como en el 86 contra los ingleses para completar la
parábola de su propia vida, de la sociedad argentina, pero no; tendría que haber sido
gol para que se estrecharan una vez más, los márgenes tan criollos que separan al drama
de la gloria, pero no; tendría que haber sido gol para calmar la sed morbosa de los que
lo odian ( y también la de los que lo aman) pero no; pegó en el palo.
Seis años antes del inolvidable gol a los ingleses, en mayo del 80, en Wembley, el genio
había hecho una jugada muy parecida, se los gambeteó a todos, pero no al arquero y su
remate se fue desviado. No fue gol por muy poquito, la pelota se fue rozando el palo. Casi
como ahora. Después sí, cuando se dieron circunstancias similares hizo el gol que lo
inmortalizó. Moraleja: sólo se trata de tener un poco de paciencia y esperar una mejor
oportunidad. Tal vez se dé en una jugada individual o en una pared con Coppola y con
Ferro Viera, o en un vuelo normal o en un tumulto con el periodismo. Paciencia, buitres,
ya va a ser gol: Maradona no morirá de viejo... |
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