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EXPERTOS SIRIOS E ISRAELIES TRABAJAN EN UN ACUERDO MARCO
Cuando la cumbre abandona los tabúes

Por primera vez en una semana de idas y venidas, Siria e Israel trataron los temasmás espinosos: el agua y las fronteras.

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La secretaria de Estado Albright (izq.), el canciller israelí Levy (cen.) y Barak (der.).
En un parque de la Guerra Civil, Albright expuso los horrores de la guerra a los israelíes.

t.gif (862 bytes)  Siria e Israel comenzaron a negociar sobre los temas más difíciles de un tratado de paz entre ambos países: las fronteras y el agua. Los grupos de trabajo que manejan esas áreas se reunieron ayer por primera vez desde que comenzó el lunes pasado la cumbre de paz sirio-israelí en la localidad norteamericana de Shepherdstown. Quizás imbuido de emoción, el premier israelí Ehud Barak postergó un día su vuelta a Israel. Su par en las negociaciones, el canciller sirio Faruk al Shara, regresa hoy a Damasco. No es del todo imposible que su partida dé fin a esta ronda de negociaciones, pero se espera que los expertos técnicos continuarán trabajando en Shepherdstown hasta llegar a un “acuerdo marco”. Para impulsar las negociaciones, el presidente Bill Clinton arribó por quinta vez ayer a la cumbre.
“Todos los grupos de trabajo se han reunido.” Ese fue el conciso anuncio del portavoz del Departamento de Estado norteamericano, James Rubin, que dio cuenta del comienzo del diálogo sirio-israelí sobre las fronteras y el agua, temas que habían sido eludidos hasta ahora. Los dos asuntos están estrechamente relacionados. El “trazado de fronteras” se refiere al repliegue israelí de las Alturas del Golán, conquistadas en la Guerra de los Seis Días. El tema del agua es virtualmente sinónimo del trazado de fronteras dado que el repliegue que Siria exige –a las fronteras de 1967– le daría acceso a la ribera norte del Lago Tiberíades, la principal fuente israelí de agua potable. Barak quiere un repliegue que mantenga esa ribera dentro de Israel. Fuentes de la delegación siria informaron que hoy los grupos de trabajo retomarían “informalmente” esas discusiones. “En los últimos seis días hemos adquirido un ritmo de trabajo que nos hace albergar esperanzas de un acuerdo marco”, dijo Rubin, pero “los dos países afrontan enormes decisiones, y no esperamos que sean cuestión de días”.A todo esto, un documento interno –filtrado por la delegación siria– publicado ayer por el diario árabe Al Hayat aportó una visión de las opciones que se barajan en la cumbre. Según el diario, Israel exigió, como condición inicial para el repliegue del Golán, que Siria traslade todas sus tropas y misiles al norte de su capital Damasco, que está a menos de 100 kilómetros de las Alturas. Siria respondió que sólo consideraría eso si se respetaba el principio de “reciprocidad”, lo se traduciría en un repliegue “similar” del Ejército israelí. Acerca del agua, la delegación siria quiso que la cuestión sea resuelta después de la firma del tratado de paz, en el curso de diálogos trilaterales entre Siria, Israel y Jordania. En relación con la seguridad, Siria estaría de acuerdo con la presencia de una fuerza de paz norteamericana en las Alturas, pero se opondría a una estación espía israelí en el Monte Hermón, el punto más alto del Golán. Por último, los negociadores israelíes buscan que las relaciones diplomáticas entre ambos países se normalicen apenas comenzado un repliegue del Golán, mientras que los sirios insisten en que sólo lo sean una vez que Siria recupere completamente las fronteras de 1967. La delegación israelí tildó ayer de “parcial e incompleta” la versión de Al Hayat, pero Barak admitió que las negociaciones eran “una batalla diplomática difícil, prolongada y nada cómoda”. El premier enfatizó que “no firmaremos un acuerdo a menos que refuerce la seguridad de Israel y sus necesidades vitales”.

 

 

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