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Por Raúl Kollmann El suboficial Pedro Muñoz fue ayer detenido en relación con la causa por el robo de bebés en la Base Naval de Mar del Plata. El marino es el séptimo que termina tras las rejas, pero será el primero en declarar hoy ante la jueza María Romilda Servini de Cubría, dado que en diálogo con Página/12 confirmó el domingo que efectivamente unos nueve suboficiales que estaban destinados en la Base se quedaron con diez o doce chicos, hijos de detenidos desaparecidos. Cuando todavía estaba prófugo, Muñoz mantuvo un escalofriante diálogo radial en el que ratificó no sólo que se robaban los bebés, sino que los de tez oscura a veces eran enviados a la muerte. Sí, tengo conocimiento de la irregularidad de lo que se hacía con los bebés, pero siempre se dijo que de eso no había que hablar le dijo Muñoz al programa La Cornisa de Radio Uno. ¿Es cierto que era distinto lo que se hacía con un niño de tez blanca que lo que se hacía con uno de tez más oscura? le preguntó el periodista Luis Majul. Cuando se producía algún nacimiento y nadie se quería hacer cargo del bebé por tener la tez oscura, no se sabía el destino al que se llevaba a esa criatura. ¿La hacían desaparecer? Y, sí. Es lo que vulgarmente se llamó hacer desaparecer. ¿Y esto usted los sabe porque se lo contaron? No, no, yo fui testigo presencial. Vi las personas en avanzado estado de gravidez y que después las aislaban hasta que tuvieran familia. ¿Cómo se distribuían después los bebés? Cualquiera de los componentes del área, que tenía un sentido profundo de la vida, se hacía cargo en forma directa y personal, para evitar que tuvieran otro destino, que dejaran que falleciera. Y después regalaban ese bebé. Bueno, mire, le reitero, era evitar que tuvieran otro destino. ¿Conoce usted que a los chicos de 10 o 12 años los hacían desaparecer porque eran demasiado grandes? Sí sabía, por ejemplo, que cuando se detenía a una persona que tenía en el seno familiar algún chico que tenía esa edad, se los aislaba y los trasladaba a algún lugar que, de ahí en más, se desconocía el destino que podían tener.La jueza Servini de Cubría ya tenía testimonios que revelaban este monstruoso accionar, pero anoche resolvió que Pedro Muñoz será el primer imputado en declarar. El suboficial le adelantó a este diario que está decidido a contar la verdad y que cuando lo intentó, hace tres años, la Armada lo internó en un hospital psiquiátrico. En total, la magistrada libró nueve órdenes de captura, de las cuales se concretaron siete y aún hay dos suboficiales prófugos. Los investigadores están esperanzados en que se pueda revelar la verdadera identidad de unos diez o doce niños robados en la Base Naval y que hoy tienen entre 23 y 27 años.En el caso de la Base Naval de Mar del Plata y específicamente en el área de Buzos Tácticos, donde los marinos mantenían un centro de detención clandestino, se confirma que el robo de bebés fue una política sistemática. La Base fue una unidad mediana, y sin embargo se calcula que en los primeros años del Proceso se apropiaron unos 25 bebés, hijos de detenidas desaparecidas. Según parece, hubo también casos de bebés nacidos en la ESMA que fueron llevados a Mar del Plata. De los testimonios con que cuenta la jueza surgen asimismo pruebas de que en Mar del Plata también se inyectaba a algunos detenidos para luego arrojarlos al mar. En un primer diálogo con Página/12, Muñoz confirmó lo que dicen los testigos e incluso mencionó a otro enfermero, de apellidoSirvense, que inyectaba a los detenidos preparándolos para los vuelos de la muerte. Ayer, Muñoz intentó cambiar su versión, argumentando que las inyecciones eran sólo medicinales. De todas maneras, el marino abrió aún más las puertas del horror.
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