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“Dos mil días de silencio
oficial y noches sin sueño”

La agrupación Memoria Activa y los familiares de las víctimas
del atentado a la AMIA denunciaron que a dos mil días de la explosión “la causa se encuentra prácticamente paralizada”.

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Memoria Activa aseguró que continuará con su reclamo.
“A la Justicia hay que hacerla existir”, afirmó Laura Bonaparte.

t.gif (862 bytes)  “Dos mil días de lucha por Verdad y Justicia. Dos mil noches sin sueños. Dos mil sueños sin dueño. Dos mil días de oscuros policías. Dos mil días de silencio oficial. Dos mil días de un Estado de desdén. Dos mil estruendos de bronca”, recitaba Isidoro Cypnik en la Plaza Lavalle. A dos mil días del ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), los dirigentes de Memoria Activa denunciaron ayer que la causa judicial está prácticamente paralizada. Como ejemplo citaron que no se realizó la reconstrucción del atentado –tal como lo ordenó la Cámara Federal– ni se produjo la declaración del testigo clave Wilson Dos Santos.
Los integrantes de Memoria Activa y los familiares y amigos de las víctimas de la AMIA y de la embajada de Israel recordaron los dos mil días del atentado del 16 de julio de 1994 en el habitual acto que realizan todos los lunes frente al Palacio de Tribunales.
“Me pregunto cuándo se podrán sacar los pilotes que hoy están frente a las instituciones judías. La respuesta es que no se van a poder sacar hasta que no se esclarezca el atentado contra la AMIA y hasta que no se esclarezcan las profanaciones de tumbas. Hasta que no se saquen los pilotes no podremos decir que en Argentina hay libertad”, afirmó el periodista Raúl Kollmann, quien fue uno de los oradores. La actriz Cipe Lincovsky, la madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora Laura Bonaparte y Adriana Reiter, por los familiares de la víctimas, también hablaron frente a los asistentes al acto.
Como en todas las ceremonias de los lunes, ayer se realizó un minuto de silencio –convocado mediante el toque del “shofar”, antiguo instrumento musical realizado con el cuerno de un carnero y con el que en la antigüedad se llamaba a los encuentros importantes– en memoria de quienes fueron asesinados en los atentados.
Bonaparte se dirigió a los jueces y afirmó que “a la Justicia hay que hacerla existir”. Habló también de las características de los crímenes de lesa humanidad que “no caducan, no son excarcelables ni amnistiables”. Lincovsky, por su parte, criticó que se haya construido un nuevo edificio en el lugar donde explotó la bomba: “Yo recuerdo haber caminado dentro del agujero que dejó el atentado. Me sentía caminando entre los muertos. No se debió construir ningún bunker para que sea una nueva sede de la AMIA. Era mejor que tuviéramos la posibilidad de caminar entre los muertos. De todas maneras tengo esperanzas, si Memoria Activa está aquí después de dos mil días, significa que vamos a continuar la lucha”. Kollmann agregó que en la investigación de la AMIA “nos quieren imponer el modelo del atentado a la embajada de Israel. O sea, que van a culpar a un iraní, que nadie conoce, que nadie sabe verdaderamente que existe y sobre el que no aportarán ningún dato”.
La dirigente de Memoria Activa Laura Ginsberg dijo a Página/12 que “a dos mil días sabemos casi lo mismo que hace dos mil días: que el 16 de julio de 1994 explotó la AMIA, que hubo 86 víctimas, más de 300 heridos y que el motor que apareció entre los escombros perteneció a Carlos Telleldín”.
Uno de los hechos que podría hacer avanzar la causa AMIA es la declaración de Dos Santos, el hombre que avisó que podría haber un atentado dos semanas antes de que volara la mutual judía. Hace seis meses Dos Santos aseguró que estaba dispuesto a presentarse para testificar.
En setiembre del año pasado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aceptó la presentación hecha por los miembros de Memoria Activa. Allí se denuncia al Estado argentino por “violación del derecho a la vida y la integridad física de las víctimas y violación de los derechos de los familiares y de las víctimas a obtener justicia de parte de los tribunales locales”.

 

 

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