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OPINION
La historia oficial
Por Rufino Almeida *

Que los crímenes políticos, sociales y económicos cometidos por la dictadura militar contra el pueblo argentino existieron y subsisten ya nadie puede negarlo.
Que su impunidad en la Argentina y que la libertad de los genocidas y sus cómplices se sustenta en una juridicidad amañada en dudosos juicios históricos, indultos y leyes exculpatorias notoriamente inconstitucionales y que fueron descalificadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Comisión de Seguimiento del Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por ser contrarios a los convenios internacionales sobre derechos humanos, es también obvio.
Sin embargo, la construcción de un relato oficial de la historia que pretende negar tales certezas persiste.
Y quienes pretenden ocultar, justificar, exculpar, negociar, continuar, repetir e introducir en la norma social y política tales actos insisten en el olvido, en el desvío de la memoria y en el discurso vil.
Los rangos y características de los mensajes son múltiples y configuran un bombardeo a la opinión pública, al sentido común y a la buena fe de muchos.
Ejemplos de lo expuesto hay muchos y cotidianos. Vale tener presente algunos de ellos para que su democrática proliferación y su formato republicano no nos hagan perder los reflejos y –como se busca– aparezcan como algo, por reiterado, aceptable.
Una muestra reciente son las simplificaciones académicas del ministerio de ilusionismo jurídico, el Dr. Gil Lavedra; y las pontificaciones de quien nos regaló los pactos de Semana Santa y Olivos, el presidente de la UCR, Dr. Alfonsín, acerca de la relación entre las actuaciones del juez español Baltasar Garzón y la Justicia que ellos no supieron conseguir. “Se está pidiendo la aplicación de la jurisdicción española a hechos ocurridos en la Argentina, que han sido juzgados o están siendo juzgados por la ley argentina”, “Es un dislate”, “Nuestra primera misión es defender la Constitución argentina y las leyes argentinas”, “Las leyes argentinas están por encima de la aplicación de una legislación extranjera”, arguyeron en un nuevo rapto de connivencia con el chauvinismo tardío del Dr. Menem.
“Las posibilidades del pedido de Garzón son nulas”, repite Gil Lavedra adelantándose (¿presionando?) al juez natural para el tema. Son tan nulas como las leyes que consagran la impunidad y establecen la ausencia de justicia en la Argentina, que es el verdadero origen de la necesidad de recurrir al derecho internacional para un pueblo sometido al continuismo de las dictaduras: la impunidad para reprimir y asesinar a quien resista, para quitar conquistas sociales y laborales, para entregar patrimonio nacional, para excluir, para endeudar, para traficar y lavar, para legislar y gobernar para los poderosos...
Pero muy a su pesar, existe el relato popular de la historia basado en el ejercicio de la memoria y en la actualidad de su experiencia de lucha, sustento de la resistencia viva y activa a la impunidad de una dictadura que todavía no termina.

* Asociación de ex Detenidos Desaparecidos

 

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