Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


HUBO CALLES INUNDADAS, CORTES DE LUZ Y DEMORAS EN AEROPUERTOS
Con el agua hasta el cuello

El temporal que se abatió sobre la ciudad provocó inundaciones en algunas zonas: en la Boca, el agua llegó a 1,50 metros sobre el nivel del asfalto. Según el gobierno porteño, se debió a la basura acumulada en alcantarillas y bocas de tormenta.

na15fo01.jpg (6529 bytes)
Pasando el Puente Avellaneda, los autos luchaban contra el agua para poder avanzar.
na15fo02.jpg (7086 bytes)
La Boca fue el barrio más afectado por el temporal.
Un equipo debió liberar allí las bocas de tormenta.

t.gif (862 bytes)  El agua se descargó con todo sobre la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, y puso a prueba, otra vez, los sistemas de desagües. En cuatro horas cayeron 53 milímetros, pero el aguacero mayor ocurrió en una hora y media, entre las 4 y las 5.30 de la madrugada. La Boca fue el punto más crítico, con 1,50 metros de agua sobre el nivel del asfalto, sobre la calle Necochea, y con la marea entrando en algunas viviendas. También se inundaron las avenidas Cabildo, Dorrego y Libertador, a la altura de Salguero, entre otras. Hubo cortes de luz, especialmente en el Norte y Oeste del conurbano, interrupciones en el servicio telefónico y demoras en los vuelos de cabotaje, pero ninguna víctima ni evacuados. Los funcionarios porteños atribuyeron los anegamientos a la basura acumulada en alcantarillas y bocas de tormentas por falta de limpieza o mantenimiento de los desagües, pero sostuvieron que el sistema hidráulico de la ciudad aprobó el examen.
Después de la tormenta eléctrica, minutos antes de las 4, llegó la lluvia torrencial. La ciudad se desperezó en medio de la tormenta y el tránsito se hizo más lento, sobre todo en los accesos y en las zonas donde al agua superaba el cordón de la vereda. Los equipos de Defensa Civil salieron a la calle casi de inmediato: una central metereológica propia que les permite hacer una proyección de cuánto lloverá en una hora, a partir del agua caída en unos minutos, dio el alerta. “Ocho móviles salieron a recorrer la ciudad para detectar los lugares más afectados”, dijo el titular del área, Víctor Capilouto. El primero fue la esquina de Necochea y Espinosa, en la Boca, adonde fue convocado un equipo de la Dirección de Hidráulica, en un camión tipo “vacstor”, para desobstruir las bocas de tormenta tapadas con basura. Para el secretario de Producción y Servicios, Abel Fatala, “el sistema hidráulico de la ciudad funcionó muy bien”. El funcionario atribuyó los anegamientos registrado a “la acumulación de basura” en alcantarillas, bocas de tormenta y bocas de registro.
–¿Fue consecuencia de la falta de limpieza en las calles o de falencias en el mantenimiento de los desagües? –preguntó Página/12.
–Creemos que se trató de una combinación de ambas. Fatala resaltó que el sistema funcionó bien en la avenida Juan B. Justo, lo cual “demuestra que los trabajos realizados en el entubamiento del arroyo Maldonado fueron efectivos”. Según el funcionario, también trabajaron adecuadamente las bombas de desagüe en el paso bajo nivel de Salguero y Figueroa Alcorta y los canales aliviadores en la Boca y Barracas, pese al agua acumulada. “Las obras realizadas impidieron que los anegamientos fueran mayores”, destacó Fatala. Hubo inundación en la avenida Almirante Brown, frente al hospital Argerich, en la Boca, y también del otro lado del Puente Avellaneda, en el Dock Sud. En la zona norte, el agua cubría tramos de Cabildo, Dorrego, Carranza y la General Paz a la altura de Beiró. Allí, el anegamiento duró hasta que los camiones pudieron limpiar las bocas de tormenta.La limpieza de alcantarillas y bocas de tormenta está en manos de las empresas encargadas del barrido y la recolección de residuos en la ciudad. Para mejorar el servicio, el gobierno llamará a licitación para que este trabajo sea realizado por empresas independientes, según adelantó Fatala a Página/12. El control de esa tarea estará descentralizado: quedará en manos de los centros de Gestión y Participación.El temporal también ocasionó problemas con la luz, aunque en la ciudad de Buenos Aires sólo resultaron afectados unos 300 usuarios de Saavedra, por la salida de servicio de un centro de alimentación. Las consecuencias más serias las padecieron unos 12 mil clientes de José C. Paz, San Miguel, General Rodríguez, Moreno y Pilar, todos conectados a Edenor. En este caso, el desperfecto fue ocasionado por “las descargas eléctricas que afectaron las líneas aéreas de media tensión”, informó el vocero de la empresa, Fernando Lavore. Asimismo, en zonas de Morón, Ituzaingó, Las Heras, Marcos Paz, Merlo, Hurlingham y La Matanza, se quedaron sin servicio unos 1900 clientes. A esos inconvenientes hubo que sumar la salida de funcionamiento de una central telefónica para recibir llamadas por reclamos en el área de Pilar. Según Lavore, todo quedó normalizado a las 11 de la mañana. Edesur también registró “algunas interrupciones parciales”, en zonas de Ezpeleta y San Francisco Solano, pero “dentro del marco del normal funcionamiento del servicio”, según informó un vocero de la empresa.El efecto de la tormenta también se hizo sentir en el Aeroparque Jorge Newbery, donde los vuelos sufrieron demoras de entre 30 minutos y una hora, según confirmaron fuentes de las empresas aéreas. Los más afectados fueron los que se dirigían hacia la zona centro, norte y litoral, ya que a las condiciones del tiempo locales había que sumar la desfavorable situación en los aeropuertos de destino.

 

Bocas con tapas nuevas

El gobierno porteño comenzó a cambiar el sistema de cerradura de las bocas de tormenta ubicadas en las esquinas de las avenidas, con el fin de evitar accidentes como el que le costó la vida al joven César Di Spalatro, devorado por uno de esos agujeros, destapado en medio de una gran tormenta, trece meses atrás.Según conformó a Página/12 el secretario de Producción y Servicios, Abel Fatala, el recambio se realiza “en forma paulatina, priorizando aquellas zonas más cercanas al río, donde la presión del agua que fluye por los desagües es mayor”.Di Spalatro, de 18 años, cayó al desagüe de Libertador y Austria, en la madrugada del 13 de diciembre de 1998, cuando empujaba un auto en medio de la avenida anegada. De acuerdo con los peritos, la tapa de la boca de tormenta pudo haber salido por efecto de la presión del agua que corre por los desagües. El cadáver del joven apareció dos días después en el río, a 80 kilómetros de la costa. El caso fue cerrado un año después. La Justicia determinó que no había responsables de este hecho, y la causa quedó calificada, en definitiva, como un “lamentable accidente”.

 

PRINCIPAL