|
Uno de los marinos arrestados por la jueza María Servini de Cubría por apropiación de menores durante la dictadura reconoció que no tiene lazos sanguíneos con la joven que está anotada como su hija. Durante los interrogatorios que realizó ayer, la magistrada reunió información que podría llevar a identificar a nuevos responsables y partícipes del robo de hijos de desaparecidos. Los datos fueron aportados por el suboficial retirado Carlos Pedro Muñoz. Además, Servini decidió dictar la falta de mérito a Domingo Ramón López, ya que se comprobó que no era el suboficial de la Armada del mismo apellido que había sido buscado para interrogarlo por los robos de bebés ocurridos en la Escuela de Mecánica de la Armada y la Base Naval de Mar del Plata. Además de Muñoz y López, fueron indagados por la jueza y por el fiscal Luis Comparatore los suboficiales Alfredo Vera y Jorge Oliva. Todos fueron asistidos por la defensora oficial Perla Martínez de Buck, la misma profesional que lleva la defensa del ex marino Alfredo Astiz en la causa por amenazas en su contra iniciada por un reportaje publicado en la revista trespuntos. Oliva admitió que su hija fue anotada como propia pero es adoptada. Según la versión que dio ante la jueza, la chica se la entregó Bienestar Social de Ushuaia en momentos en que estaba en manos de un gobernador de la Armada Argentina. Miembros de la investigación sostuvieron que tanto Oliva como Vera aceptaron someterse a los análisis genéticos para que se pueda comprobar si las jóvenes que criaron son hijas de desaparecidos. Tal como informó el domingo en exclusiva Página/12, uno de los testimonios tomados por la jueza durante la investigación señala puntualmente a Vera: Hay un suboficial de apellido Vera, que la hija fue de una detenida y otro hombre Julio Gutiérrez, también marino, que se quedó con un varón. Los testimonios también son una muestra de la sistematicidad y la crueldad de los militares a la hora de secuestrar a los hijos de los desaparecidos. Por su caso (dice el mismo testimonio en referencia a Gutiérrez) nos enteramos de que él tenía la ilusión de que le den un chico blanco, pero le quisieron dar uno que era medio negrito. Como no lo quiso, al otro bebé lo hicieron desaparecer. Esto se hizo bastantes veces. Los únicos chiquitos que importaban eran los recién nacidos y si eran blanquitos. A los más grandes en seguida se los sacaban de encima. Yo sé que mataron a algún chico de 10 u 11 años, afirmó uno de los testigos. Antes de ser interrogados, los cuatro marinos fueron sometidos a pericias psiquiátricas que estuvieron a cargo de dos expertos del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial. El informe indicó que, en todos los casos, los imputados se encontraban en condiciones de declarar y comprender el tenor de las preguntas que se les formularían. Según informaron miembros de la investigación, la confusión que llevó a detener a un López equivocado se debió a que desde la Armada no mandaron la documentación que el juzgado solicitó y el detenido no era el López involucrado en la causa. La jueza aún debe interrogar a otros tres marinos que están presos en desde el viernes en el edificio Centinela de la Gendarmería Nacional: Amadeo Romero, Mario González y Alberto Asti. Página/12 informó el sábado que Servini apresó a los siete marinos siguiendo una pista aportada por las Abuelas de Plaza de Mayo. Se trataba de una dudosa partida de nacimiento de la hija de un suboficial de la marina que estaba en el grupo de Policarpo Vázquez, quien está actualmente detenido por la apropiación de una joven (ver recuadro). A partir de ese dato, la jueza comenzó una tarea de inteligencia que incluyó escuchas telefónicas y el allanamiento el jueves pasado al Comando en Jefe de la Armada, la Dirección de Instituto de Bienestar de la Armada y el Instituto de Seguros Militares. La magistrada supo entonces que varios suboficiales de la Armada que vivían en el complejo de monoblocks de Las Toninas, en Mar del Plata, se habían quedado con hijos de desaparecidos. Y aún hay dos marinos prófugos.
|