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SERVINI INDAGO A CUATRO DE LOS MARINOS ARRESTADOS
La punta para seguir buscando

Con los interrogatorios, la jueza obtuvo información que podría llevar a efectuar nuevas detenciones de apropiadores. Uno de los indagados reconoció que anotó como propia a una niña, a la que no lo unen lazos sanguíneos.

La jueza federal María Servini de Cubría indagó durante la tarde de ayer a cuatro marinos.
Perla Martínez de Buck es la defensora oficial de los marineros, también lo es de Alfredo Astiz.

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t.gif (862 bytes)  Uno de los marinos arrestados por la jueza María Servini de Cubría por apropiación de menores durante la dictadura reconoció que no tiene lazos sanguíneos con la joven que está anotada como su hija. Durante los interrogatorios que realizó ayer, la magistrada reunió información que podría llevar a identificar a nuevos responsables y partícipes del robo de hijos de desaparecidos. Los datos fueron aportados por el suboficial retirado Carlos Pedro Muñoz. Además, Servini decidió dictar la falta de mérito a Domingo Ramón López, ya que se comprobó que no era el suboficial de la Armada –del mismo apellido– que había sido buscado para interrogarlo por los robos de bebés ocurridos en la Escuela de Mecánica de la Armada y la Base Naval de Mar del Plata.
Además de Muñoz y López, fueron indagados por la jueza y por el fiscal Luis Comparatore los suboficiales Alfredo Vera y Jorge Oliva. Todos fueron asistidos por la defensora oficial Perla Martínez de Buck, la misma profesional que lleva la defensa del ex marino Alfredo Astiz en la causa por amenazas en su contra iniciada por un reportaje publicado en la revista trespuntos.
Oliva admitió que su hija fue anotada como propia pero es adoptada. Según la versión que dio ante la jueza, la chica se la entregó Bienestar Social de Ushuaia en momentos en que estaba en manos de un gobernador de la Armada Argentina. Miembros de la investigación sostuvieron que tanto Oliva como Vera aceptaron someterse a los análisis genéticos para que se pueda comprobar si las jóvenes que criaron son hijas de desaparecidos.
Tal como informó el domingo en exclusiva Página/12, uno de los testimonios tomados por la jueza durante la investigación señala puntualmente a Vera: “Hay un suboficial de apellido Vera, que la hija fue de una detenida y otro hombre Julio Gutiérrez, también marino, que se quedó con un varón”. Los testimonios también son una muestra de la sistematicidad y la crueldad de los militares a la hora de secuestrar a los hijos de los desaparecidos. “Por su caso (dice el mismo testimonio en referencia a Gutiérrez) nos enteramos de que él tenía la ilusión de que le den un chico blanco, pero le quisieron dar uno que era medio negrito. Como no lo quiso, al otro bebé lo hicieron desaparecer. Esto se hizo bastantes veces. Los únicos chiquitos que importaban eran los recién nacidos y si eran blanquitos. A los más grandes en seguida se los sacaban de encima. Yo sé que mataron a algún chico de 10 u 11 años”, afirmó uno de los testigos. Antes de ser interrogados, los cuatro marinos fueron sometidos a pericias psiquiátricas que estuvieron a cargo de dos expertos del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial. El informe indicó que, en todos los casos, los imputados se encontraban en condiciones de declarar y comprender el tenor de las preguntas que se les formularían.
Según informaron miembros de la investigación, la confusión que llevó a detener a un López equivocado se debió a que “desde la Armada no mandaron la documentación que el juzgado solicitó y el detenido no era el López involucrado en la causa”.
La jueza aún debe interrogar a otros tres marinos que están presos en desde el viernes en el edificio Centinela de la Gendarmería Nacional: Amadeo Romero, Mario González y Alberto Asti.
Página/12 informó el sábado que Servini apresó a los siete marinos siguiendo una pista aportada por las Abuelas de Plaza de Mayo. Se trataba de una dudosa partida de nacimiento de la hija de un suboficial de la marina que estaba en el grupo de Policarpo Vázquez, quien está actualmente detenido por la apropiación de una joven (ver recuadro). A partir de ese dato, la jueza comenzó una tarea de inteligencia que incluyó escuchas telefónicas y el allanamiento –el jueves pasado– al Comando en Jefe de la Armada, la Dirección de Instituto de Bienestar de la Armada y el Instituto de Seguros Militares. La magistrada supo entonces que varios suboficiales de la Armada que vivían en el complejo de monoblocks de Las Toninas, en Mar del Plata, se habían quedado con hijos de desaparecidos. Y aún hay dos marinos prófugos.

 

El ADN de Evelyn

Angélica Bauer pidió que la joven que fue anotada como Evelyn Karina Vázquez se realizara los análisis de ADN que permitirían conocer su verdadera identidad. Según sospechas de la Justicia y de las Abuelas de Plaza de Mayo, Bauer sería la abuela paterna de Evelyn. Inocencia Pegoraro, quien sería su abuela materna, hizo la misma solicitud días atrás. Evelyn se crió junto a la familia de Policarpo Luis Vázquez, un ex suboficial que durante el régimen de facto estuvo en la Base Naval de Submarinos de la ciudad balnearia de Mar del Plata y que permanece encarcelado desde marzo del año pasado por orden de la jueza María Servini de Cubría. Este caso es el que desencadenó la detención de los siete suboficiales de la Marina que se llevó a cabo la semana pasada en Mar de Plata y que fue informada en exclusiva por Página/12. Los estudios genéticos podrían demostrar si Evelyn es o no la hija de Rubén Santiago Bauer y Susana Pegoraro, quien estaba embarazada de cinco meses al momento de ser secuestrada en 1977.


Garzón tras dos niños

El juez español Baltasar Garzón también está tras el rastro de niños desaparecidos. Según reveló el diario madrileño La Razón, el magistrado que ordenó la captura internacional de 48 represores argentinos investiga la posibilidad de que dos chicos que fueron apropiados durante la última dictadura militar –y que actualmente tienen entre 20 y 25 años– estén en las localidades españolas de Alicante y Barcelona. El periódico español informa que las denuncias ante el juez, quien lleva dos años investigando el caso, fueron efectuadas “por personas del entorno de las familias que se quedaron con los niños, que no eran de miembros de las Fuerzas Armadas, pero tenían relaciones con ellas.


Las amenazas a la jueza

El secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, se comunicó ayer con la jueza Servini de Cubría para interiorizarse por las amenazas recibidas por la magistrada mientras realizaba la investigación que culminó con el arresto de siete marinos. Cuando Servini viajó a Mar del Plata para tomar testimonios, un coche se le tiró encima dos veces en la ruta. La custodia de la jueza intentó perseguir a los desconocidos, pero privilegiaron la seguridad de la magistrada y los agresores se dieron a la fuga. Mathov habló con Servini para saber los detalles del ataque. Servini le agradeció en su nombre y en el de sus colaboradores, pero no pidió ninguna medida especial.

 

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