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Como antes, el auditor de la Bonaerense será policía

Un comisario mayor que fue colaborador del cuestionado ex jefe de la bonaerense Pedro Klodczyk será el nuevo auditor. Otro paso atrás en la reforma policial impulsada por León Arslanian.

Aldo Rico, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
La nueva medida regresa a la vieja estructura de la Bonaerense.

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Por Irina Hauser

t.gif (862 bytes)  Desde hoy a las 19 José Gallina, un comisario mayor de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que está en actividad, será el responsable de investigar a otros policías de la fuerza. Estará a cargo de la Auditoría de Asuntos Internos, que depende del Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense. Esa área fue creada a partir de la reforma impulsada por León Arslanian con la intención de que la policía no se controlara a sí misma. Funcionaría como una rama de fiscalización externa, a cargo –en teoría– de un civil. Ahora, sin embargo, estará bajo la órbita de un hombre que lleva 25 años de carrera policial y que fue director de la Asesoría Letrada cuando Pedro Klodczyk comandaba la “Maldita Policía”. La novedad ya desató quejas de legisladores, especialistas en políticas de seguridad y dentro de la propia área de control de corrupción.
En los últimos años José Gallina fue asesor en temas de seguridad del Instituto Bonaerense del Deporte que comandó su hermano, el ex referí Mario Gallina. Antes, durante las gestiones de Norberto Andrés, Klodczyk y Adolfo Vitelli al frente de la Policía Bonaerense, había dirigido la Asesoría Letrada. Se trata de un lugar estratégico que presta consejo al personal policial ante problemas en sus actos de servicio y por el cual pasan todos los expedientes contra policías. Con la intervención Luis Lugones apareció en la lista de 309 policías exonerados, pero cuando apeló lo reincorporaron.
Además de policía, Gallina es abogado, uno de los requisitos que exige la ley para ocupar el cargo de auditor interno. Según comentaron a Página/12 dos allegados suyos, tiene un estudio de abogados en La Plata y otro en Capital Federal, que comparte con otro comisario, Emilio Sava. “Atienden casos que implican a policías”, informaron en el medio policial. A propuesta de Gallina, Vitelli cambió el sistema de calificaciones, “alterando el orden de mérito para la lista de ascensos y abriendo el camino para la discrecionalidad y el favoritismo”, como publicó este diario en marzo de 1997. Esa situación generó en aquel entonces una catarata de reclamos.
Una de las cuestiones que irritó a algunos miembros de la propia Auditoría que son asiduos defensores de la reforma de Arslanian es que este comisario general “no será designado por decreto, con la firma del gobernador Carlos Ruckauf –como reza la Constitución provincial– y el visto bueno del ministro de Justicia y Seguridad, Aldo Rico”. En cambio, puntualizaron, asumirá “por asignación de funciones, como si fuera un traslado de comisaría a comisaría”. “Toman esto como si fuera un organismo policial, es decir, se destruye la esencia de la auditoría creada con la reforma, que debía estar a cargo de civiles. ¿Cómo es posible que pongan a una persona a investigar a los que fueron sus compañeros durante añares?”, protestó un alto funcionario.
En su nuevo puesto, Gallina tendrá la función de “identificar e investigar todas las denuncias de faltas éticas graves o abusos funcionales graves, cometidos por un miembro de las policías en el desempeño de su función y formular la acusación ante el Tribunal de Etica”. Por sus manos pasarán todas las causas más graves que afecten a policías y que vayan a juicio oral. La ley 12.155 establece que “todo el personal policial se encuentra sometido al control de la Auditoría de Asuntos Internos y tiene la obligación de evacuar sus informes y brindarles la máxima colaboración”. A su vez, el auditor depende de Rico, con quien ya estuvo reunido ayer a la tarde.
“La designación de un policía en estas condiciones es coherente con la política de reconstruir la vieja bonaerense”, dijo, preocupado, el especialista en temas de seguridad Alberto Binder. “Es impensable que quienes estuvieron en altos puestos en la policía en los últimos años no tengan compromiso con la estructura ineficiente y corrupta de antes. Si hay algo que caracterizó al sistema anterior fue una degradación delcontrol interno, que estaba más utilizado para la extorsión de las propias fuerzas”, agregó.
El presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, el frepasista Alejandro Mosquera, sostuvo: “No es nada bueno que se nombre a un tipo en actividad de la propia fuerza. Y, en el caso de Gallina, el hecho de que haya acompañado la gestión de Klodczyc demuestra que el proyecto del actual ministerio es recrear el pacto de impunidad de la Bonaerense, donde nunca hubo una idea de mejorar”. Gallina prefirió no hablar ayer con Página/12, informaron en el ministerio. Pero aseguraron que ante quienes lo asocian con la Maldita Policía él contesta. “Yo primero soy policía y estoy orgulloso.”

 


 

CENA DE RADICALES Y FREPASISTAS
La campaña de Aníbal

Por Santiago Rodríguez

t.gif (862 bytes) Hasta hace un tiempo no todos en la Alianza estaban convencidos con la candidatura de Aníbal Ibarra en la Ciudad de Buenos Aires, pero la necesidad de ganar las elecciones y asegurarle así un buen pasar a la gestión de Fernando de la Rúa en la Nación llevó a que todos cerraran filas detrás del frepasista. Tanto es así, que el actual titular del Gobierno porteño, Enrique Olivera, los jefes de cada una de las líneas internas del radicalismo del distrito y los principales dirigentes del Frepaso se juntaron a cenar y no sólo ratificaron su apoyo a Ibarra, sino también analizaron la forma de apuntalarlo en su carrera.
La cumbre se desarrolló antenoche en Estilo Campo. Uno de los reservados de ese restaurante de Puerto Madero brindó la tranquilidad y la discreción necesarias para una reunión de esas características. Además de Ibarra y Olivera, se sentaron a la mesa las figuras más importantes de la Alianza porteña. Del Frepaso estuvieron Darío Alessandro, Abel Fatala, Raúl Fernández, Marcelo Vensentini y los socialistas Norberto Laporta, Raúl Puy y Daniel Martini; del radicalismo, Enrique Nosiglia, Jesús Rodríguez, la alfonsinista Graciela González Gass, el terragnista Cristian Caram y los delarruistas José María García Arecha, Pedro Calvo y Fernando Caeiro, además de varios funcionarios del Gobierno porteño.
El único peso pesado que faltó fue el también delarruista Rafael Pascual. “Está enojado con Olivera”, explicaron varios comensales a Página/12. En el entorno del jefe de Gobierno aseguran que no existe pelea alguna, aunque Calvo –allegado a Pascual– se despachó ante el resto de la mesa con que “espero que en el próximo gobierno el partido tenga participación”.
Ese fue el único momento ríspido de una noche en la que abundaron el asado bien surtido –hubo, incluso, lechón y chivito– y el buen vino. Olivera empezó con un balance de su primer mes gestión. Lo siguió Ibarra, quien opinó que con “un esfuerzo más” es posible ganar en primera vuelta. Después habló cada uno de los presentes y el saldo de la cena fue que:
ron2.gif (93 bytes)  Se debe sancionar la ley electoral y de lo contrario debe quedar claro que la trabó la oposición. Hubo coincidencia –incluso de Nosiglia, cuyos diputados tienen otra posición– en que por más que dificulte el reparto interno, no eliminar las listas sábanas sería perjudicial para la Alianza.
ron2.gif (93 bytes)  Es necesario arrancar con la campaña ya y mantener el contacto personalizado con los porteños que aconseja De la Rúa. Cayó bien que Ibarra decidiera hacer proselitismo en la costa el próximo fin de semana.
ron2.gif (93 bytes)  Los ejes básicos de campaña deben ser la seguridad, la continuidad de la obra pública y la recuperación de los espacios verdes y se debe explotar la comparación entre el equilibrio presupuestario de la Ciudad y el descalabro que dejó el menemismo en la Nación.

OPINION

 

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