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Chile deshoja su nueva margarita

Qué hacer (o no hacer) ante la novedad de que Pinochet probablemente volverá a Chile en breve se ha convertido en el nuevo quebradero de cabeza de una campaña polarizada entre el socialista Ricardo Lagos y el derechista Joaquín Lavín.

Simpatizantes del ex dictador en una marcha de festejo.
Pero el gran ganador de la noticia es el actual gobierno.

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Página/12 en Chile
Por Pablo Rodríguez Desde Santiago

t.gif (862 bytes)  Chile no gana para sustos, o para sorpresas. Luego del inesperado cuasi empate entre el candidato de la Concertación oficialista, Ricardo Lagos, y el de la derechista Alianza por Chile, Joaquín Lavín, ahora ambos verán lo que queda de campaña electoral para los comicios de este domingo con otra sorpresa: la perspectiva de un regreso en pocos días del ex dictador Augusto Pinochet, detenido en Londres desde el 16 de octubre de 1998, por razones humanitarias. En las calles, los transeúntes no podían evitar detenerse ante los kioscos. “Se pinochetizó la elección”, tituló el diario La Hora. Si es así, ¿quién saldría favorecido? “Sin duda, Lagos. Lo ayudará a salir del empate con Lavín”, pronosticó a Página/12 Marta Lagos, directora de la consultora MORI. “La noticia sobre Pinochet no tendrá ninguna influencia en los comicios”, sentenció a este diario el prestigioso politólogo chileno Norbert Lechner. Más allá de esta polémica sobre interpretaciones, el gran ganador de la noticia es el actual gobierno. El presidente Eduardo Frei se comprometió en mayo de 1999 a traer a Pinochet de vuelta a Chile antes del fin de su mandato, en marzo de este año. Parece más que probable que ello ocurra. En una conferencia de prensa dada pasado el mediodía en el Palacio presidencial de La Moneda, Frei evitó toda manifestación de alegría y declaró que “siempre sostuvimos que Pinochet debe enfrentar a la Justicia de su propio país”. En relación a esta posibilidad, ayer también fue consultado el juez Juan Guzmán, que tramita más de 50 querellas criminales contra Pinochet en Chile. “Voy a estudiar la posibilidad de solicitar un estudio sobre las facultades físicas y psicológicas de Pinochet. El mal estado de salud no es una causal que permita que no se juzgue a una persona”, declaró Guzmán, quien también está considerando la posibilidad de pedir el desafuero del ex dictador, actual senador vitalicio. “Hay una cierta incidencia política del caso”, sugirió. Es difícil, en cambio, determinar cuál es la incidencia electoral de la noticia. Para los comicios de la primera vuelta, una de las cuestiones más aceptadas entre los analistas políticos era el favor que le hacía a Lavín la estancia de Pinochet en Londres, ya que le permitía desmarcarse del régimen militar al que el mismo candidato derechista perteneció, y salir así a captar los votos del centro político. Esto haría que, automáticamente, la posibilidad de que volviera Pinochet le jugara en contra a Lavín: ésa es la interpretación que dan los medios gráficos locales. En este sentido, Marta Lagos le dijo a este diario que “Lavín perderá votos del centro”. Estimó que otra razón por la que sale favorecido Ricardo Lagos es que la hipotética vuelta de Pinochet “es un triunfo del gobierno, de la Concertación, y por ende de su candidatura”. Es más: para Marta Lagos, “si esta noticia ocurría en la campaña electoral de la primera vuelta”, cuando la estrategia del candidato oficialista equiparaba a Lavín con la dictadura, “ganaba Lagos en esa instancia”. Sin embargo, para Norbert Lechner, “la noticia sobre Pinochet no juega ni en pro ni en contra de Lagos o Lavín. Como su vuelta todavía no está decidida, la derecha reaccionó con cautela. Y Lagos, a esta altura del partido, no va a intentar pegar a Lavín con Pinochet, dado que ya cambió de estrategia para esta segunda vuelta. Lechner aseguró a Página/12 que, “incluso para los sectores más de izquierda, que podrían sancionar a la Concertación por su insistencia en la vuelta de Pinochet, es más importante luchar contra Lavín que apoyar implícitamente una defensa de Pinochet, que ellos mismos rechazan de plano”. En todo caso, Lagos y Lavín fueron consecuentes con el tono de la campaña para este ballottage, donde la figura de Pinochet estuvo ausente.Los candidatos fueron sorprendidos por la noticia cuando, desde distintos puntos del país, habían llegado anteayer por la noche a Santiago para asistir al programa “Medianoche”, de Televisión Nacional de Chile. Las entrevistas por separado se transformaron en el lugar de “la pinochetización de la campaña”. Lagos rechazó que la decisión del gobierno británico implique una ayuda para su candidatura (dada la afinidad ideológica entre el laborismo gobernante en la isla y los sectores socialdemócratas de la Concertación) y dijo que “Pinochet debe saber que tendrá que responder aquí ante los tribunales”. Lavín también recalcó que Pinochet deberá enfrentar a la Justicia “como cualquier chileno” y que “lo consecuente sería que una persona que vuelve por razones humanitarias no tenga un rol público en la política”.En este panorama de cautela, los únicos rostros que en teoría podían presentar triunfo y derrota eran los sectores pinochetistas y la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), que no confían en la posibilidad de que los tribunales chilenos juzguen a Pinochet. Tanto el ejército como la fuerza policial de Carabineros recibieron “con satisfacción” el anuncio desde Londres. Interpretaron que se trataba de un “triunfo del principio de soberanía”, cuando la liberación se daría por motivos humanitarios. El martes por la noche, unas 50 personas fueron a la Fundación Pinochet a festejar, y luego se trasladaron a la embajada de España. Pero el vicepresidente de la institución, Hernán Guillof, señaló que “no hay nada que celebrar”. A esto se sumaron las palabras del general (R) Rafael Villarroel, uno de los voceros más representativos de los seguidores de Pinochet, quien había dicho a la CNN que “no estamos contentos porque nuestro general no va a volver por la puerta grande”. La titular de la AFDD Viviana Díaz dijo que es “un serio revés para la Justicia internacional”. La agrupación protestó ayer frente a La Moneda por la noticia.Así las cosas, lo único que parece incontestable es el cambio de clima en Chile respecto al ex dictador. Cuando Pinochet fue detenido el 16 de octubre de 1998, los exabruptos de la derecha y el júbilo de los familiares de las víctimas del régimen militar eran tales que durante meses sólo se habló de “la polarización del país”. A casi quince meses de aquel día, con una elección de por medio, la mesura está a la orden y la derecha se despega de quien fuera su padre político. El diario La Tercera tituló ayer en su página 6: “El ocaso político de Pinochet”.

 

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