PINOCHET No lo puedo evitar: tengo adentro de mi cabeza un maldito traductor. Más allá de la inmediata tristeza y enfado que me causó recibir la noticia de que Jack Straw no iba a permitir la extradición del general Augusto Pinochet a España en el proceso que se le sigue por tortura, no pude dejar de fijarme obsesivamente en la peculiar palabra, minded, que utilizó el ministro del Interior británico para señalar que estaba inclinado a liberar al dictador chileno. (Sigue en contratapa)
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