LAS IRREGULARIDADES QUE FEDERICO STORANI ENCONTRO EN EL MINISTERIO
Corach dejó Interior con la caja vacía

El informe que ya tiene De la Rúa da cuenta de las irregularidades cometidas en esa cartera durante la gestión de su antecesor: gastos sin rendir por casi cuatro millones, más de 18 millones gastados en fondos reservados en el último año, entre otras. Cómo se evitaban los controles. El ex ministro y actual senador Carlos Corach dejó la cartera que comandó con los cajones limpios.

Un informe reservado del Ministerio del Interior describe el descalabro financiero de la cartera que en los últimos cuatro años lideró Carlos Corach. La investigación detalla la forma en la que los funcionarios menemistas eludían los mecanismos de control y contiene datos concretos: una cuenta sin rendir por casi tres millones pesos y documentación no rendida en 1995 por 800 mil; 18.400.000 pesos gastados durante el año pasado en fondos reservados; el 40 por ciento de las compras sin autorización previa; préstamos ejecutados que no figuran en el Presupuesto; vales de viáticos sin las firmas de los destinatarios y comprobantes de nafta sin especificación del vehículo. Las conclusiones del documento –al que accedió Página/12– advierten sobre la “baja receptividad” que tuvo la administración anterior a las recomendaciones de los organismos de control y sostiene que se generó “un estado propicio para la ocurrencia de irregularidades”.
Dos semanas atrás, en una reunión de gabinete, Fernando de la Rúa ordenó a sus ministros que investigaran a fondo la situación heredada en cada área. Convencido de que la crisis no fue del todo explicada, el Presidente exigió una serie de informes que luego serían sintetizados por Rodolfo Terragno y que permitirían demostrar el caos de la administración pública, una forma elegante de atenuar el malhumor que causó el impuestazo diseñado por Economía.
El informe sobre el Ministerio del Interior fue elaborado por la Subsecretaría de Coordinación que dirige Rubén Torres, un economista cercano a Federico Storani que fue funcionario del gobierno porteño. El documento de veinte carillas, dividido en varios capítulos, se titula “estado de situación al diez de diciembre”. La investigación –que ya se encuentra en poder de De la Rúa, Storani y Terragno– se terminó de realizar el 10 de enero, en coordinación con la Unidad de Auditoría Interna (UAI) del ministerio.
Gastos reservados
Además de los Aportes del Tesoro Nacional (ver recuadro), que el menemismo distribuyó de manera discrecional, el documento detalla en uno de sus capítulos las “partidas especiales” gastadas al 10 de diciembre de 1999. Se trata de los célebres gastos reservados, una serie de partidas sobre las que los funcionarios no deben rendir cuentas, y que fueron profusamente utilizadas por el menemismo.
De acuerdo a la investigación, Corach distribuyó durante el año pasado 18.400.000 pesos de gastos reservados. La nueva administración recibió “un saldo de crédito nulo”, lo que significa que el ex ministro utilizó hasta el último peso que le correspondía en ese concepto. La investigación añade que “durante 1998 se ejecutaron fondos reservados por un total de 14.700.000”.
Olvidos
Otro de los capítulos del informe describe los sistemas de compras y contrataciones y detecta una serie de evasiones a los mecanismos de control en el ministerio liderado por Corach. “Primero se efectuaban las compras y luego se procedía a reconocer los gastos”, señala la investigación, y añade que “aproximadamente el 40 por ciento de las compras se efectuaron de este modo”. También “se observaron debilidades en el control de recepción de los bienes (devoluciones sin autorizar y ausencia de remitos)”. Además, en muchos casos “las provisiones se iniciaron con anterioridad a la aprobación de la contratación”.
Los olvidos en la rendición de algunas cuentas eran corrientes. En el Fondo Rotatorio (una de las fuentes de financiamiento del ministerio) “del ejercicio 1995 se detectó documentación pendiente de rendición en concepto de adelantos de efectivo por un monto de 797.241,94, lo cual representó un 68 por ciento del total asignado por ese concepto”. El informe agrega que “la documentación a rendir de la C/C 746/03 (gastos de administración) alcanza un total de 2.974.804,32”.
El área de recursos humanos se encontraba en una situación similar. De acuerdo al documento del Gobierno, “se encontraron legajos que no contienen la documentación respaldatoria para la liquidación de haberes especiales”, además de “debilidad de control en el cumplimiento de las justificaciones de inasistencia”, lo que impidió monitorear si los sueldos se pagaban de manera correcta. “No se visualiza en la pantalla un campo para efectuar consultas acerca de los días efectivamente trabajados por cada agente”, sostiene la investigación.
Cajas chicas y “casos
especiales”
Las sospechas de la Alianza también se centran en las cajas chicas que nutrían a las distintas dependencias del ministerio liderado por Corach. “Parte importante de la documentación relevada adolece de resoluciones aprobatorias de gastos”, señala el informe. Y agrega que “se advirtió como práctica común el adelanto de fondos a funcionarios, cuya rendición posterior se vio demorada significativamente”.
La investigación detectó “comprobantes sin el detalle del consumo realizado”, “vales de viáticos sin las firmas de los destinatarios” y “comprobantes por reparaciones, cargas de combustible, lubricantes y accesorios sin identificación del vehículo respectivo”.
El capítulo 10 del informe se titula “casos especiales”. Allí se especifica que existieron “préstamos ejecutados que no fueron incluidos en el presupuesto vigente”. Otro “caso especial” es el del Fondo Partidario Permanente, el presupuesto que el Estado destina a los partidos políticos para que financien campañas, actos y reuniones. “Con referencia al aporte por convención se omitió, en algunos casos, agregar al expediente la rendición de los gastos efectuados en la convención”.
Viejas computadoras
La conducta de evadir constantemente las normas de control fue posible por la ineficiente infraestructura y el atraso tecnológico de los sistemas de información financiera del ministerio. El documento elaborado por el Gobierno sostiene que “se verificó una carencia absoluta de equipamiento de informática. Las escasas PC existentes presentan una tecnología completamente obsoleta (básicamente son equipos AT 286, 386 y 486). Por otra parte, no existe un sistema integrado de Administración Financiera entre los distintos sectores”. Esto permitió observar “deficiencias en la información de salida en el sistema de presupuesto y contabilidad”.
La ejecución del presupuesto de la cartera también está plagada de irregularidades. De acuerdo al informe, “se observó reiteradamente la adquisición de bienes y servicios sin que medie contratación, por lo cual los gastos debieron ser reconocidos con posterioridad a su concreción”. Además, “las imputaciones presupuestarias de los gastos realizados no concuerdan con las características de los mismos”.
Todo esto fue posible porque “el sector (de ejecución presupuestaria) no cuenta con un registro de cuentas a pagar, ordenado por proveedor y por fecha de vencimiento”.
Conclusiones
“Se ha advertido que el procedimiento de reconocimiento de gastos ha sido el mecanismo habitual de contratación. Asimismo, la falta de planes para compras y contrataciones, los desdoblamientos observados, las debilidades de control en la recepción de bienes y la provisión de bienes o servicios que se inician antes de la aprobación de la contratación supone el riesgo de eventuales irregularidades en relación a la tramitación de las mismas.”
El informe observa “como práctica común el adelanto de fondos a funcionarios” y advierte sobre la decisión de ignorar las recomendacionesde los organismos de contralor: “Las acciones correctivas para el mejoramiento del control interno que deberían haberse llevado a cabo de acuerdo a las recomendaciones efectuadas por la UAI (Unidad del Auditoría Interna) y por la SIGEN (Sindicatura General de la Nación) no han tenido una implementación concreta debido a su baja receptividad por parte de las autoridades”.
En los últimos párrafos, el informe abre sospechas sobre la posibilidad de que la mil y una formas de evadir los sistemas de monitoreo y control hayan derivado en corrupción. “De lo expuesto, dada la magnitud y persistencia de las observaciones detectadas, se concluye que el sistema de control imperante en el Ministerio del Interior fue extremadamente débil, habiendo generado un estado propicio para la ocurrencia de irregularidades en sus diversas modalidades que podrían haber afectado los fondos y el patrimonio del organismo”.

Santibañes acuerda con que la SIDE debe mejorar

El que tiró la primera piedra fue Carlos “Chacho” Alvarez el miércoles, cuando opinó que la SIDE era ineficiente y técnicamente pobre. Aunque no lo aclaró, queda implícito que sus críticas iban dirigidas hacia la gestión menemista. Ayer, el jefe de los espías, Fernando de Santibañes, recogió el guante y admitió que el organismo a su cargo debe mejorar su capacidad técnica, pero que está trabajando en esa línea. Santibañes también interpretó las palabras del vicepresidente. Dijo que lo que Chacho sostuvo fue que “la SIDE está en proceso de reorganización para objetivos diferentes y que técnicamente para esos objetivos debe mejorarse”.
Las opiniones sobre la central de inteligencia vienen a colación de que los espías no pudieron descubrir dónde se escondía el ex militar paraguayo Lino Oviedo, pese a que detectaron que hablaba por un teléfono satelital desde Corrientes. “La SIDE nunca se pensó para hacer inteligencia estratégica”, sentenció Alvarez. Del tema puntual de Oviedo, en cambio, Santibañes prefirió no opinar. “Es una cuestión de carácter reservado para la secretaría”, dijo. Quien sí habló luego de Oviedo fue el secretario de Seguridad, Enrique Mathov (ver recuadro).
El jefe de los espías, en cambio, se explayó sobre el cambio de rumbo que le quiere imprimir a la SIDE. De acuerdo a la idea de Santibañes, la central de inteligencia se dedicará a una función mucho más estratégica, abarcando también una función de asesoría en materia económica antes que militar. Pero uno de los primeros escollos con los que se encontró Santibañes es que el organismo sufrió una fuerte reducción presupuestaria debido a que no cuenta más con gastos reservados. “Estamos un proceso de búsqueda de eficiencia”, indicó ayer Santibañes, y aclaró que se va a manejar con los fondos ya presupuestados. Para reducir gastos, al organismo ya le quitaron una secretaría. De las tres que lo conformaban, quedaron dos.
El inconveniente estaba dado en que, para las funciones que le quiere dar el ex banquero a la central de inteligencia, pensaba incorporar una segunda línea con equipos de técnicos jóvenes que se ocuparán de llevar a la práctica sus ideas. Es la intención de Santibañes que estos equipos se ocupen, por ejemplo, de anticipar el movimiento de capitales en el mundo antes de averiguar “cuántos cañones tiene Chile”. También pretende que los equipos funcionen como verdaderos “think tank”, haciendo de usinas de ideas para las políticas a desarrollar por la Rosada. Según sostenía ayer un vocero de la Rosada, las modificaciones a la SIDE “están en marcha”, pero que “hasta que se noten las diferencias sabemos que va a pasar mucho tiempo, si lo conseguimos”.
Santibañes concurre al despacho de Fernando de la Rúa casi periódicamente. Ayer lo hizo en su carácter de encargado del Consejo Asesor Empresario, un organismo que comparte con otros hombres de negocios retirados de la actividad. Santibañes ideó el Consejo como una oficina que sirva para auditar en forma permanente el manejo de algunas instituciones críticas del Estado. Hasta ahora, según contó ayer el ex banquero, el Consejo Asesor está trabajando en la ANSeS, el PAMI, relevando las funciones administrativas del área de Presidencia y colaborando con la AFIP. Además, “estamos en conversación con Economía para saber en qué área se lo puede apoyar”, contó. “Queremos que los organismos brinden un mejor servicio a los ciudadanos y a costos más bajos”, resumió.

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