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OTRO MICRO VOLCO EN EL MISMO LUGAR DE LA TRAGEDIA ANTERIOR: CINCO MUERTOS
La segunda parte de una pesadilla

Fue apenas a dos kilómetros del lugar donde el miércoles había volcado otro micro. También éste llevaba argentinos a Camboriú e iba demasiado rápido: varios pasajeros le gritaron que redujera la velocidad. En una curva cerrada, volcó. Hubo cinco muertos, entre ellos un bebé. Los pasajeros eran de Chaco, Formosa y Corrientes.

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Por Mariana Carbajal

t.gif (862 bytes)  La tragedia llamó dos veces en la misma ruta del sur del Brasil. A unos dos kilómetros del lugar donde en la madrugada del miércoles perdieron la vida 38 argentinos, ayer a la mañana otro micro de piso elevado con turistas de Chaco, Formosa y Corrientes se desbarrancó y volcó en una curva cerrada, 200 kilómetros antes de llegar a la ciudad balnearia de Camboriú, destino final de la travesía. De las 57 personas que viajaban, cinco murieron –entre ellos un bebé de cuatro meses, una hermana del vicegobernador formoseño y uno de los conductores– y 49 resultaron heridas, de acuerdo con la información oficial. La mayoría de los lesionados sufrieron fracturas expuestas. El único cuadro muy grave era el de una mujer de edad avanzada, que anoche permanecía en terapia intensiva. “Los pasajeros venían gritándole al chofer que fuera más despacio”, reveló a Página/12 el embajador en Brasil, Jorge Herrera Vega. “Según varios testimonios, el micro venía con exceso de velocidad, avanzando peligrosamente”, informó por la noche Mauricio Iskdlark, director de la policía del estado de Santa Catarina, donde se produjo el segundo accidente en menos de 30 horas, en una seguidilla fatal que no tiene precedentes en la región. El conductor sobreviviente, que fue hospitalizado, quedó detenido. Según informó la policía brasileña, el accidente ocurrió cuando el micro tomó una curva hacia la derecha, en bajada, y el chofer no pudo frenar la unidad, siguió de largo, derrapó y desbarrancó. La hipótesis es que venía con una velocidad superior a la máxima permitida, de 60 kilómetros por hora. Algunos pasajeros señalaron que la unidad tenía problemas en los frenos. “Fue en un segundo. Todo en una curva”, contó Catalina Bartek, una de las sobrevivientes. “Comenzó a tomar una curva en bajada y a zigzaguear. Cayó en una zanja, chocó y después volcó”, describió Salomón Resqui, también ocupante del micro. “Acabábamos de pasar por el lugar donde ayer (por el miércoles) murieron tantas personas. Nos habíamos asomado por la ventanilla para mirar. Y dos minutos más tarde nos pasó lo mismo a nosotros. El micro venía como endiablado. Parecía que nunca iba a frenar, después volcó y se fue contra un barranco”, recordó Edith Flaska, de 27 años, quien fue trasladada al Hospital de Pozo Redondo, localidad en la que ocurrió el accidente. Ella, su esposo y sus dos hijos, de 3 y 4, y apenas sufrieron heridas leves.La tragedia fue protagonizada por un ómnibus de piso elevado, de la empresa de turismo Island Beach, de la ciudad chaqueña de Resistencia, que hace 8 años organiza tours hacia distritos balnearios de Brasil. El vuelco se produjo a las 9.30 de Brasil (8.30 de la Argentina), en la ruta BR 470, donde el camino tiene un recorrido sinuoso, con bajadas y subidas, pues atraviesa una zona de morros y montañas. A diferencia del accidente del micro con turistas tucumanos, en este caso no había niebla, era de día, con un cielo diáfano, y la mayoría de los pasajeros estaban despiertos. “Los choferes eran experimentados, conocían bien la ruta”, aseguró a Página/12 Oscar Londero, gerente de Island Beach. Angustiados por la noticia, decenas de familiares de las víctimas se acercaron al mediodía a la agencia en busca de información. La travesía había comenzado a las 8 de la mañana del miércoles en la ciudad de Formosa, con poco más de veinte turistas. El pasaje se fue completando en Resistencia, adonde llegó a las 11, y una hora después en la ciudad de Corrientes. El recorrido previsto sumaba 1500 kilómetros, en 22 horas. El tour incluía 10 días en las playas de Camboriú, adonde nunca llegaron. En total, iban 54 pasajeros, cuatro de ellos menores de 4 años. Además, viajaban un coordinador y dos conductores; uno de ellos, Jorge Bohlmann, murió en el accidente; el otro, Horacio Sotelo, sufrió fracturas, y ayer quedó detenido en el hospital de Rio do Sul. Allí fueron trasladados la mayoría de los lesionados y ya estaban los heridos tucumanos. Anoche habían sido identificados cuatro de los cinco turistas fallecidos. Tres eran oriundos de Formosa: el bebé Maximiliano Canteros, de 4 meses de vida, que viajaba con sus padres, y dos mujeres adultas, Agustina Carillo y Marcia Bogado, esta última, hermana del vicegobernador de esa provincia, Floro Bogado. Otra víctima fatal, también mujer, sería identificada hoy. Se presumía que era de Corrientes.El siniestro sorprendió a las funcionario argentinos que habían viajado el miércoles hacia el estado de Santa Catarina para asistir a las víctimas de la catástrofe ocurrida en la misma ruta, casi en el mismo lugar, 30 horas antes (ver aparte). Al enterarse, el presidente Fernando de la Rúa instruyó al subsecretario de Coordinación de la Jefatura de Gabinete, Juan Carlos Rabbat, para que se trasladara al lugar de la fatalidad. La gobernación del Chaco, por su parte, envió un avión pequeño con una funcionaria, dos médicos y dos familiares de los accidentados. La repatriación de los víctimas está prevista para hoy o mañana.

 


 

SIETE MUERTOS EN RUTA DE NEUQUEN
Una tragedia tras otra

t.gif (862 bytes) La racha parece imparable. Esta vez fue en la provincia de Neuquén y los muertos llegaron a siete. El accidente que tuvo lugar en la tarde de ayer se sumó a la seguidilla de tragedias en rutas que en menos de 48 horas sumaron 60 personas de nacionalidad argentina muertas en choques. En este caso, impactaron de frente dos automóviles, a 18 kilómetros de El Chocón, camino a la localidad de Picún Leufú. También eran familias que viajaban rumbo a unas vacaciones que no alcanzaron a comenzar.El accidente se produjo poco después de las 18, cuando un Torino con seis personas a bordo, que se desplazaba por la ruta 237 rumbo a San Carlos de Bariloche, embistió de frente a un Honda Civic que circulaba en sentido contrario. Tras las primeras averiguaciones, la policía supone que el Torino habría cruzado a la mano contraria cuando transitaba por una pendiente de la ruta.En el accidente fallecieron los seis integrantes del Torino, entre los que se encontraba una nena de 10 años, y el conductor del Honda, identificado como Hugo López, que viajaba solo. El Torino era conducido por Luis González, quien iba acompañado por su madre, Selva; su abuela, Inés; su tío, Abel; su hermana Aylén y por Elda Inostrosa, amiga de la familia.La violencia del accidente provocó la destrucción total de los autos y demoró la tarea de los bomberos, quienes debieron trabajar dos horas para extraer al conductor del Honda de los hierros retorcidos. La policía cortó el tránsito en la ruta para facilitar el rescate de las víctimas, lo que provocó un gran congestionamiento en el tránsito.Los cuerpos fueron trasladados a la morgue judicial, donde se los someterá a una autopsia antes de ser entregados a los familiares.A dos días del cierre de la primera quincena veraniega, el accidente neuquino se agrega a los dos accidentes protagonizados por micros argentinos en Brasil y a una choque entre un jeep y un camión cargado de frutas en La Pampa en el que murieron once personas.

 


 

HISTORIAS DE VICTIMAS Y SOBREVIVIENTES
Velorio conjunto en Tucumán

t.gif (862 bytes) Tucumán recibió anoche a sus heridos y se aprestaba a velar a sus muertos. La gobernación dispuso un velatorio conjunto en un predio ferial para aquellos cuyos familiares lo deseen, y las empresas fúnebres ofrecieron gratuitamente sus servicios. En cuanto a los heridos –salvo cinco de ellos, cuyo estado no permitió el traslado–, arribaron anoche en el Tango 01. Ayer circulaban en la ciudad las sencillas, patéticas historias de las víctimas, la de los dos que se salvaron por cancelar el viaje y la de quienes los reemplazaron en el acto de morir. Ayer a la mañana, empleados de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán empezaron a acondicionar uno de los anfiteatros del Predio Ferial Norte, a diez cuadras del centro de la capital: allí serán veladas las 38 víctimas fatales del accidente del miércoles en la ruta a Camboriú. Cuando llegue el avión con los cuerpos –lo cual está previsto para hoy a la mañana–, en la misma pista del Aeropuerto Benjamín Matienzo serán ubicados en vehículos ya dispuestos por la Cámara de Empresas Fúnebres de la provincia, y trasladados al predio para un velatorio conjunto. Las familias que prefieran un velatorio privado podrán retirar allí los cuerpos y llevarlos al lugar que elijan. Las empresas de sepelios ofrecieron hacerse cargo gratuitamente de todos los servicios.En toda la provincia, los edificios públicos tienen desde ayer sus banderas a media asta y crespones negros en las puertas entornadas. En la noche del miércoles al jueves, San Miguel de Tucumán prácticamente no durmió. Ayer se hablaba en voz baja en la ciudad, y se narraban las historias de las víctimas y los que se salvaron. Estos últimos fueron muy pocos, exactamente dos: José Szlosberg, de 78 años, y su esposa Eva del Valle Jatif, de 51. Ellos desistieron a último momento porque “José necesitaba estar aquí el lunes por unas cosas de su negocio, sin mucha importancia”, contó a este diario Antonia Jatif, hermana de Eva del Valle. Los Szlosberg partieron de Tucumán el martes a la mañana en su propio auto. “Se perdían el transporte, pero iban a aprovechar el resto del tour... Todavía estamos procesando lo que pasó, es increíble y damos gracias a Dios; lamentamos todo lo demás, pero ellos están vivos”, dijo Antonia.El lugar que dejaron libre los Szlosberg fue ocupado por Argentina Atalah, de 70 años, a quien acompañaba su hermana Teresita, que precisamente el miércoles cumplía los 65. “A ellas las hicieron subir a ese ómnibus porque se habían borrado dos pasajeros”, contó Juan José Herrera, hijo de Argentina: “A mí mamá le pedimos nosotros que viajara, para despejarse; hace cinco meses murió mi papá y un poco antes dos hermanos de ella, y le dijimos que fuera, que le iba a hacer bien”, sollozaba el hijo. Entre los heridos están Pedro Quintero, de 13 años, y su hermanito Santiago, de 9; viajaban con sus tías Irma y Modesta Albo, que fallecieron. “Irma lo había llevado a Camboriú a Pedro cuando era chiquito, y ahora iban para que Santiago también conociera”, contó a este diario su abuela Angela Marcial. Los padres de Pedro y Santiago volvían ayer desde Santa Catarina acompañando a sus hijos heridos.Entretanto, la empresa Giménez Viajes denunciaba que, después del accidente, desapareció del micro una valija con 25.000 dólares, que Francisco Giménez –uno de los socios de la firma, que resultó herido en el accidente– llevaba para cubrir los gastos del tour.

 


 

El chofer quedó preso por homicidio culposo

Según las pericias, el micro que se accidentó el miércoles iba a 82 kilómetros por hora, cuando la máxima allí es 40. El conductor quedó ayer detenido en la delegación policial. Le negaron la libertad bajo fianza.

Según las pericias, el micro que se accidentó el miércoles iba a 82 kilómetros por hora, cuando la máxima allí es 40. El conductor quedó ayer detenido en la delegación policial. Le negaron la libertad bajo fianza.

En escenas desgarradoras, los familiares reconocieron los cuerpos.
El avión que trasladará los cadáveres llegará hoy a Tucumán.

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t.gif (862 bytes) Víctor Hugo Jaime, el chofer del ómnibus tucumano accidentado el miércoles en una ruta brasileña, fue dado de alta del hospital de Río do Sul, pero no podrá volver a la Argentina: quedó detenido en la delegación local de la policía estadual de Santa Catarina, acusado de homicidio culposo, por la muerte de 39 personas. Sus abogados pidieron la libertad bajo fianza, pero la Justicia brasileña se lo negó. Para la policía local, el hombre es por ahora el responsable de la tragedia: según las primeras pericias, en el momento del accidente iba conduciendo a 82 kilómetros por hora, cuando la máxima permitida es de 40”, confirmó a Página/12 el director de la policía de Santa Catarina, Mauricio Iskudlark. La cara más terrible de la tragedia se vivió durante todo el día en el gimnasio municipal de Río do Sul, donde los familiares de las víctimas, llegados a la madrugada desde Tucumán, tuvieron que identificar a los fallecidos, muchos de ellos mutilados, casi irreconocibles. “Hasta los médicos estaban impresionados. Nunca habían visto nada igual: cuerpos irreconocibles, decapitados o sin rostro, divididos en pedazos”, relató el embajador argentino en Brasil, Jorge Herrera Vega, al describir a Página/12 el cuadro del horror. Esa escena debieron recorrer, en grupos de cinco, los familiares que fueron en busca de parientes fallecidos. Según el jefe de la policía de Santa Catarina, de los 38 cuerpos, pudieron ser reconocidos 35. De todas formas, por pedido del gobierno argentino, todos fueron repatriados esta madrugada –después de ser embalsamados, según disponen las normas internacionales– en un avión Hércules de la Fuerza Aérea brasileña. “Se proseguirá con la identificación en Tucumán, por ficha dactiloscópica o dental, o por otros mecanismos”, dijo a este diario el embajador Herrera Vega, desde Río do Sul, adonde llegó por orden del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini. Anoche, a las 22.30, llegaron a Tucumán 11 de los 18 heridos en el accidente, que regresaron junto a sus familiares en el avión presidencial Tango 01, acompañados por la delegación de funcionarios que encabezó Juan Carlos Rabbat, de la Jefatura de Gabinete. El Tango 02 llegará hoy por la mañana con los familiares de los muertos. El velatorio conjunto se hará en un predio ferial de la capital tucumana. En Brasil quedaron otros cuatro heridos, pues no estaban en condiciones de viajar. Tampoco volvió, pero por razones legales, el conductor del ómnibus, Víctor Hugo Jaime, pese a que los médicos le dieron el alta ayer por la tarde. Mientras estuvo internado, el chofer estuvo todo el tiempo con custodia. Aún en estado de shock, alcanzó a relatarle a un funcionario de Defensa Civil de Tucumán, que lo visitó en la sala, que “venía un auto de frente y, por esquivarlo, movió el volante y luego no se acuerda de nada más”. Aún no declaró ante la Justicia.Lo cierto es que, según determinaron las primeras pericias realizadas por la policía, el ómnibus de la empresa Giménez Viajes, que conducía Jaime, tomó una curva cerrada en “exceso de velocidad”, perdió el control del vehículo, cruzó el cantero central que divide las dos manos de la ruta, volcó del lado del chofer y se arrastró sobre la vía contraria. Por allí venía un micro de línea brasileño, que embistió de lleno en la parte superior del ómnibus volcado: la arrancó de cuajo y masacró a los pasajeros que estaban en las primeras filas. Murieron 38 argentinos y un brasileño, el conductor del ómnibus local. El accidente ocurrió a las 5.30 (hora de Brasil), en la ruta BR 470, cuando al grupo de turistas le faltaban menos de 200 kilómetros para llegar a Camboriú. En ese tramo, el camino serpentea en subidas y bajadas entre cerros y barrancos. Para colmo, según los testimonios, se internó en un banco de niebla. Todo eso, más las señales que indican una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora, no habrían sido suficiente advertencia para el chofer. Las primeras pericias coinciden con los testimonios que recogió Página/12 el mismo miércoles: el velocímetro del ómnibus quedó clavado en 82, marcando el “exceso de velocidad”. “En primera instancia, el chofer es el responsable del accidente y quedó a disposición de laJusticia”, confirmó el director de la policía de Santa Catarina. Jaime quedó detenido en la delegación policial de Río do Sul.Esta ciudad serrana se conmovió ayer por segundo día consecutivo y por partida doble: el nuevo accidente protagonizado por otro micro argentino, y la llegada del contingente de 53 familiares de las víctimas. El grupo arribó a las 5 de la mañana, después de viajar toda la noche desde Tucumán. A las 8 comenzó el reconocimiento de los cuerpos.“Fueron momentos de una tensión emocional inmensa”, describió conmovido el embajador Herrera Vega, que acompañó a los familiares. “Esto ocurre porque no respetan la velocidad”, se lamentó el diplomático.

 

“Yo no lo podía creer”

“Había trozos de cuerpos por un lado y el resto por otro”. Luis Flores fue testigo del horror en la improvisada morgue de Rio do Sul, donde reconoció el cuerpo de su sobrinita, Agustina, de un año. La mamá de la nena, Norma Juárez, y su hermanita gemela, Lourdes, lograron sobrevivir. Igual que muchos de los cuerpos, hubo familias que quedaron destrozadas. Es el caso de la familia de Dardo García, que murió junto a su esposa Fátima Maldonado, y sus tres hijos, Daniela de 12, Angel de 8 y Franco, de 4. El padre de García viajó a Rio do Sul y ya tenía la confirmación antes de ver los cuerpos: “No están en la lista de heridos”, dijo llorando.Pedro Quinteros también viajó a buscar a sus hijos, Pedro, de 13 y Santiago, de 9, que resultaron heridos, pero no de gravedad. “Fue el peor momento de mi vida”, dijo el hombre. “Los chicos habían viajado con la tía, se iban de vacaciones y hasta el último día me quisieron convencer para que fuera. Pero yo soy así, soy pobre. Tenía que juntar plata y no llegué a juntarla. Preferí que fueran los chicos. Me salió mal”, relató entre lágrimas. La tía, Irma Beatriz Albo, murió en el accidente.Flores, el tío de Agustina, no llegó desde Tucumán sino de Camboriú, donde esperaba a sus parientes. “Mi hermano, el padre de las nenas, estaba en Catamarca, todavía no pudo llegar. Cuando me enteré vine rapidísimo y cuando vi lo que había pasado no lo podía creer. Había partes de cuerpos en el piso. Por suerte, el cuerpito de la nena estaba entero”.


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