Por Mariana Carbajal La tragedia
llamó dos veces en la misma ruta del sur del Brasil. A unos dos kilómetros del lugar
donde en la madrugada del miércoles perdieron la vida 38 argentinos, ayer a la mañana
otro micro de piso elevado con turistas de Chaco, Formosa y Corrientes se desbarrancó y
volcó en una curva cerrada, 200 kilómetros antes de llegar a la ciudad balnearia de
Camboriú, destino final de la travesía. De las 57 personas que viajaban, cinco murieron
entre ellos un bebé de cuatro meses, una hermana del vicegobernador formoseño y
uno de los conductores y 49 resultaron heridas, de acuerdo con la información
oficial. La mayoría de los lesionados sufrieron fracturas expuestas. El único cuadro muy
grave era el de una mujer de edad avanzada, que anoche permanecía en terapia intensiva.
Los pasajeros venían gritándole al chofer que fuera más despacio, reveló a
Página/12 el embajador en Brasil, Jorge Herrera Vega. Según varios testimonios, el
micro venía con exceso de velocidad, avanzando peligrosamente, informó por la
noche Mauricio Iskdlark, director de la policía del estado de Santa Catarina, donde se
produjo el segundo accidente en menos de 30 horas, en una seguidilla fatal que no tiene
precedentes en la región. El conductor sobreviviente, que fue hospitalizado, quedó
detenido. Según informó la policía brasileña, el accidente ocurrió cuando el micro
tomó una curva hacia la derecha, en bajada, y el chofer no pudo frenar la unidad, siguió
de largo, derrapó y desbarrancó. La hipótesis es que venía con una velocidad superior
a la máxima permitida, de 60 kilómetros por hora. Algunos pasajeros señalaron que la
unidad tenía problemas en los frenos. Fue en un segundo. Todo en una curva,
contó Catalina Bartek, una de las sobrevivientes. Comenzó a tomar una curva en
bajada y a zigzaguear. Cayó en una zanja, chocó y después volcó, describió
Salomón Resqui, también ocupante del micro. Acabábamos de pasar por el lugar
donde ayer (por el miércoles) murieron tantas personas. Nos habíamos asomado por la
ventanilla para mirar. Y dos minutos más tarde nos pasó lo mismo a nosotros. El micro
venía como endiablado. Parecía que nunca iba a frenar, después volcó y se fue contra
un barranco, recordó Edith Flaska, de 27 años, quien fue trasladada al Hospital de
Pozo Redondo, localidad en la que ocurrió el accidente. Ella, su esposo y sus dos hijos,
de 3 y 4, y apenas sufrieron heridas leves.La tragedia fue protagonizada por un ómnibus
de piso elevado, de la empresa de turismo Island Beach, de la ciudad chaqueña de
Resistencia, que hace 8 años organiza tours hacia distritos balnearios de Brasil. El
vuelco se produjo a las 9.30 de Brasil (8.30 de la Argentina), en la ruta BR 470, donde el
camino tiene un recorrido sinuoso, con bajadas y subidas, pues atraviesa una zona de
morros y montañas. A diferencia del accidente del micro con turistas tucumanos, en este
caso no había niebla, era de día, con un cielo diáfano, y la mayoría de los pasajeros
estaban despiertos. Los choferes eran experimentados, conocían bien la ruta,
aseguró a Página/12 Oscar Londero, gerente de Island Beach. Angustiados por la noticia,
decenas de familiares de las víctimas se acercaron al mediodía a la agencia en busca de
información. La travesía había comenzado a las 8 de la mañana del miércoles en la
ciudad de Formosa, con poco más de veinte turistas. El pasaje se fue completando en
Resistencia, adonde llegó a las 11, y una hora después en la ciudad de Corrientes. El
recorrido previsto sumaba 1500 kilómetros, en 22 horas. El tour incluía 10 días en las
playas de Camboriú, adonde nunca llegaron. En total, iban 54 pasajeros, cuatro de ellos
menores de 4 años. Además, viajaban un coordinador y dos conductores; uno de ellos,
Jorge Bohlmann, murió en el accidente; el otro, Horacio Sotelo, sufrió fracturas, y ayer
quedó detenido en el hospital de Rio do Sul. Allí fueron trasladados la mayoría de los
lesionados y ya estaban los heridos tucumanos. Anoche habían sido identificados cuatro de
los cinco turistas fallecidos. Tres eran oriundos de Formosa: el bebé Maximiliano
Canteros, de 4 meses de vida, que viajaba con sus padres, y dos mujeres adultas, Agustina
Carillo y Marcia Bogado, esta última, hermana del vicegobernador de esa provincia, Floro
Bogado. Otra víctima fatal, también mujer, sería identificada hoy. Se presumía que era
de Corrientes.El siniestro sorprendió a las funcionario argentinos que habían viajado el
miércoles hacia el estado de Santa Catarina para asistir a las víctimas de la
catástrofe ocurrida en la misma ruta, casi en el mismo lugar, 30 horas antes (ver
aparte). Al enterarse, el presidente Fernando de la Rúa instruyó al subsecretario de
Coordinación de la Jefatura de Gabinete, Juan Carlos Rabbat, para que se trasladara al
lugar de la fatalidad. La gobernación del Chaco, por su parte, envió un avión pequeño
con una funcionaria, dos médicos y dos familiares de los accidentados. La repatriación
de los víctimas está prevista para hoy o mañana.
SIETE MUERTOS EN RUTA DE NEUQUEN
Una tragedia tras otra
La racha
parece imparable. Esta vez fue en la provincia de Neuquén y los muertos llegaron a siete.
El accidente que tuvo lugar en la tarde de ayer se sumó a la seguidilla de tragedias en
rutas que en menos de 48 horas sumaron 60 personas de nacionalidad argentina muertas en
choques. En este caso, impactaron de frente dos automóviles, a 18 kilómetros de El
Chocón, camino a la localidad de Picún Leufú. También eran familias que viajaban rumbo
a unas vacaciones que no alcanzaron a comenzar.El accidente se produjo poco después de
las 18, cuando un Torino con seis personas a bordo, que se desplazaba por la ruta 237
rumbo a San Carlos de Bariloche, embistió de frente a un Honda Civic que circulaba en
sentido contrario. Tras las primeras averiguaciones, la policía supone que el Torino
habría cruzado a la mano contraria cuando transitaba por una pendiente de la ruta.En el
accidente fallecieron los seis integrantes del Torino, entre los que se encontraba una
nena de 10 años, y el conductor del Honda, identificado como Hugo López, que viajaba
solo. El Torino era conducido por Luis González, quien iba acompañado por su madre,
Selva; su abuela, Inés; su tío, Abel; su hermana Aylén y por Elda Inostrosa, amiga de
la familia.La violencia del accidente provocó la destrucción total de los autos y
demoró la tarea de los bomberos, quienes debieron trabajar dos horas para extraer al
conductor del Honda de los hierros retorcidos. La policía cortó el tránsito en la ruta
para facilitar el rescate de las víctimas, lo que provocó un gran congestionamiento en
el tránsito.Los cuerpos fueron trasladados a la morgue judicial, donde se los someterá a
una autopsia antes de ser entregados a los familiares.A dos días del cierre de la primera
quincena veraniega, el accidente neuquino se agrega a los dos accidentes protagonizados
por micros argentinos en Brasil y a una choque entre un jeep y un camión cargado de
frutas en La Pampa en el que murieron once personas.
HISTORIAS DE VICTIMAS Y SOBREVIVIENTES
Velorio conjunto en Tucumán
Tucumán
recibió anoche a sus heridos y se aprestaba a velar a sus muertos. La gobernación
dispuso un velatorio conjunto en un predio ferial para aquellos cuyos familiares lo
deseen, y las empresas fúnebres ofrecieron gratuitamente sus servicios. En cuanto a los
heridos salvo cinco de ellos, cuyo estado no permitió el traslado, arribaron
anoche en el Tango 01. Ayer circulaban en la ciudad las sencillas, patéticas historias de
las víctimas, la de los dos que se salvaron por cancelar el viaje y la de quienes los
reemplazaron en el acto de morir. Ayer a la mañana, empleados de la Municipalidad de San
Miguel de Tucumán empezaron a acondicionar uno de los anfiteatros del Predio Ferial
Norte, a diez cuadras del centro de la capital: allí serán veladas las 38 víctimas
fatales del accidente del miércoles en la ruta a Camboriú. Cuando llegue el avión con
los cuerpos lo cual está previsto para hoy a la mañana, en la misma pista
del Aeropuerto Benjamín Matienzo serán ubicados en vehículos ya dispuestos por la
Cámara de Empresas Fúnebres de la provincia, y trasladados al predio para un velatorio
conjunto. Las familias que prefieran un velatorio privado podrán retirar allí los
cuerpos y llevarlos al lugar que elijan. Las empresas de sepelios ofrecieron hacerse cargo
gratuitamente de todos los servicios.En toda la provincia, los edificios públicos tienen
desde ayer sus banderas a media asta y crespones negros en las puertas entornadas. En la
noche del miércoles al jueves, San Miguel de Tucumán prácticamente no durmió. Ayer se
hablaba en voz baja en la ciudad, y se narraban las historias de las víctimas y los que
se salvaron. Estos últimos fueron muy pocos, exactamente dos: José Szlosberg, de 78
años, y su esposa Eva del Valle Jatif, de 51. Ellos desistieron a último momento porque
José necesitaba estar aquí el lunes por unas cosas de su negocio, sin mucha
importancia, contó a este diario Antonia Jatif, hermana de Eva del Valle. Los
Szlosberg partieron de Tucumán el martes a la mañana en su propio auto. Se
perdían el transporte, pero iban a aprovechar el resto del tour... Todavía estamos
procesando lo que pasó, es increíble y damos gracias a Dios; lamentamos todo lo demás,
pero ellos están vivos, dijo Antonia.El lugar que dejaron libre los Szlosberg fue
ocupado por Argentina Atalah, de 70 años, a quien acompañaba su hermana Teresita, que
precisamente el miércoles cumplía los 65. A ellas las hicieron subir a ese
ómnibus porque se habían borrado dos pasajeros, contó Juan José Herrera, hijo de
Argentina: A mí mamá le pedimos nosotros que viajara, para despejarse; hace cinco
meses murió mi papá y un poco antes dos hermanos de ella, y le dijimos que fuera, que le
iba a hacer bien, sollozaba el hijo. Entre los heridos están Pedro Quintero, de 13
años, y su hermanito Santiago, de 9; viajaban con sus tías Irma y Modesta Albo, que
fallecieron. Irma lo había llevado a Camboriú a Pedro cuando era chiquito, y ahora
iban para que Santiago también conociera, contó a este diario su abuela Angela
Marcial. Los padres de Pedro y Santiago volvían ayer desde Santa Catarina acompañando a
sus hijos heridos.Entretanto, la empresa Giménez Viajes denunciaba que, después del
accidente, desapareció del micro una valija con 25.000 dólares, que Francisco Giménez
uno de los socios de la firma, que resultó herido en el accidente llevaba
para cubrir los gastos del tour.
El chofer quedó preso por homicidio
culposo
Según las pericias, el micro que se accidentó el miércoles iba a
82 kilómetros por hora, cuando la máxima allí es 40. El conductor quedó ayer detenido
en la delegación policial. Le negaron la libertad bajo fianza.
Según las pericias, el micro que se accidentó el
miércoles iba a 82 kilómetros por hora, cuando la máxima allí es 40. El conductor
quedó ayer detenido en la delegación policial. Le negaron la libertad bajo fianza.
En escenas desgarradoras, los familiares
reconocieron los cuerpos.
El avión que trasladará los cadáveres llegará hoy a Tucumán. |
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Víctor
Hugo Jaime, el chofer del ómnibus tucumano accidentado el miércoles en una ruta
brasileña, fue dado de alta del hospital de Río do Sul, pero no podrá volver a la
Argentina: quedó detenido en la delegación local de la policía estadual de Santa
Catarina, acusado de homicidio culposo, por la muerte de 39 personas. Sus abogados
pidieron la libertad bajo fianza, pero la Justicia brasileña se lo negó. Para la
policía local, el hombre es por ahora el responsable de la tragedia: según las primeras
pericias, en el momento del accidente iba conduciendo a 82 kilómetros por hora, cuando la
máxima permitida es de 40, confirmó a Página/12 el director de la policía de
Santa Catarina, Mauricio Iskudlark. La cara más terrible de la tragedia se vivió durante
todo el día en el gimnasio municipal de Río do Sul, donde los familiares de las
víctimas, llegados a la madrugada desde Tucumán, tuvieron que identificar a los
fallecidos, muchos de ellos mutilados, casi irreconocibles. Hasta los médicos
estaban impresionados. Nunca habían visto nada igual: cuerpos irreconocibles, decapitados
o sin rostro, divididos en pedazos, relató el embajador argentino en Brasil, Jorge
Herrera Vega, al describir a Página/12 el cuadro del horror. Esa escena debieron
recorrer, en grupos de cinco, los familiares que fueron en busca de parientes fallecidos.
Según el jefe de la policía de Santa Catarina, de los 38 cuerpos, pudieron ser
reconocidos 35. De todas formas, por pedido del gobierno argentino, todos fueron
repatriados esta madrugada después de ser embalsamados, según disponen las normas
internacionales en un avión Hércules de la Fuerza Aérea brasileña. Se
proseguirá con la identificación en Tucumán, por ficha dactiloscópica o dental, o por
otros mecanismos, dijo a este diario el embajador Herrera Vega, desde Río do Sul,
adonde llegó por orden del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini. Anoche, a las 22.30,
llegaron a Tucumán 11 de los 18 heridos en el accidente, que regresaron junto a sus
familiares en el avión presidencial Tango 01, acompañados por la delegación de
funcionarios que encabezó Juan Carlos Rabbat, de la Jefatura de Gabinete. El Tango 02
llegará hoy por la mañana con los familiares de los muertos. El velatorio conjunto se
hará en un predio ferial de la capital tucumana. En Brasil quedaron otros cuatro heridos,
pues no estaban en condiciones de viajar. Tampoco volvió, pero por razones legales, el
conductor del ómnibus, Víctor Hugo Jaime, pese a que los médicos le dieron el alta ayer
por la tarde. Mientras estuvo internado, el chofer estuvo todo el tiempo con custodia.
Aún en estado de shock, alcanzó a relatarle a un funcionario de Defensa Civil de
Tucumán, que lo visitó en la sala, que venía un auto de frente y, por esquivarlo,
movió el volante y luego no se acuerda de nada más. Aún no declaró ante la
Justicia.Lo cierto es que, según determinaron las primeras pericias realizadas por la
policía, el ómnibus de la empresa Giménez Viajes, que conducía Jaime, tomó una curva
cerrada en exceso de velocidad, perdió el control del vehículo, cruzó el
cantero central que divide las dos manos de la ruta, volcó del lado del chofer y se
arrastró sobre la vía contraria. Por allí venía un micro de línea brasileño, que
embistió de lleno en la parte superior del ómnibus volcado: la arrancó de cuajo y
masacró a los pasajeros que estaban en las primeras filas. Murieron 38 argentinos y un
brasileño, el conductor del ómnibus local. El accidente ocurrió a las 5.30 (hora de
Brasil), en la ruta BR 470, cuando al grupo de turistas le faltaban menos de 200
kilómetros para llegar a Camboriú. En ese tramo, el camino serpentea en subidas y
bajadas entre cerros y barrancos. Para colmo, según los testimonios, se internó en un
banco de niebla. Todo eso, más las señales que indican una velocidad máxima de 40
kilómetros por hora, no habrían sido suficiente advertencia para el chofer. Las primeras
pericias coinciden con los testimonios que recogió Página/12 el mismo miércoles: el
velocímetro del ómnibus quedó clavado en 82, marcando el exceso de
velocidad. En primera instancia, el chofer es el responsable del accidente y
quedó a disposición de laJusticia, confirmó el director de la policía de Santa
Catarina. Jaime quedó detenido en la delegación policial de Río do Sul.Esta ciudad
serrana se conmovió ayer por segundo día consecutivo y por partida doble: el nuevo
accidente protagonizado por otro micro argentino, y la llegada del contingente de 53
familiares de las víctimas. El grupo arribó a las 5 de la mañana, después de viajar
toda la noche desde Tucumán. A las 8 comenzó el reconocimiento de los
cuerpos.Fueron momentos de una tensión emocional inmensa, describió
conmovido el embajador Herrera Vega, que acompañó a los familiares. Esto ocurre
porque no respetan la velocidad, se lamentó el diplomático.
Yo no lo podía creer Había trozos de cuerpos por un lado y el resto por otro. Luis
Flores fue testigo del horror en la improvisada morgue de Rio do Sul, donde reconoció el
cuerpo de su sobrinita, Agustina, de un año. La mamá de la nena, Norma Juárez, y su
hermanita gemela, Lourdes, lograron sobrevivir. Igual que muchos de los cuerpos, hubo
familias que quedaron destrozadas. Es el caso de la familia de Dardo García, que murió
junto a su esposa Fátima Maldonado, y sus tres hijos, Daniela de 12, Angel de 8 y Franco,
de 4. El padre de García viajó a Rio do Sul y ya tenía la confirmación antes de ver
los cuerpos: No están en la lista de heridos, dijo llorando.Pedro Quinteros
también viajó a buscar a sus hijos, Pedro, de 13 y Santiago, de 9, que resultaron
heridos, pero no de gravedad. Fue el peor momento de mi vida, dijo el hombre.
Los chicos habían viajado con la tía, se iban de vacaciones y hasta el último
día me quisieron convencer para que fuera. Pero yo soy así, soy pobre. Tenía que juntar
plata y no llegué a juntarla. Preferí que fueran los chicos. Me salió mal,
relató entre lágrimas. La tía, Irma Beatriz Albo, murió en el accidente.Flores, el
tío de Agustina, no llegó desde Tucumán sino de Camboriú, donde esperaba a sus
parientes. Mi hermano, el padre de las nenas, estaba en Catamarca, todavía no pudo
llegar. Cuando me enteré vine rapidísimo y cuando vi lo que había pasado no lo podía
creer. Había partes de cuerpos en el piso. Por suerte, el cuerpito de la nena estaba
entero. |
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