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DANIEL SUAREZ MARZAL ESTRENA HOY “LA DAMA DUENDE”
“Esta es una obra libertaria”

Luego de haber montado el año pasado “La vida es sueño”, el director se arriesga a otra obra de Pedro Calderón de la Barca, un dramaturgo clave del siglo de oro de la literatura española.

“La dama duende” será interpretada desde hoy por el Grupo Los Sub 30.La idea del director es afianzar un grupo joven experto en teatro clásico.

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Por Hilda Cabrera

t.gif (862 bytes)  Convocado para dirigir la Comedia de la Provincia de Buenos Aires en el Teatro Argentino de La Plata, y a la espera de una resolución de las nuevas autoridades del Teatro Colón para hacerse cargo de por lo menos una de las dos régies “acordadas de palabra para esta temporada”, el director y régisseur Daniel Suárez Marzal concreta hoy un nuevo estreno. Se trata de La dama duende, de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), de quien el año pasado montó La vida es sueño. La obra se verá en el Museo Isaac Fernández Blanco, interpretada por el Grupo Los Sub 30. De la Barca –cuyas piezas fueron representadas en los teatros de corte y en los corrales (especie de teatro fijo con un patio destinado a los espectadores más pobres), enfureciendo a veces a protestantes y agnósticos con obras en las que mezclaba tabúes morales con milagros (La devoción de la Cruz)– recrea en La dama ... situaciones laberínticas a partir de una serie de anécdotas de amor y celos. Esta pieza de capa y espada se funda en normas de conducta caras al autor y a su época. Es en parte una alegoría moral subrayada por elementos de crítica social. Escrita en 1629, el mismo año de Casa con dos puertas mala es de guardar y El príncipe constante, la obra es ejemplo de utilización de elementos serios y cómicos y de diferentes métricas para una misma escena. Una particularidad del teatro del Siglo de Oro, que dio como resultado piezas de una impresionante variedad de tonos. A cargo de la adaptación, Suárez Marzal intenta entusiasmar a los integrantes del recién creado grupo El Sub 30 con las bellezas del idioma. La intención es crear un equipo que apunte al repertorio clásico (no sólo español) y cuyos rubros (incluido el de director) sean cubiertos por jóvenes.–¿En qué consiste la adaptación?–En una serie de cortes y el aligeramiento del lenguaje. Le quité palabras que dificultaban la interpretación, pero no me metí con el verso. Mezclamos diferentes géneros musicales, giros del barroco con tambores, por ejemplo, y un tango, cuya letra es un texto de Calderón. Introdujimos pasajes danzados y un prólogo cantado, basado en un fragmento de El golfo de las sirenas, también de Calderón. Aprovechamos además los jardines del Museo para ambientar la obra a la manera del teatro de corte. –Calderón fue menospreciado por la crítica neoclásica y ensalzado por los románticos alemanes... ¿Cuál es hoy la lectura?–Hoy es un autor revalorizado, y más todavía porque este año se recuerdan los cuatrocientos de su nacimiento. Por este motivo, El Sub 30 fue invitado a las celebraciones que se harán en el Festival de Almagro, en España. La relectura de su obra es menos solemne, y atiende más al aspecto libertario de sus textos: a los temas del libre albedrío, y muy especialmente al papel que juega la mujer. En este sentido, La dama duende es una pieza ilustrativa de su pensamiento, una pieza libertaria. Como en El perro del hortelano (que, según el refrán, “no come ni deja comer”), de Lope de Vega, la protagonista, aun estando muy vigilada por sus hermanos, domina la historia. Ela es quien lleva adelante la intriga.–¿Cuáles son los puntos básicos a seguir para montar un clásico? –En primer lugar, los actores tienen que sentir el lenguaje como propio, para transmitirlo al público sin que a éste le resulte pesado. Es necesario que los actores acepten los giros verbales, sobre todo el uso del subjuntivo. Cuando se consigue esto, la interpretación deja de ser impostada. En cuanto a la acción, ésta es una comedia de intriga y puede comparársela con el folletín actual, sólo que tiene buenos versos. –Justamente, ¿cómo fue la experiencia respecto del verso?–Para mí fue más fácil con este elenco que con otros conformados por “actores hechos”. No me encontré con el engolamiento de los mayores. Además, son muy buenos intérpretes, y muy completos: cantan, bailan y tocan instrumentos. Soy consciente de que esta apuesta es en cierta medida pedagógica, porque el teatro clásico español apenas se conoce en Buenos Aires. En este momento hay más recetas para hacer versiones de Shakespeare que de los clásicos de nuestro idioma. Sin querer ser reivindicativo, si no los frecuentamos, se nos van a ir de las manos.–¿Proyecta algún espectáculo como intérprete?–Ahora que salió el disquito Borges, Brecht Tango (espectáculo cabaretístico estrenado en el 98), me siento más animado a continuar con mi investigación sobre el tango, aunque sé que éste no es mi métier, y que es difícil ponerse de acuerdo estilísticamente con los que saben. En cuanto a mis proyectos de ópera en el Colón, siguen las maldades. Me habían prometido dos títulos, de los cuales, aparentemente, no me quedó ninguno. Primero fue El trovador y después Juana de Arco en la hoguera, ahora también en duda, y no porque me lo hayan dicho, sino porque no hay quien me responda.

 

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