Página/12 en Francia
Por Eduardo Febbro Desde París
Por
segunda vez en el curso de un año, el hospital Edouard Herriot, de la localidad de Lyon,
centro de Francia, fue escenario de una primicia quirúrgica mundial. En noviembre de
1998, el equipo del doctor Jean-Michel Dubernard había realizado el primer trasplante de
una mano humana. El mismo especialista acaba de llevar a cabo una hazaña quirúrgica aun
mayor al trasplantar dos manos y la parte inferior de los antebrazos a un mismo paciente.
Dubernard, apoyado por un equipo internacional de especialistas, trasplantó los miembros
a un francés de 33 años que había perdido las dos manos hace cuatro años luego de un
accidente con un cohete de fabricación artesanal. La intervención quirúrgica duró más
de 17 horas y fue, según dieron a conocer ayer fuentes del hospital, de
unacomplejidad sin igual. Dubernard precisó anoche que el paciente se
encontraba en perfecto estado. El trasplante movilizó a un total de 50
personas, entre cirujanos, enfermeras, anestesistas y otros especialistas, de los que se
encontraba el australiano Earl Owen, considerado como el padre de la
microcirugía. Según confió el jefe del equipo, esta vez abordó la operación con
gran serenidad gracias al éxito y los resultados obtenidos luego del primer
trasplante de una mano completa que realizó en 1998 con un paciente de origen
neocelandés, Clint Hallam. Este, al parecer, no sólo soportó el trasplante sin ninguna
dificultad sino que, además, su recuperación resultó más plena y rápida de todo
lo que se había previsto. La intervención del jueves, recién revelada ayer, se
llevó a cabo en varias etapas: en primer lugar, los huesos del antebrazo del donante
fueron fijados al paciente con placas y tornillos, luego se restableció la circulación
sanguínea cosiendo las arterias y uniendo las venas principales para, finalmente, armar
la estructura de los músculos y los nervios mediante un vasto operativo de
suturación. Los especialistas advierten ahora que mucho más que la operación en
sí misma, el gran desafío que enfrentan los médicos y el paciente pertenece al campo de
la inmunología. Se trata de evitar que se produzca un rechazo de los miembros
trasplantados, en especial de la piel y la médula ósea. Para evitar este accidente se
emplearon cuatro sustancias inmunosupresoras entre las más potentes que existen en el
mundo. Con todo, el profesor Dubernard explicó que su paciente siempre seguía expuesto a
tres peligros concretos: infecciones a causa de la disminución de las defensas del
organismo, diabetes y tumores malignos. Para contrarrestar este riesgo constante, el
trasplantado deberá seguir al pie de la letra y a lo largo de su vida el tratamiento
inmunosupresor que se empleó durante la intervención. Al igual que había ocurrido con
el trasplante anterior, muchos debates éticos agitaron el ámbito médico luego de
conocerse este nuevo caso. Para numerosos especialistas, la relación entre los riesgos
que se corren y los beneficios obtenidos es poco razonable. Sin embargo, los
responsables sanitarios, que autorizaron el trasplante, juzgaron, por el contrario, que
la pérdida de dos manos constituía una imposibilidad mayor capaz de justificar una
operación y un tratamiento pesados. De hecho, después de las críticas que
suscitó el trasplante de la mano del neocelandés, considerado como una experiencia
meramente funcional, las autoridades de la Agencia Francesa de la Seguridad
Sanitaria fijaron como condición que el trasplante sea doble, a fin de que el
beneficio de la intervención resulte más fácil de demostrar. El paciente, cuya
identidad no fue revelada, presenta un cuadro personal óptimo para este tipo
de intervenciones. El hombre fue elegidoentre decenas de personas en espera de
trasplante por su actitud voluntaria, tenaz y su capacidad para soportar los
difíciles días de la reeducación. Los médicos, con todo, se muestran reservados
acerca de las perspectivas futuras que abre el doble trasplante realizado en el hospital
de Lyon. Antes de determinar si ello constituye o no una esperanza para las miles de
personas amputadas -.en Francia hay 1.400.000 casos por año de traumatismo de las
manos,habrá que esperar un poco, y no sólo tiempo sino otras operaciones
semejantes, dijo ayer el inmunólogo JeanPiere Revillard. Menos reservado que otros
profesores, Jean-Michel Dubernard, luego de haber llevado a cabo numerosas experiencias
con los animales, consideró que si los trasplantes compósitos, es decir de varios
miembros, son aceptados plenamente por el organismo, no es imposible pensar en que se
puedan realizar trasplantes de caras, colocando sobre la estructura ósea de una persona
quemada en primer grado la piel, los músculos y los cartílagos destruidos.
Dubernard reveló además que ya había recibido la autorización de los poderes públicos
para practicar cinco trasplantes semejantes en el curso de los próximos dos años. Queda,
sin embargo, siempre una incógnita que todos los miembros del equipo del hospital de Lyon
reconocen:¿Cómo reaccionará el paciente cuando se mire y tome conciencia de que
tiene las manos de un muerto?. Ese es un aspecto que escapa a la ciencia de los
trasplantes y cuya respuesta está en los intrincados meandros de la psicología.
Un equipo internacional El
cirujano británico Nadey Hakim estaba en Nueva York dando una conferencia, precisamente
sobre el trasplante de mano, cuando recibió la llamada: desde Lyon le informaban que
estaba todo listo para iniciar la operación que implantaría las dos manos y antebrazos a
un hombre. Hakim -quien colaboró con Dubernard en el trasplante anterior había
sido convocado nuevamente para conformar el equipo de 20 cirujanos. Poco después del
llamado estaba en un avión volando hacia Lyon: cuando llegó, la operación ya se había
iniciado y él se sumó al equipo. Con él estaba el australiano Earl Owen, cuatro
italianos y el equipo francés de Dubernard.Al trabajar 20 personas sobre un cuerpo
es una cirugía muy difícil -afirmó. Hay que coordinar el trabajo en ambos
lados. El equipo de cirujanos ya se había reunido para fines de diciembre para de
discutir la operación, pero entonces no había donante disponible.Una vez que el donante
apareció, la cirugía se programó con urgencia. No se reveló el nombre del donante,
aunque sí se sabe que ambos miembros provinieron de la misma persona. Tampoco se dio a
conocer la identidad del paciente, pero sí algunas de sus características. Se sabe que
trabajaba pintando casas, que es originario del sudoeste francés y que sufrió la
amputación de ambas manos por encima de las muñecas en un accidente: jugaba con sus
sobrinos y le explotó en las manos un cohete. |
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